Por lo que se refiere al día del fin del mundo y cuándo vendrá,
no lo sabe nadie, ni los ángeles en el Cielo,ni el Hijo, sino solamente el Padre.
Estén preparados y vigilando,
porque no saben cuándo llegará ese momento.
Cuando un hombre va al extranjero y deja su casa,
entrega responsabilidades a sus sirvientes,
cada cual recibe su tarea, y al portero le exige que esté vigilante.
Lo mismo ustedes: estén vigilantes,
porque no saben cuándo regresará el dueño de casa,
si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o de madrugada;'
no sea que llegue de repente y los encuentre dormidos.
Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: Estén despiertos.
Despiertos y vigilantes
para que brille el amor en sus silencios
en el ruido de sus pasos
en el toque gentil de las miradas
y en los días vigorosos de trabajo
Despiertos y en vigilia
respetando equilibrios de la tierra
el poder de la lluvia
la labor de las madres
esa tibieza de los osos
derechos del que sonríe y el que llora