Mira objetivamente
Olvida que eres leguaje y carne
Sube a observar desde los cielos
Compara, mide, decide
Y si no basta
Emplea tu intuición
La tincada de tu piel
La nota que escribe tu estómago.
Mira objetivamente
Olvida que eres leguaje y carne
Sube a observar desde los cielos
Compara, mide, decide
Y si no basta
Emplea tu intuición
La tincada de tu piel
La nota que escribe tu estómago.
El niño toca piano en las estrellas
Pertenece al orden de los cielos
Bosteza
Pinta sonrisas con sus ojos
Camina descalzo sobre el mar
Y de pronto, la puerta del tiempo
La nariz en mañana
Sus hombros el 18 de octubre
Su mirada en el árbol de siempre
El niño es todo cuerpo
Está rojo y fatigado por el esfuerzo
Hace instantes aprendió a llorar
Cantará tangos en la Plaza del Pueblo
Comerá tiramisú y uvas con sabor a frutilla
Desde hace mucho tiempo se llama Roque
Lo ha escrito así en las manos de sus hermanos
La nariz de sus primas
Los brazos pecosos de sus abuelas
El niño tiene alas y sombreros
Juega fútbol con duendes
Vuela cuando tiene ganas
Duerme sobre el corazón de su madre
Niña con rostro de sol
Mejillas tibias
Helado de melón
Ser de uniforme verde
Cantante
Sufi sagrada
bajo este cielo austral
Mi cuerpo ha borrado cierta luz
Declina hacia un plano de cielo
Tambalea, duerme,
cierra sus ojos al respirar
Deja que entren los olores del mundo
El ruido del tren
El habla de los motores
Gritos nerviosos de las gaviotas
¿Dónde vendrá roque?
pregunta mi mente
fuertemente sacudida por el recuerdo
la agenda de pendientes
el hilo de vida que conservo
Pronto será viernes
La plaza en el centro de las mentes
El llamado de la tarde
Nuestro mapocho cantado
Nadie miente en Parque Forestal
Soy la noche
Al menos una de sus conciencias
La decisión de cruzarla
Atender su laberinto de sueños
Pizarra en que escribe mi carne
Oscuridad
Tela en que dibujan estrellas
Chile muere y renace
Viene desde sus Alamedas
Voto por la primavera 25 de Octubre
Por una alegría en los ojos de mi madre Lo merece su amor a la justicia
Por mis hermanos de la tierra Bien por los pueb
El poder de los humildes
Poderosa igualdad entre géneros
Hoy levantarás el mundo
Caerás desde Olmué hasta el cielo
Romperás la piel del silencio
Cruzarás el tiempo hasta mi rumbo
Enviar olas de amor a nuestro pueblo
Cuarenta años de una Constitución obscena
Igualdad de géneros en la Convención
Respeto a las tribus de la tierra
Oler las cenizas de los quórums de amarre
Cuidar la cédula de identidad
Estudiar el lugar de votación y la mesa
Leer el ex artículo octavo y la disposición 24 transitoria
Moler los huesos del Tribunal Constitucional
Ofrecerse a llevar a enfermos y ancianos
Abrazar a tantos que ofrendaron sus ojos
Un buen lápiz azul
Comprar champaña y tenerla heladita
En todo el texto, sólo una vez la palabra mujer.
Nuestro derecho a la educación pública, laica y gratuita
Mascarilla regalona
Disfrutar los rostros en las pantallas
Menos tanques y más consultorios
Réquiem para Isapres y Aefepés
Observar el voto abriendo sus pliegues
Un vocal lee, otro anota rayitas en el futuro
Ojalá no tiemple
Ojalá votes muy temprano
Hora de exigir la dignidad
Junto al cementerio
Nuestros Bajos de Mena
Cien mil personas bajo la alfombra
Antiguos terrenos de la Iglesia
Todo cambia y todo permanece
Galpón de indios y gañanes
Olor de la ropa húmeda
Juan Pablo ha renacido en la piedra
Hoy celebramos nuestro día
El fuego que crece a cada instante
Nuestro lazo
El pacto
Los abrazos que sumamos al andar
Y aún jóvenes
Es la primavera que se alarga
Sospecha incluso de tu prudencia
Que no te gobierne el miedo
Juegan contigo los poderosos
Esos que venden protección
y te cobran el agua, el pan,
el tres por ciento de interés
tus cinco paquetes de fideos al mes
Es la pobreza gritando
rodeada por el hambre
quemando la noche desnuda
traficando una muerte blanca
No son sindicatos
Ni maestros
Ni artistas
Ni obreros
Son los olvidados
Esos benditos que sobran y que ahora mandan
Cáscaras de naranja en agua hirviendo
Azúcar quemada
Revolver con mirada nueva
Agregar un madero de canela
Aros de una virgen
Dos semillas de cardamomo
La punta de una flecha bañada en oro
Luego, tomar un lápiz de cielo
Pensar en dos siglos sin opinar la gente
La igualdad tan querida
Un contrato firmado entre todos.
Mi súper mascarilla doble amarra
La marcha de un pueblo hacia sus sueños
El sol se resiste a nacer de mi piel
Toma mis manos y las dobla
Quiebra mis lentes
Llora
Se divierte con mis mechas largas
Quiebra el arcoiris del invierno
Tironea mi ropa
Entiende la política al revés
Pero el sol es lindo
Duerme justo hasta el mediodía
Reza y no reza
Nunca se muerde la lengua
Me prohíbe ir al peluquero
Canta
Es millonaria en ternura
Aguarda los quince para llegar al mar
Apruebo nuestra Casa de Esperanza
Libertades extensas
Ciudades amadas por árboles
Los derechos azules del sol
Quiero casas con niños alegres
Laicas y públicas escuelas
Igualdad del amar
La justicia como piso ineludible
¿Qué piensa el azul de este cielo?
¿Por qué lo abraza y luego deja?
¿Quién lo puebla de estrellas?
¿Cómo ha terminado en mi rostro?
Imagine el Uno
En su centro, Carola Jamett
Ovillada como eje del Universo
Pensando raíces y coronas
Extendiendo su amor
Recibiendo el abrazo y el cruce de los mundos
Allí, en el lugar sin tiempo
Mientras lee, medita y sueña
Tengo muchos abrazos por repartir
Unos con perfume de naranjas
Otros junto a la sal del mar
Muchos vendrán en mañanas de sol
Los habrá nocturnos y salvajes
O templados
en tardes de chimeneas y velas