Al borrarse mi alma
mueren los nombres de las cosas
mueren la montaña y el día
caen las torres
se reduce a nada el firmamento
y un pequeño rayo de amor
cruza descalzo sobre el silencio
Al borrarse mi alma
mueren los nombres de las cosas
mueren la montaña y el día
caen las torres
se reduce a nada el firmamento
y un pequeño rayo de amor
cruza descalzo sobre el silencio
Aparezco para desaparecer
aunque mi luz quede palpitando en estas letras
y las llaves de mi tumba
se hayan perdido bajo el mar
Ernesto, mi buen perrito, soñaba
Su cabeza se estremecía
sacudiendo las sombras de su pesadilla
o respiraba contento
siguiendo una melodía onírica
un paseo por el campo
caricias y abrazos de Luz
Belleza, te han dicho que calles
y ocultes tu rostro al rocío
Amada mañana desnuda
Hembra mística
Rayo de luz sobre el agua
Primera noche en el campo de batalla
Balas trazadoras
El Polvo Las Explosiones Cuerpos estallados
Los gritos Las oraciones
El imperio de la muerte
Mis manos ahogando tanta vida
Los ratones mordiendo nuestros cuerpos
Donde hay Humanidad hay Patmos
En sueños, los cinco vocablos me abordaron
¿Qué significan?
Los símbolos velan y conducen a un sentido
La Isla Mediterránea
Juan
Apocalipsis
Gente imbuida en su fe.
Donde hay Humanidad hay Patmos
En sueños, los cinco vocablos me abordaron
Apunto al temor y el pensamiento
Exilio, poesía, fraude
La creación de lo humano a través de la palabra
El futuro proyectado con palabras
Visito el libro de mis tumbas
Dejo allí flores dibujadas por mi fuego
Señales de viaje
Cartas escritas con tinta verde
Lo leo y lo reescribo
Agrego una y otra vez mis faltas
Cabellos de mis sombras
Cápsulas de tardes secretas
Flavia Costa habló sobre la técnica
La asedió desde de su Yo Aristóteles
Desde Yo Heidegger, desde su Yo Marx
y tras sus redes de inteligencia
más dos gramos de arte en la sangre
surgió su risa rubia
dominio acabado de las cifras
cancha y garbo en barrios porteños
fantástica rubia de Morón
pionera epistemológica
embajadora de Argentina en nuestro mar
Leí en mis manos tu llegada
La premura de tu cuerpo
El origen y los ritmos de tu esencia
La luz que brilla en tu danza
El signo y las formas de tu fe.
Tengo noticias de Nunca Jamás
Un abrazo en la noche
El saber de mi piel
El dar y pedir del espacio
Estuve en las entrañas del nombre
En el juicio de la lluvia
En la tumba de toda verdad
Tengo entonces experiencia
Me escupieron niños y enfermeras
El plenilunio, los segundos,
nuestro caballo de guerra
Me reduje a tus labios y a mi casa
la lectura del mar
episodios de sol sobre mi mente
Escuchamos el hilo de un relato
Recibimos poderes de su azul
Surgió una niña de cinco lunas
su peso y su número 13
crítica trisomía, parálisis, convulsiones
un virus caminando en sus signos
y cometas que llueven en su alma.
***
¿Qué hacer con ella?
La madre se resigna, el padre quiere luchar.
¿Hasta dónde llegará su aventura?
¿Cuánto costará?
¿Podemos limitar sus cuidados?
¿En qué momento hacerlo?
Procede seguir indagando en sus sombras
¿y arriesgar la fuente de su única chispa?
***
Y si la niña empeora
¿Correr el riesgo de entubar?
Y si coge la hebra de su vida
erguida entre plantas y arreboles
bendita por el sol y la llovizna
Hay rayos de sol
en el libro de la muerte
huellas de Gustav Planck
un respirar del silencio
notas y tonos de la conciencia
Su pequeño país nunca ganó una batalla
pero en todas ellas brilló un guerrero temerario
Xil Silveiros Exterior
hombre vestido de Arlequín
espadachín y arquero
ser de picas y dagas
invisible a pesar de sus colores
Al retorno de cada excursión
su pueblo nunca habló de derrotas
sólo de las hazañas de Xil
la jerarquía y el número de sus víctimas
cartas y presentes a cada viuda
las medallas que rechazó
su constante negativa a visitar las Iglesias
vestir el gris de reglamento
probar la comida del cuartel
La mujeres peregrinaban a su casa
y él les permitía compartir el café del desayuno
leer sus sueños en voz alta
conversar sobre libros y obras de teatro
cantar para él, antes de dormir
Sobre este cielo hay otro cielo
Uno que pende del Gran Sol
Ese que está bajo otro Gran Cielo
Y todos ellos son, en el fondo, tu propia Luz.
Mi cuerpo tiene tedio y bruma
Aromas celestes
Varias almas en ronda
Carnes heridas
Nubes y hierbas
entre estos ojos y la piel
He descubierto tu nombre en mi ropa
Una cinta con "Carola" en mi bolsillo secreto
Hilo rojo sobre tela blanca
Sello marcado en mi silencio
El tiempo hilado con tus dedos de oro.
¿Y si venimos de la muerte?
del romance entre luz y agua
pulsos de lluvia
crisoles de cielo fecundando humedades
bordes de espuma sobre playas perdidas
Busco noviembre en el fuego
De seguro en los nombres de la noche
Tiempo y magia de la música
Agua de sueños
Brotes escindidos del sol