Somos el Alma del Mundo
Llamas del mismo fuego
Nudos del mismo telar
La Alta Luz que se extiende
Viento que gira y gira
en eternidad
Somos el Alma del Mundo
Llamas del mismo fuego
Nudos del mismo telar
La Alta Luz que se extiende
Viento que gira y gira
en eternidad
Mi alma está en la esquina norte de la primavera
A un lado el diluvio
En mi alma diez silencios
Cien procesos cruzan rasantes
Isidora despierta
La guerra multiplica los muertos
He pensado en las piedras
El alma que viaja en las nubes
Nuestro salario de miedo
Trabajos del sol en mis sueños
La noche cayendo sobre mi cuerpo
Mis abuelos la abrazaron primero
Eliana Venegas presentó a mis padres
Su hija ofició mi boda
Nuestros caminos se cruzan en el laberinto
En su casa: piano y mil alegrías
Chile enamorado de su futuro
Ideas fluyen en su mesa
El destino abre otra puerta en México
Mucho antes: la muerte atacó su dicha
Eliana parió primaveras
Enseñó a leer y la lengua de Montaigne
Creció hermosa como las flores del bosque/La abrigó el cariño
Tiene el alma colmada de estrellas
Enhorabuena Pelele Tenerife Toldo
Preeminencia Calígrafo Craso Sopaipilla
La nariz de un párrafo Herencia Codorniz
Ciruela
El ciruelo del barranco
fue concebido para la navidad
derrama sus caldos ácidos sobre diciembre
es azúcar rojiza
caldo de verano
la vida en el paladar
Estuve con Alejandro en Jerusalén
Recibimos luz en la explanada de las mezquitas
Vimos al sol resplandecer
en la Cúpula de Bronce
Visitamos el muro que sobrevivió al templo
Allí nuestros espíritus profundos se abrazaron
Luego volamos sobre el
Jardín de los Olivos
En la cercana Belén
su robusta voz de Maestro
formaba ríos de aguas
azules
y la gente bebía su alegría
su actitud de respeto
las canciones que aprendió de su madre
En la montaña junto al Mar de Galilea
Conversamos sobre “Abnegación”
Su viaje de cien años
La clave de “Bienaventurados los pobres”
Desapego/Deja todo
El camello que no cabe en la aguja
Tiempo y lugar sagrado para la Luz
Trafún, Complejo Maderero Panguipulli
10 de octubre, 1973
Isis muestra su rostro entero en los cielos
Cientos de soldados persiguen a Bernarda
Condenada a muerte por Consejo de Guerra
Ella dispara desde su ira
Recuerda a Claudia, su hija
Su escuela rural en Puerto Fuy
El asalto al Retén de Neltume
Las municiones escasean
Hay perros y helicópteros
que buscan su nombre
Se esfuerza en morir combatiendo
Herida por una rosa de fuego
Su espíritu la ve caer al río Toltén
Aguas sagradas la reciben
La disuelven
Desaparece y se hace eterna
Junto a Isidora
lo observamos enseñar con su guitarra
Realizar el incendio de las manos
Atacar el bordón en varios puntos
Herir el sentido con dardos de alegría
Impedir el paso de la hora
Impregnar su pulso de emoción
Previamente nos mostró Florencia
Llevó nuestra mirada a cuerdas y maderas
Magia de la tiorba[1] en la Ciaccona
Ajabeba en Campos de Marte
Atabales presidiendo desfiles
El Dulcémele alegrando la paz
Guía en el país de la música
Su arte es Geometría y Equilibrio
Tallado del aire/Hermandad con el silencio
Contracción del tiempo
Mutación de la luz en sonido
[1] La tiorba es un laúd grande; ciaccona una danza
barroca, ajabeba una proto flauta traversa; atabales unos timbales y dulcémele
es un predecesor del piano.
Walter Gropius organizó el futuro
Lo arrancó desde los pechos de Alma Mahler
Percibió el sueño en otras almas
Fue trapecista entre conciencias
Fundó Bauhaus en Weimar
La escuela surgió del pan compartido
Colores que cantan y noche de fiesta
Insistente, alzó su templo:
humano, solar y enamorado de lo útil
la fábrica en serie
las
líneas rectas
Aprendió a volar sobre la primavera
Buscó el aire que respiran los montes
Rozó las copas de los árboles
Es parte del viento
Es el verbo del sol
El maestro navegó sobre el invierno
Aprendió sobre tempestades
Caminó sobre olas gigantes
Habló con sus ojos al destino
Enfiló su nave a los sueños
Superadas las pruebas
Enseñó a gobernar los metales
Alquimia celeste
Fuerza de la luz interior
Explosiones que mueven el tiempo
Vanessa ama estudiar
Un día la expulsaron por elegir la vida
Y ello hizo más potente su candelabro
Así, se hizo maestra
Asombrosa lingüista
Psicóloga
Abuela y madre que enseña
Estrella radiante en el Árbol de la Vida.
