También el dinero es un brío,
clave que abre los vientos,
ojo que viaja en silencio,
puma pensando en la selva.
Hay dinero en la raza de las flores,
oro en las manos de las novias,
brillo en los hierros de la muerte,
millones en los votos de la gente.
El dinero es una selva de lobos,
música de un alma sensible,
genio en el habla del Maestro,
justicia en la espada de un hombre.
El dinero es un pozo de sexo,
cisne en jardines de otoño,
lluvia en los ojos de “El Moro”,
rito en el cubo del Profeta.
Tanto has crecido dinero,
ya te sientes igual a un hombre,
animado por deseos y ausencias,
aferrado a un niño y un sueño.
En la primera imagen, se ve a peregrinos islámicos en el Monte Arafat, el lugar en que Abraham habría estado a punto de sacrificar a su hijo Ismael, en relato análogo al que la Biblia atribuye al sacrificio de Isaac.
En la segunda, el retrato de "Karl Marx", llamado "El Moro" por sus amigos más íntimos, proviene de este sitio.
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