Vi las flores que esperan al personal
Pequeño bosque de colores y hierbas
Fragmentos de vida
Continuidad del sol
El alma del mundo indicando en silencio:
"Aquí estoy"
Vi las flores que esperan al personal
Pequeño bosque de colores y hierbas
Fragmentos de vida
Continuidad del sol
El alma del mundo indicando en silencio:
"Aquí estoy"
En el portal de los cielos nos visita la muerte
Jerusalén cruzada por el fuego
Guerra junto al mar de Galilea
Allí donde la Luz camino caminó sobre la tierra
En la Escuela Brasil, año 1970 |
Amanda
Úbeda es trino y pausa
pulso de aurora
y estrellas
sello del
silencio
palabra
cantada por niños
presencia
de Jaén
Isaac
Albéniz la soñó en “Iberia”
Escuela
Normal
Sus ojos
observando la bandera
Estrella
marcando sus rutas
Muchacha
colmada de amor
Pronto va a
irradiar primaveras
Charrabata,
huertos y adobes
Victoria del
sol y hogares sin libros
Tanta
abundancia y no hay leche
Tanta
ciencia y los niños mueren
Amanda carga
sus veinte años
En la
escuela, besa frentes y peina cabellos
Despliega
en su sala:
“La pequeña serenata nocturna”
“Vaso de Leche”
“Tala” y “Lagar” en jornadas de invierno
Años
después:
Hogar y guitarra en Valparaíso
Pelusas persiguiendo
sus cometas
Cumbre de
luz sobre el océano
La ciudad
en el lente de Aldo Francia
“Gracias a
la vida”, Amanda
En tu
vientre: un hijo
En tu
rostro: su mirada
En la
calle, la Patria despierta y canta.
Llega 1986
y estás sin trabajo
Estado de
sitio en la escuela laica
Asís te
llama con su mirada
Bendito
espíritu de tolerancia
Bendito
Rigoberto, tu compañero del alma
Cada día
estudias y asciendes
David y
Andrea, cuidan tus pasos
Ya lo
sabes: los hijos son para siempre
Lo mismo que Ignacio y Antonia
y Elías con su talante y su gracia
Con tu
estatura de bondad
Ya no
empleas las defensas del mandil
Cruzas puertas
en espíritu
En silencio
propagas alegrías
y cuando estás de humor: de nuevo cantas
Mi hija tiene serena primavera
Una estrella invisible custodia sus ojos
Reside en la Patria de mis sueños
Brinca de París a Melipilla
Mis heridas las mandé por correo
Apiño la ternura en mis ojos
Dejo atrás la pena
Guardo una pizca de miedo
para cuando crezca la noche
He estado buscando mi alma
Un chispazo apareció al tomar el té
Un trozo grande llegó al pensar en mi hija
El núcleo de ,luz sigue en brazos de mi padre
Lo que hay al sur de mi alma no te concierne
Tampoco mis parpadeos en el salón dorado
Arte de caminar sobre brasas
Mis ojos atados al cielo
Comprendí que nuestra gata se llama Ketamina
De noche espanta ratones
De día, atiende el alma del personal
Recibe vibraciones de muerte
El miedo de diez madres llorando
Los avances cotidianos del cáncer
El hedor de cuerpos calcinados
Aquel tenaz complot de las bocinas
El rápido frío mientras la vida se escapa
Pido para ti mi paraíso
una gran nariz de payaso
la boca del día sábado
un susurro gritado por el sol
Los nombres han venido a golpear
las puertas de las cosas
Zamur, Urak, Faregio,
Yusna
Calum, Rosto, Murgaz
He visto los ojos de Murgaz
Asistí a su fiesta en el bosque
Allí junto al río Zamur
Donde bebíamos Yusna:
licor de ciruelas y rosto
con vodka y vermouth
Hablé con ella bajo la sombra de Calum
El arbusto de jazmines que canta
besa a sus colibríes
Impregna de alegría al mes de Urak
posee manos para tocar el faregio
violín de siete cuerdas
para árbol bueno y primavera
He reído hasta perderme en la primavera
y despertar convertido en horizonte
hora de piedra
hombre que alza la voz.
El ser humano es más que un decir
Algo grande
Un sol complejo
Conciencia que despierta y perdona
Pulso extenso del Amor
Le mostré a Isidora
un pozo que conozco en el Génesis
Bebimos de aquel río subterráneo
Fue tras la clase de música
Cosecha de mandrágoras y sueños
Entre Tchaikovsky y el el Re de los muertos
Isidora viajó a su propia estrella
lo hizo con remos y primavera
recostada sobre septiembre
apenas despierta sobre mi cabeza
Isidora despierta, duerme
habla sobre sueños con su abuelo
quiere a Pedro y a Roque
recupera a Cony
lee Génesis y Corintios
piensa en Metafísica y Ontología
disfruta a su tío Tanita
En vez de asado:
Canapés y Chilenitos
Licor de damascos
En vez de fútbol
Jesús histórico
La luz sigue castigando al cazador
Isidora toca una cueca de Bach
La refalosa de Mozart
Una cumbia al estilo de Tchaikovsky
Carola está pariendo un dulce 18
alfajores, empolvados, chilenitos
poderosos hijos de sus manos
soles de manjar y de azúcar
yemas y claras muy bien puestas
Los pruebo y tienen sabor a Patria
saldos de otras primaveras
perfume de sus manos
traje blanco
un viaje en tren hacia mi infancia
Chile es otro
Ahora tiene a Karen y a un millón de otras como ella
Nuestra estrella las protege
Las envuelve en esta primavera
País de libertades y pobrezas
Bienvenidas a la venta callejera
Abrazo de hermandad
Ya tu hijo será chileno