Su pelo negro y ondulado
Entrega señas de su energía
poema que cruza los mundos
Reina de la Danza
Aurora en el rostro de la Tierra
Ella ama escuchar
Recibir y diluir las tormentas
Hacer rondas con Francisca
Sembrar su ternura
Limpiar las lágrimas del Tiempo
Sara nació gigante
Fuerte para enseñar el respeto
Liberar espíritus
Ser madre en la sangre y en el alma
Abrió los ojos
en la primavera de Chile
aprendió a caminar sobre sueños
amó a un hombre justo
alzó su bandera en la montaña
no se rindió
jamás bajó su mirada
Varias mañanas me tomó en sus brazos
Observé la aurora en sus ojos oscuros
La escuché conversar en los jardines del Pedagógico/ En La Alianza
Bajo el parrón de mi casa
y junto a la rosa eterna de mi infancia
Soy Pedro Aguirre Cerda
y hablo las trece lenguas del invierno
heredé visiones de Sarmiento y Letelier
Enseñé castellano, filosofía
y Educación Cívica
Aprendí de obreros en Liceos Nocturnos
Fui diputado, ministro y Presidente de Chile.
Comprendí que no hay Democracia sin Educación
Sin ella, más que ciudadanos somos clientes
Egos ajenos a su alma
Seres que aún no encienden su estrella
Escuela común y activa
Escuela laica
Leche en todos los vasos
Una ronda en cada solsticio
La bandera de todos sellando esta unión
No hay Democracia sin Derechos Humanos
Sin un espacio para cada conciencia
Sin libertad de expresarse
Sin el derecho a reír
Todo ello lo aprendí en el Pedagógico
En largas conversaciones con Gabriela
Exiliado recorriendo el mundo
Uniendo anhelos de Chile
Cumpliendo mi palabra de honor
¿Y qué han hecho ustedes con nuestra esperanza?
¿Dónde está el poema que escribió la primavera?
Las empresas que forjó este pueblo
Nuestro orgullo de vivir erguidos y jamás de rodillas.
No hay Democracia sin educadores
Sin almas que guían a otras almas
Benditos obreros del pensamiento
Seres que Escuchan- Conversan- Motivan
Maestros que despiertan el arte
y dejan sellos de su luz en nuestra paz
Pedro tiene mil años o más
Mil cien probablemente
Parece un sabio griego
O el abogado Ulianov
caminando por un parque helvético
Entiende enseñar como un acto de amor
Lleva chispas de Frankturt y su escuela
Es un beatle
Uno secreto y, en serio, uno de los buenos
Posee vehemente amistad con la alegría
sana afición por la risa
propensión a la hermandad
pasión de justicia
Equidad como fuerza de sus sueños
Sin embargo, es serio
Porque ser feliz no se improvisa
Aunque tampoco se planifica
Se lleva con arte
Como la tarde eterna del primer beso
Pedro entiende el aula como espacio de
humanidad
Insiste en ser leal a su pueblo
Confía en sus hermanos estudiantes
Sabe que educar es forjar la Democracia
Miguel es profesor de leguaje
A sus alumnos los contagió de amor al arte
Impulsó sus ideas
Los dejó a expuestos al ser humano
Con templanza y sencillez enseñó:
“La Tempestad” es para ustedes
“Julieta eres tú”
“Isidora Aguirre ha leído tus sueños”
“Cada poema se concluye en tu alma”
Miguel, sembraste libertades
y años después observas crecer el rosal
nuevos colores de Chile
un millar de alumnos que te evoca
alegría de unir el bosque y las conciencias
Guillermo Neumann Lagos
Guillermo conoce secretos de la aurora
y los enseña
motiva a mirar las estrellas
esperar al Sol
aplaudir su melena de fuerza
su alma creadora del cielo
Guillermo escucha
Limpia miradas
Comparte su caja de poemas
Tiene tiempo para hacerte sentir humano
Viaje del agua a la conciencia
Guillermo es libre como el nombre de la luz
Habita resistencias y dignidades
Respira la música
Comparte alegrías
Suspende el miedo
Persiste más allá del silencio.
Vi las flores que esperan al personal
Pequeño bosque de colores y hierbas
Fragmentos de vida
Continuidad del sol
El alma del mundo indicando en silencio:
"Aquí estoy"