Felices los embriagados de pasión
Su camino no conduce al nirvana ni a la luz
No es dulzura ni alegría
Es, a veces, la euforia de vivir
Felices los embriagados de pasión
Su camino no conduce al nirvana ni a la luz
No es dulzura ni alegría
Es, a veces, la euforia de vivir
A las ocho tenemos reserva en "La vinoteca"
Me faltan flores
Mis besos están curvos
Mi boca no sabe asir las copas
Unos dulces ácidos reemplazan a los chocolates
Vestiré de celeste y gris
perfume
zapatos de viento
gafas granate y una joya de plata
aquella llave de sol
que sus manos empujaron a mi viaje
Pediré una copa de vino y una tabla de quesos
Tal un tiradito limeño
De seguro un postre
Agua de aperitivo
Oporto para endulzar sus labios
Pienso en Olaya Vicencio
Su madre tan buena
Alegría de su padre
Las pieles de ambos
inundadas de sol
Lo siento, tuve que recurrir al fuego
Empujar a Martín hacia su alma
Obligarlo a escuchar su silencio
Forjar los metales del ius
Parirse a sí mismo de nuevo
Mi boca no cabe en tu boca
Mi ojos no pueden bañarte con miradas
Tengo una serpiente en el cuello
El sol me calma y me sana
Camerati está en el Café Pistaccio
Ma llama y me hace señas
se ocupa de mis rostro y de Isidora
avatares del griego
aquellos caminos de Quintero
remedios y cuidados de mi luz
Pueblo los silencios del IST
La ausencia de Isidora
Me asomo a un accidente del trabajo
Mi cabeza en el scanner
Sople
Apriete fuerte
Firme su alta y su día de paciente
Busco el sol en Quintero
Cierta malta con huevo
Un laberinto en su hospital
Mi cabeza en el vaivén del bus
Mi cuello enhebrado al dolor
Busco lunas en Quintero
La Casa de Diego Portales
La compañía de mis abuelos
Otro Chile, antes del que ahora nos abraza
Carola posee las llaves
Isidora porta las suyas con cariño
Yo las llevo en las entrañas de una cinta
Los cardenales las emplean en Roma
y tras la gran puerta discuten
rezan
buscar acertar en el espíritu
Camino por Recreo
Acaricio cabezas de las olas
Escucho rezos de la luz
Recibo vientos de otros mudos
Claridades del tiempo
Corceles secretos de la noche
Veo en el cielo tu nombre
Inmensa claridad de la luna
Gobierno del silencio
Palabras del Talmud
Mi elogio es para la piel del sol
Este verano hecho de papel
Nuestra duna junto al mar
El cielo que habla en mi conciencia
En mis cuadernos brota agua
Muchas serpientes se acercan a las hojas húmedas
Celebran una fiesta con sus cascabeles
Escriben sus secretos en mi piel
Pienso en Masita Rica
Sus empanadas de pino construidas con soya
Alimento patagónico, sano, delicioso
Espíritu verde del 18
Obra crucial de Julio González
Hoy caen piedras desde el silencio
Espadas de fuego
Helicópteros repletos de calumnias
Tetera habitadas por sombras
Recibo del sol sus maravillas
La precisa escritura del cielo
Nuestro viento de enero
Reflejos del volcán en el agua
Nada puede borrar esta unión
Aquella música que nos cruza palpitando
Nuestra sangre mezclada
Tus ojos abiertos en mi alma
El error es perder la fe
Aceptar el fin del camino
La noche infinita
La ira como un volcán imparable