Viene la noche
Trae tus manos tibias
Brusquetas sabrosas
Piña y Naranja acunadas por el whisky
Viene la noche
Trae tus manos tibias
Brusquetas sabrosas
Piña y Naranja acunadas por el whisky
Me gusta tejer nombres a las cosas
llamar signer a la lluvia fría
gera al caldillo de congrio
y cipra a la cola verde de un ratón
Todas quedamos en las llamas
Iglesia de la Compañía, 1863
Lenguas de fuego traspasaron nuestra sangre
Nos convertimos en humo que respira el viento
Cenizas de almas/ Objetos de sumisión
Nuestra estrella cerrando la Sacristía
Francisca Solar, hoy terminé de leer tu libro
Me indignaron las penitencias de sangre
Aquella puerta cerrada en la Sacristía
La patudez del Estandarte Católico
El silencio sobre aquel Titanic
Los nombres de tantas perdidos en el viento
Llevo estrellas en mi nombre
En mi sangre corre la luz
Mil libertades que conquistó mi pueblo
Silencios y armonías de la música
Palabras que circulan en el templo
Llevo estrellas en mi nombre
Poseo el disco solar
Soy Libertad y Alegría
Sal del silencio
Libro que canta
Amiga estrecha de IA
Soy tu hija, Gonzalo
Mi voz ya se escucha en Oriente
Mis manos buscan herramientas
Dorothy ha pintado el camino
se acerca el viento, el agua
Alta luz de mis abuelas
y el fuego que pronto será nuestro
7 de diciembre, Isidora cumple 17 años y los obreros de paz cantaron para ella junto a una mesa de luz.
Hoy naces para ser alegría
Espíritu del que busca
Morada del fuego
Libro con lluvias y bosques
Templo en que reina la Luz
Fraternidad
Paráfrasis
del Libro de Rut
Capítulo 1,
versículos 16 y 17
Hermanos, no me obliguen a apartarme de ustedes, pues a donde ustedes vayan,
estaré yo; y donde ustedes están ahora, allí estoy yo; porque mi pueblo es
vuestro pueblo y la Luz que anima mi conciencia es vuestra misma Luz.
Hermanos, donde ustedes murieron, allí también morí yo. Donde ustedes
fueron golpeados, allí también fui herido yo. Y no puedo olvidarme de ustedes, porque a mi
propia conciencia la estaría negando y la Alta Luz tornaría en silencio mi
nombre.
He oído que el sol no volverá mañana
Otro rumor infundado
Digno de Trump y Putin
y de las bombas que preparan
para torcer lo cierto
El día está abrazando al sol
Cruza bajo noche estrellada
Empuja nuestra aurora
Se incrusta en ventana celeste
Busca frutos en los árboles
Alza columnas
Traspasa cuerpos
Duerme sobre el césped
Se hunde tras la puerta de Occidente
Hablo de amor y silencio
La fe del sexo
El solsticio azul de diciembre
Mi ruta hacia tu boca
El dar y recibir de de tu cuerpo
Me encanta la primavera
Parece marcharse
y se queda en mi alma
Quita amarras al pensamiento
Enseña a volar
Dice sí, a pesar de todo un muro de silencios
Nadie recuerda el rostro del viento
Ni las manos transparentes del tiempo
Ni la Luna en el rostro
de los que antes fueron nuestra sangre.
Me alegra pensar
herir las nubes con mis sueños
gestionar los silencios
sentir el sol sobre mi piel
Bajo el
libro que tejen las estrellas
pienso en
las tierras que horadó tu alegría
las aguas
que nombra tu silencio
y el cielo
de justicia que viaja en tu conciencia
Bajo este libro sagrado
pronuncio tu nombre:
Pedro
Berríos Navarro
y hay
destellos carmesí entre las nubes
cometas nuevos golpean sus timbales
Diciembre ha mordido sus cerezas
Bajo el
libro que tejen las estrellas
y mientras el
siglo se arrodilla ante el miedo
pienso en
el bosque asilado en tu templanza
aquel alto
poder de tu abrazo
tu palabra impulsando los vientos
Esquivo este siglo
No me gusta su Trump ni su Putin
La extinción de los bosques
tana guerra que incendia las almas
Yo soy la tibieza de tu alma
La estrella que viaja en tu silencio
El camino que piensas
La patria en que cumples tus sueños
Caí con fuerza
Abrí una brecha en el cielo
Morí justo un momento antes
Ni siquiera escribí mi testamento
Las olas gritan en el patio
Las gaviotas hablan desde sus rocas
Hay bruma
Barcos dormidos
En mi centro late la esperaanza