Voy a buscar tu calor
Encontrar el sol en tu piel
Algo del mes de enero
Llamas de una piedra
que baja del cielo
Voy a buscar tu calor
Encontrar el sol en tu piel
Algo del mes de enero
Llamas de una piedra
que baja del cielo
Ayer nací del horizonte
Surgí de piedras y rosas
Soy de hambre
De agua
Cumbre de trazos
Libro de Herencias
Escudos tejidos de luz
La química juega malas pasadas
Arde en mi estómago
Configura estrellas
Cuerpos, Sexos, Fantasías
Pensamientos meditados con dolor
Estuve en oraciones de la ley
En palabras que forma sentencias
El ius en voces de texto
Rueda de impulsos encontrados
Palabras moviendo el destino
Estuvo el sol sobre la luna
y la luna fecundó al sol
Al fin y al cabo
no era de piedra sino de espíritu
rayos de plata
noche convertida en amor
Nuestro bufón
Aleph, el mago
Emperatriz y Emperador
Sendero sagrado
Rayos de sol
Reina de la Noche
Mundo
Resurrección
Justicia
Un baile invertido
Máscara del mal
Silencio de Muerte
Rey de Roma
Templanza
Uróboro en el parque
Mellizos en su frontera
Rayo en la Torre
Una lámpara y su Ermitaño
Llegaron delfines a jugar frente a mi ventana
Advertí a Oscar, Ida y Marcia
Estaban Luis y Sergio muy solemnes
Cony con alma encendida
Esteban con sus crías pequeñas
Algo me decían
con sus aletas y sus cabezas redondas
disputaban peces con las gaviotas
arrancaban oro de los rayos solares
derramaban alegría sobre las olas
Algo me decía para abrir de nuevo los mares
Extender las redes
Aprender del cochayuyo
Unir las manos y los sueños
Dejar que Carla rece sobre la tumba del sol
Link a un avistamiento anterior
Hay Julieta en rayos del sol
Niña entre dedales de oro
Sonrisa en brazos de su padre
Poema de la tierra
Hermana del viento
Ser elegido por la Luz
Hay cinco Julietas en cada rosa
Una en silencios de Atacama
Otra rumorosa en las ondas del mar
La que viene, con pies rosados de aurora
La que marcha horadando el crepúsculo
Y ese cielo pequeñito que mira y mira a su mamá.
Está también la Julieta del futuro
Vestida de un verde ligero
Azahares prendidos a su nombre
Un libro de sueños en su bolso
Palabras para bordar alegrías
Un beso de Lucy
Su alma en la esfera del Ser.
Heredé el destino del mundo
Varios patriarcados
Sombra y llanto del abuso
Cadáveres sembrados por guerras
La peste
Cierto dolor en el silencio
Heredé la patria
Sus fusiles, parlamentos y batallas
Basura y torpezas
Tierra temblando
Las ostias
Policía verde
Cruces cargada por tantos
Y heredé también la nieve
Cien libros de Shakespeare
La Araucana
El sol cantando en Los Andes
Violeta y sus hijos
El abrazo de mis padres
Luz cruzando los cristales
Llegaste Alicita
Trajiste tu abrazo de madre
Hogar de auroras y siglos
Sol de infancia
Luz encendida en mis sueños
Escribo los nombres que le faltan al año
Los trabajos del mes
Espíritu azul de la semana
La mano del sol en Los Andes
Escribo la lluvia que falta
El hechizo de tus ojos
Temblores en ni nombre
Los cristales de mi conciencia
Escribo el camino y la meta
Las vidas de Handel
La estructura de un sueño
La fruta que crece en mi huerta
En la clase de Juliete Binoche
Sus ojos tristes
Muy cerca, un hombre de 99 años
El otoño en las quebradas
Los pies tibios de mi esposa
Mi padre
Isidora girando en mi domingo
Existo en el dólar blue
Y camino por rutas soñadas de Buenos Aires
Camino entre tangos y obeliscos
En rutas invisibles y elevadas
Bajo las mesas del Tortoni
Bajo tumbas que no tienen nombre
Acaso nuestro padre el viento
Todos los ríos que amas
Sin duda, el sol
Mi celos en que anidan estrellas
La madres que tejieron nuestros sueños
Para Trinidad
Se dice que Johann Wolfang von Goethe ,1749-1832, fue el último hombre universal que caminó sobre la faz de la tierra. Estudió derecho, se hizo alquimista gracias a los cuidados de su médico, fue escritor, héroe juvenil, científico, dibujante, filósofo, viajero y Ministro del Ducado de Weimar, minúsculo territorio autónomo existente antes de la Unificación Alemana.
En bóvedas de luz deleitaba a sus amigos con poemas y conversaciones sobre filosofía, historia, arte, ciencia y humanidades.
Esta tarde te dejo su balada “Der Erlkönig”, “El
Rey de los Elfos”, de 1782, en la
versión musical de Franz Schubert, que
se considera una pieza fundamental del
siglo XIX.
