28 de enero de 2010

The End





Abro el pequeño paquete de cartón

y en el fondo,

bajo una capa de papel blanco,

aparece la Luna.


Sus rayos de plata

llenan la sala,

desbordan la casa,

tocan los lejanos bosques.


Me preocupo,

con cuidado cierro la caja,

reviso los regalos grandes,

doy de comer a los gatos.


Es tarde, salgo al patio

y con un leve temblor en el pecho

busco a la madre de los aires.


Todo se ha perdido,

las estrellas marchan a otro cielo,

la Luna descansa sobre mi alfombra,

todas las lámparas estallan.





En las imágenes citamos una obra de Roberto Matta y "El quinto sello", de El Greco.

1 comentario:

Lila Magritte dijo...

Hermoso poema, inquietante como la vida misma.

Abrazos.

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