Envidio el libro al que asisten tus ojos,
la copa que piden tus labios,
el agua que juega en tu cuerpo,
las manos que miden tus senos.
Todo eso envidio
y todo eso está en mi,
pues yo he sido tu libro,
el cristal en tu boca,
el río en tu carne,
la fuerza que inspira tus senos.
Y qué de mi está en ti?
Acaso mi olor?
El mar de mis ojos?
Mi cuaderno de poemas?
Mi insistencia?
Aquel secreto en el bosque?
La fotografía de Edouard Boubat, en que se inspira este poema, proviene del blog de Antón Castro.
3 comentarios:
Bello poema, tanto como la fotografía. ¿Y 303 poemas dices? uno diario? no cabe duda que la constancia da frutos. Leo y espero atender.
Un saludo desde oaxaca
Imposible envidiar todo lo que se tiene .Más bien eso queda para el lo mira desde fuera. Abrazos.
me gsuto .. es bueno tu blog.
www.dennizu.blogspot.com
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