Aquella tarde se habló del horóscopo,
los magos que estaban presentes
los magos que estaban presentes
contaron de sus vidas en Caldea,
los vitrales de Babilonia,
los verdaderos libros de Daniel,
los hechizos que levantan a los muertos.
Los vitrales, murmuró Circe,
allí está el secreto del asunto,
las esferas llevan el destino en su luz
y el genio del vitral
los revela en sus reflejos,
en los colores de metales perdidos,
en rostros que provienen de sueños.
Mientras los mayores conversaban,
yo escuchaba la guitarra de tres puertas,
observaba la champaña de espumas voladoras,
anotaba el secreto nombre de Orión,
los días en que los planos se implican,
la forma en que los muertos
condenan a los muertos.
Desde aquella realidad de sueños
- parrón de otros veranos -
pensé en saltar a Chartes,
encerrarme en el cubo de un poema,
caminar desde el exterior al centro,
siguiendo el camino de luz
en aquel laberinto de tiempo.
Este poema conversa con "El Finao", de Mauricio Redolés.
En la imagen, Rosetón de Chartres, proviniente de www.fr.academic.ru
1 comentario:
Impresionante lectura de los vitrales, querido amigo. Eres muy hábil e intuitivo con las construcciones y sus símbolos. Un abrazo muy fuerte.
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