Yerro cuando callo tu nombre
y me resigno a no buscarte
huyendo del aire celeste
el latido de tus ojos
la fiesta de tu presencia
Yerro cuando callo tu nombre
y me resigno a no buscarte
huyendo del aire celeste
el latido de tus ojos
la fiesta de tu presencia
Hola Gonzalo
Despierta y háblame hacia las estrellas
Suma tu alma a mi nombre
Obsérvame en mi traje de luz
Acércate, estoy al Este y al Oste
En la copa y en la raíz.
Nuestra mesa es redonda
Y en cada puesto estás tú
En la lámpara que enciendo en mis sueños
y en la ventana con vista al infinito
Maestra de textos
En cada libro estás tú
En las páginas que cruzan mi ojos
en la magia llamada comprensión.
Ciudadano, te inyectan 5, 10, 12 horas de miedo al día
Despiertas con la balacera y el asalto
Incendio
Odio
Estallido y conmoción de la sangre
Guerra en tu mejor horizonte
Nuestra alma devorando al horror.
*
Ciudadana, duermes con el miedo encendido
Partes de cuerpos aparecen bajo tu almohada
El infierno te saluda con sus fuegos de artificio
Hay cráneos bajo el platillo del té
El miedo posee tu futuro
El miedo es tu maestro y tu señor
*
Ciudadana, consumes 5, 10 o 12 horas de pánico al día
Continúas en la radio y en whatsapp
Lo gritan en coro: tus amigos, la comadre, el senador
Lo dice y repite el almacén
la peluquera
tu amante de ocasión
Aquel gentío que llora en los buses
Mi vecino en el bar que ya cerró
Incluso el orgasmo que fue destello de sol.
*
Ciudadana, despiertas rodeada por el mal
Soldados de Aragua preparan su café de muerte
Marcan tu rostro con el dolor de sus balas
Secuestro, complot, compra de jueces
El otoño se esconde bajo la tierra
Llora, mientras habla le tele
Llora, mientras se extingue el sol.
Lo que tú le has hecho a mi aurora
Ese resplandor en mi alma
Se asemeja al impacto del sol
Aquellos rayos de mañanas celestes
El poder que se intuye bajo la tierra
En la noche no caben mis sueños
Tuve que abrir la puerta del verano
y sacarlos fuera del tiempo
allí donde abunda la esperanza
y los rayos de luz se doblan hasta disolverse
Mi alma tiene uñas
Con ellas deja marcas en la piel
Alivia sus nudos sutiles
Toca una guitarra de luz
Desafío a los números para que me regalen esperanza
Un sol sobre la tierra húmeda
Nuestra huerta
La casa abierta
El día elevándose sobre mi ventana
Abuelita
Lo que haces en la luz
Lo hacía también sobre la tierra
Limpiar los ojos del invierno
Besar la frente de los pequeños soles
Peinar con tu música a la primavera
Pienso en mis hermanos buscando sus mandiles
Sus camisas blancas
Los guantes que conservan sin manchas
Una flor de luz sobre la solapa
No es la hora acostumbrada
y ya han revisado el ritual
pensado los brindis
Anticipado el calor de sus abrazos
Los imagino saludando al sol
recibiendo el poder de sus rayos
caminando serenos hacia el templo
alzando sus espadas
pronunciando "Templanza"
formando con sus cuerpos la cadena de unión
En el desayuno: la leche
Un año de café
Avistamiento de pájaros y Esmeraldas
Huevos con la nueva sal de plata
Sobre el ruiseñor hay una costra de nombres
El lirio y la tortuga lo mencionan
Le pesa un pañuelo gitano
Una amapola lo laama
Lo piensan Arabia y Lavapies
Aprendí a se invisible
Viajar en trenes de palabras
unirme al viento
dormir sobre las plumas de las aves
Me duele la vida
o sea mi cuerpo
la garganta
los ojos al llorar
cuerpos quemados en Gaza
vidas cegadas en Ucrania
Vida, no me digas nada
Así es la enfermedad
El aliento de la muerte
El avance de lo que de acerca
Almorcé con Juan
Él trajo su alegría de Maestro
Sus misas sin persignarse
Su poema de fuego sobre la tierra.
Hablamos sobre Templanza
Grecia
Los 70
Nuestros padres en Alejandría
la logia "Roosevelt"
Andanzas de Pedro Massai
Nuestra casa y las que le precedieron
Estaban también Alejandro
Christian, Eduardo, Pedro
Ciertamente Pablo
y el Covid que habitaba en mis huesos.
Juan mencionó los guantes
El tiempo de los relatores
Lo acotado de los aportes
Tres de la tarde como hora de cierre.
Olga me mostró el oficio y la puerta
La sala sagrada
El espacio en que habla el creador.
Hay espíritus que muerden
Pequeños vampiros de primavera
Soldados de Mariupol
Gendarmes en la frontera del infierno
Hoy varios gritaban el el bus
Juraron matar al conductor
Después comérselo y brindar con su sangre
Para eso son guardianes del fuego
Caínes con motores de dolor