El fuego se morirá en la chimenea,
las botellas perderán sus tonos rojos,
el disco dejará de girar,
marcharán nuestros amigos,
sacaremos las sábanas y las frazadas
y dormiremos juntos… como siempre.
Te levantarás por la mañana,
volverá nuestro maravilloso café,
avecillas del viejo bosque cantarán en mi honor,
¿te despiertas?
me preguntarás con tu voz más dulce
aunque
temo que la muerte nos sorprenda en el descanso.
No, no dormiré,
velaré hasta la mañana
y observaré en tu rostro dormido
las estrellas de nuestro mundo futuro.
Al alba
aumento tu abrigo
y me deslizo como un tigre familiar,
ligero, hasta la cima del mundo,
preparo nuestro maravilloso café,
corro hacia ti,
beso tu mano dormida
y exclamo: ¡Vamos, regresa!
buenos días, razón de mi vida.
¡Vamos, regresa!
sin ti el sol no se pondrá,
sin ti no habrá luz
ni rabia
ni naranjas.
Inspirado en el poema " El Miedo" de Samih al -Qasim, poeta palestino de origen druso.
La imagen es una postal turística de Jerusalén.
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