El Rey de los Elfos
¿Quién cabalga tan tarde en la noche y el viento?
Es un padre con su hijo.
El hombre estrecha en sus brazos al niño,
le da calor, lo protege.
-Hijo mío, ¿por qué ocultas, temeroso, la cara?
-Padre, ¿no ves al Rey de los Elfos? El Rey
de los Elfos con su corona y su cola…
-Hijo mío, es una estela de bruma.
-¡Querido niño, ven, alejémonos juntos!
¡Jugaré contigo a tan bonitos juegos!
¡Tantas flores colorean la orilla del río!
Y mi madre tiene hermosas ropas de oro.
-Padre mío, padre mío ¿es que no oyes
lo que el Rey de los Elfos me promete en voz baja?
-Calma, tranquilízate, hijo mío,
es el ruido del viento en las hojas secas.
-¿Quieres, dulce muchachito, venir conmigo?
Mis hijas se ocuparán amablemente de ti.
Ellas son las que forman los corros nocturnos,
te acunarán con sus bailes y cantos.
-Padre, padre, ¿no ves cómo bailan
las hijas del Rey de los Elfos entre las sombras?
-Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo,
y esas sombras grises son unos viejos saúcos.
-¡Te amo, me tienta tu bello cuerpo,
si no consientes, te obligaré por la fuerza!
-¡Padre, padre, se apodera de mí!
¡El Rey de los Elfos me está haciendo daño!
El padre se estremece, espolea al caballo,
aprieta contra su pecho al niño que gime.
Tras grandes esfuerzos, llega a la granja.
Y en sus brazos el niño ya está muerto.
¿Qué significa el poema?. Advertimos
varias capas de sentido: la agonía del niño que delira;
el deseo y la violencia del malvado y pederasta
Rey de los Elfos; la arraigada costumbre de cabalgar, que tantas veces estuvo presente en la vida de Goethe.
Además de su polisemia y su
tensión, el poema impacta por la incorporación de cuatro voces, el narrador, el
niño, el padre y el Rey de los Elfos.
El Rey de los Elfos fue musicalizado
por Franz Schubert, en 1815, bajo la forma de lied, a saber una pieza de
raigambre alemana para cantante y piano.
Digamos de Franz Schubert, que fue un músico genial, extremadamente bohemio, que compartía los ideales de la ilustración en su vertiente romántica y que admiraba profundamente a Goethe.
Te sugiero que en tu hogar escuches también otros poemas de Goethe musicalizados por genios de la música, en concreto, “Das Veilchen”, “La Violetera”, de 1773 o 1774, obra de Mozart; la Obertura “Egmont”, surgida en 1810, fruto del ingenio y la pasión de Beethoven, trabajo que mereció el efusivo elogio del propio Goethe; “Gretchen am Spinnrade” y "Meers Stille", "Mar Calmmo", ambas de Franz Schubert; y “Der Schäfer”, “El Pastor”, de Hugo Wolf, 1860-1903, autor vienés de origen esloveno.
Regalo de cumpleaños para Trinidad.
Fanny Mendelsohn, hacia 1821, Carl Joseph Begas |
Tenía derecho a elegir
y tú elegiste por mí
Tenía derecho a la verdad
y tú la hundiste en voces de misterio
Tenía derecho a morir en paz
y tú me empujaste al Reino del Dolor
Con todo, gracias al triunfo de lo justo
Desde este plano sutil
Tengo oraciones de luz para tus rumbos
Y pido que seas libre, dejando al otro ejercer su libertad
Que seas veraz, porque así habla el Amor en el mundo
Y que el dolor no sea una bestia en tus horas
Ni un siglo de pena en el sentir de los tuyos
Desde este plano sutil te llamo
hermana, padre, amigo
tiño de azul y violeta
el gris de tu andar
y sabiendo que mi dolor
horadó tu sangre y tu tiempo
extiendo mi mano invisible hacia tu frente
vierto gotas de aurora en tu Arte
y limpio el cristal de tu conciencia
Este texto conversa con mi propia creación de 2015:
Gracias a los médicos que usaron su arte.
Los que enfrentaron la noche.
Abordaron los riesgos.
Rescataron la vida.
Gracias por ampliar alegrías.
Hacer bella la ciencia.
Hacer pleno el trabajo.
Hacer justo el destino.
Gracias por aceptar el dilema.
Mirar la raíz de la muerte.
Poner vuestra paz en peligro.
Volcar vuestra luz en el día.
Elegí los doce meses de tu alma
Las voces alemanas que pronuncias
La red que contiene tu fuerza
Tus paseos por Recreo
Tus oraciones
Los himnos que entonas descalza
Elegí latir
ser tu sangre robada
cielo atrapado en tus sueños
casa que vuelve
rosa en tus manos
tímido rayo en tu rostro