Invoco tu nombre de vientos
Tu existencia en la noche
La fuerza con que mudas el cielo
Bendito en montañas y valles
Poderoso Tesnub
Señor de las tormentas
Invoco tu nombre de vientos
Tu existencia en la noche
La fuerza con que mudas el cielo
Bendito en montañas y valles
Poderoso Tesnub
Señor de las tormentas
¿Hay algo que no provenga de tu alma?
Tal vez la palabra Dalmacia
Un perro con nostalgia de su amo
Cierto domingo ventoso
La estrella que busca tu rostro
Me encanta nacer de un poema
y liberarme de las cosas que caen
quedar solo en el camino
lejos del fuego y de mi nombre
Confío en el trabajo y confío en mi pueblo
La experiencia de sus jueces
Método y gracia del Amor
Radiación del ser
al buscar la luz.
Me encanta trabajar con los ojos en el mar
Hay más luz en las ideas
Más presencia de lo eterno
Más alegría en el andar
Nombro los días que me faltas mamá
Estos que están y no estás
Los que siento en mi piel
Aquellos de tu viaje en la luz
Día de ñoquis y pienso en tus manos
El viaje de las papas
Los Andes, Milán, Buenos Aires
Sabor en manos de mujeres
Una fiesta de la salsa
Te miro a través de la copa y brindo por ti
He estado en el río con Iván
Lo vi explorar los pasillos de la muerte
Erguirse sobre el lodo y los cadáveres
Tornarse fuego sin dejar de ser niño
Aferrarse a las campanas
Cruzar herido de la luz al destino
¿Qué hay en mi espíritu?
He ubicado puertas y pasajes
Ventanas, pasadizos,
marcas que dejé en otros viajes
El mismo sol brillando en todas partes
Que linda tu ropa de hoy amada
La bata que cubre tus rumbos
Elegía de sol
Objeto y tumba de mis ojos
*
Que suave la seda en tu cuerpo
La luz marcada en tu alma
Impresión de la tarde
Guiño del mes a mi sangre
Creo en los derechos del invierno
Lluvia nocturna
Lodo
Golpes del viento
El agua recobrando sus quebradas
Pienso en Gabriel
Creí conocerlo y no logro asirlo
ni pensarlo
ni intuir su luz
Me acerco
y escapa como el humo azul de la tetera
la infancia
ese último viaje en tren
*
Lo busco y no lo encuentro
Vive en otro tiempo
Despliega su alma desde otra montaña
y yo apenas conozco mi nombre o la voz de mi madre
no las nubes de su cielo sur
no sus cuadernos de ciencia
no el sol del norte, ese que parla en inglés
*
Pienso en Gabriel
Toco la puerta de sus sueños
Y él la abre
Elige para mí una vereda de mar
y un puente
que lleva a su isla colmada de prados
y de aves que forman diez círculos
diez planos del cielo
diez vidas de Gabriel.
*
Ahora me reduzco y él crece
Cambia
Despierta en el Huáscar o la Covadonga
Cabalga sobre un potro negro
Rompe un muro
Llora, ríe, triunfa
Atrapa ese conejo blanco
Elige su propio Dios
Incendio solsticial en la ciudad
Vamos con Isidora comprando regalos
Recreo Cultural
El nuevo Almacén de Ricardo
Botillería en la esquina de Condell
La tienda surtida de Marcelle Blanc
*
Vamos cargados con paquetes
Un mago ha pintado de humo y rojo nuestro cielo
Viene un Uber
Una gran máquina de bomberos
Alegría azul en Rosa María
Vienen las llamas y nosotros seguimos entre juegos
Lecturas del Banquete
Visión de un gigante rojo con dos hélices
El médico pide conversar de Cupido
*
Pero las redes gritan la tragedia
Nuestra Acalde ha visto los brazos
y mil rostros del fuego
Evacuación inmediata del Tranque Sur
500 casas convertidas en Hoguera
Renato ha perdido su hogar
Un vecino calcinado
Cecilia muy cerca de las llamas
Sergio se ha refugiado en Recreo
*
Los tesoros son sacados del Palacio
Adiós a las palmas centenarias
Nuestros niños dormirán en una escuela
Llegan más y más bomberos
Corazones fuertes de Patria Buena
Espíritu de Vergara, José Francisco
Alma fundadora de Forestal
*
Es la madrugada
y mi trabajo está en la frontera del incendio
Cada minuto un helicóptero golpea las cenizas
Frente a la Parroquia
Nuñoa y Peñalolén se retiran agotados
Gracias combatientes del fuego
Gracias obreras y obreros de paz
Estoy en la mirada de Isidora
Allí soy cielo bullicioso
Incendio de bosques
ruta bajo los rayos del sol
Isidora se viste con palabras
Usa, rojo, azul
y una paleta de verbos.
Entonces, su traje llora,
salta
vigila el cielo sobre Reñaca
aprende el ruso de los Soviets
alemán de Hamburgo
silencio estrellado de los collas
Siento el vaivén
preparo mis piernas
y salto hacia adelante
cruzo portales de tristeza y otros de miedo
bruma y rubor de culpas
la arena blanca
en que vuelvo a sentir tu presencia