Soy en tu ser la lumbre
Árbol que cuida tu nombre
Ramaje de luna
Palabra que el sol pronuncia
Soy en tu ser la lumbre
Árbol que cuida tu nombre
Ramaje de luna
Palabra que el sol pronuncia
Elegí el sabor de la Luna
Tu cielo colmado de estrellas
Mi plomada
Granadas que devoran los pueblos
La espada que defiende la paz
Extiendo mis manos por las calles de Recreo hasta llegar a su rostro
Recojo la tibieza de tus mejillas
Mil estrellas me llevan hacia ti
Y te alcanzo en la vereda
En la escala
Cerca de Calle Pedro Montt
En el aire, mientras el cielo se puebla de volantines
Ella viste de verde
Recibe a las fuerzas de abril
Sabe de canciones y kuchenes
Tiene su mirada sobre las olas del mar
El Rito fue escrito en los cielos
Lo murmuran estrellas
Lo conserva el silencio
Tiene un árbol de vida
y un sendero de luz.
Quien salva una vida
salva al mundo entero
Quien escribe un libro
despliega la rosa eterna sobre el talmud
El Uno sonríe porque tu libro es todos los libros
pizarra en que murmuran estrellas
rayo unido a la corona del Sol
regazo en que despierta el silencio
dos columnas a la entrada del templo.
N. es línea y esencia
canción que sueña
signo que respira
boca del viento
hada cocinando el resplandor
rocío sobre el Árbol de la Vida.
Ella dormitaba y tuvo que despertar
Un mago la invadió con bofetadas místicas
Era Hans Sachs
Maestro Cantor de Nuremberg
Era Bach con su coro de Leipzig
Tal vez Karl Marx con su fantasma de fiesta por Europa
Seguro Heinrich Heine
quien llegó como un cisne al lago interior de Natalia.
Y ahora todo es ilusión
Indudablemente "Un Curso de Milagros"
Aquella Tempestad de Próspero
Pequeña cárcel de Segismundo
El libro de los muertos
Nuestros Desaparecidos
Hiroshima
Tus manos sobre la plancha caliente
No, no comparto esa verdad de Dios.
Pero ella conoció la música
Se dejó elevar por sus manos de aire
Se hundió desnuda en aguas nocturnas
Fue madera de violines
Tempos, silencios, melodías
Aquel oleaje efímero e infinito
Y Natalia encontró la ventana
Cumpliendo su destino:
Con sus propios ojos miró a Dios
Con sus manos culminó su obra
y al salir del templo
dejó encendida la luz.
Ocurre que su padre, el fuego
la llamó Esperanza
libro de sueños
alma que cruza los meses de lluvia
Varsovia
Buin
Pisagua
escape de Hanna Arendt hacia el sol.
Escucho ahora tu corazón
Hay lápices y tinta en su interior
Amigas eternas como razones
Naranjos que plantaron tus abuelos
Columnas firmadas por el viento
Un bosque de peonías
La carta VI
Aquella que te cuesta escoger
He visto heridas bajo tu piel
Aquellas lunas que gobiernan tu horizonte
El incendio en tu memoria
La torre cayendo destrozada
El sonido de la flauta al amanecer.
Quien salva una vida
salva al mundo entero
y ocurre que tu libro - Natalia-
ahora respira y llora
Bebe leche de diez pezones tuyos
Le crece una boca para hablarnos
Unas manos para hacer ronda
Una espada de oro, para defender la Luz.
El otoño dice muchas cosas
Dice por ejemplo
Isidora es una rosa que canta
El océano es agua que canta
Hay espíritu en la letras
Escucho la vendimia sobre la tierra
Hoy voy a meditar sobre Jerusalén
Seguir mi ruta interior hacia ella
Cruzar sus laberintos
Entregar mi luz a la paz
Me gusta que volvamos a abrazarnos
Que sepamos ser uno
Fuegos de la misma conciencia
Luces del mismo despertar
Todo lo divido por cinco
Mi mano que ya tiene cinco nombres
La casa en que escondo mis tesoros
El tiempo que demoro en perdonar
La luna y el sol me confiaron tus abrazos
Cierto despertar de tu mirada
Los libros que buscan las flechas de tus ojos
Tu canto que ilumina nuestro andar
Hay nubes sobre Valparaíso
Los rayos del sol están cansados
Y en mi alma figura apenas tres luces
Una se llama Bethesda
Otra Lessing
La última persiste en llamarse Aurora
Soy el padre de Isidora
Me defino como libro de alegrías
Amigo del sol
Hombre que nada bajo hielos y sombras
La madre desafía a la muerte
Defiende una mínima vida
Lo hace pese al sufrimiento
Se anima contra la corriente
Lo hace inundada en lágrimas
Con los pies en el barro y la tristeza
Con sombras fabricando el ataud
Yerro cuando callo tu nombre
y me resigno a no buscarte
huyendo del aire celeste
el latido de tus ojos
la fiesta de tu presencia
Hola Gonzalo
Despierta y háblame hacia las estrellas
Suma tu alma a mi nombre
Obsérvame en mi traje de luz
Acércate, estoy al Este y al Oste
En la copa y en la raíz.
Nuestra mesa es redonda
Y en cada puesto estás tú
En la lámpara que enciendo en mis sueños
y en la ventana con vista al infinito
Maestra de textos
En cada libro estás tú
En las páginas que cruzan mi ojos
en la magia llamada comprensión.
Ciudadano, te inyectan 5, 10, 12 horas de miedo al día
Despiertas con la balacera y el asalto
Incendio
Odio
Estallido y conmoción de la sangre
Guerra en tu mejor horizonte
Nuestra alma devorando al horror.
*
Ciudadana, duermes con el miedo encendido
Partes de cuerpos aparecen bajo tu almohada
El infierno te saluda con sus fuegos de artificio
Hay cráneos bajo el platillo del té
El miedo posee tu futuro
El miedo es tu maestro y tu señor
*
Ciudadana, consumes 5, 10 o 12 horas de pánico al día
Continúas en la radio y en whatsapp
Lo gritan en coro: tus amigos, la comadre, el senador
Lo dice y repite el almacén
la peluquera
tu amante de ocasión
Aquel gentío que llora en los buses
Mi vecino en el bar que ya cerró
Incluso el orgasmo que fue destello de sol.
*
Ciudadana, despiertas rodeada por el mal
Soldados de Aragua preparan su café de muerte
Marcan tu rostro con el dolor de sus balas
Secuestro, complot, compra de jueces
El otoño se esconde bajo la tierra
Llora, mientras habla le tele
Llora, mientras se extingue el sol.
Lo que tú le has hecho a mi aurora
Ese resplandor en mi alma
Se asemeja al impacto del sol
Aquellos rayos de mañanas celestes
El poder que se intuye bajo la tierra