21 de marzo de 2010

Un viernes en Santiago





Derrotado por un poema,

excéntrico, rápido,

ajeno a las plegarias,

a los ataúdes de ébano,

al férreo control de las aduanas.


Así es mi pensamiento

cuando caminamos por Santiago

y nos besamos entre los árboles,

en los radiotaxis, los cementerios,

los pequeños comercios,

los grandes laberintos de marzo.



Sobre los ojos, la luna nueva,

dos puertas iguales hacia una boda,

un hombre sin uñas,

las danzas de Googoosh,

la alegría de la novia,

doce postres de fruta sobre la mesa.

El sacerdote bromea,

las mujeres imitan

los movimientos del fuego,

la novia resplandece,

camina por los techos,

gira y gira hacia el sol.








La imagen de Googoosh, la gran estrella iraní, proviene de este sitio.


Este poema, es un desarrollo fantástico de nuestro viaje del viernes a Santiago para asistir a la boda de Silvana.

2 comentarios:

indianala dijo...

El corazón...ve!

Abrazo.

Lu dijo...

Hay lugares que uno ama sin saber por qué razón... en mi caso amo a Santiago de Chile! y sus muchos contrastes!

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