Amo tomar los rumbos de la mañana
Heredar su aurora
Elevarme en los tinos del azul
Andar y desandar los senderos
Herir la primavera
Colgarme de un rayo lunar
Amo tomar los rumbos de la mañana
Heredar su aurora
Elevarme en los tinos del azul
Andar y desandar los senderos
Herir la primavera
Colgarme de un rayo lunar
No digas tu nombre a la muerte
Que pase ella sin conocerte
Sin estudiar tu olor
Sin respirar tu aliento
La palabra yo está llena de nombres
Duerme y despierta
Vuela y crece con su cello
Parece tener sólo un rostro
Mas tiene cascadas de aromas
Un escudo de espejos
El libro en que lloran tus sueños
Mienten los ojos de este invierno
Esta edad de la lluvia
Hora y país del cariño
La cintura y el pubis de este día
Se trizan y tuercen los nombres
El manto que cubre lo simple
La edad del silencio
La vara de los sordos
El pecho y la mejilla de este tiempo
Lo que escribí
fue para ti y tu alegría
para el cielo que alimenta mis sueños
y también para la tierra
nuestra herencia de palabras
la raíz y el otro sol de nuestra casa
Escribes en tus cuadernos de universidad
y yo salto entre letra y letra
aparezco entre silencio y pizarras
poseo un lugar en tu abrigo
te saludo desde una pregunta
o desde una ventana hacia el puerto
A veces te acompaño en el bus
Te escucho rezar
Anoto frases invisibles en tus libretas
El tiempo y la tierra son lo mismo
Igual que la palabra y la sombra
El viaje
La tromba
El suave desandar del peregrino
He descubierto mi sangre
Habitan estrellas aquí
Ciertos hilos del mundo
El cielo y sus pies de bandera
Resumo los nombres de mi país:
Océano, bosques, piedras solares
Niños con labios de leche
Ojos indígenas
Plegarias de niños
Barro cubierto por nieve
No quiero esperar la sangre fría
ni enervar mi tiempo en tu retorno
ni encogerme en silencios
ni suplicar la brisa a nuestro cielo
No, quiero
No me va tanta paciencia
Ni el temor de mi pueblo
Ni los hieros y traiciones del olvido
Jesús anunció el fin
y las viejas piedras del templo
apenas movieron su soberbia
descansaron al verlo maniatado
pensaron en Él
cuando Roma las arrancó de cuajo
Nada me abraza más que este invierno
el tic tac de los sueños
patria y fe de los muertos
la calma sacudiendo sus silencios
Nada me separa del amor
porque siempre estoy allí
y abunda mi sol en tu cuerpo
y tu calor se cobija en mi nombre
lo mismo que tu boca
y la matriz de tu cantar
Cuando Netflix está en todos
yo resido en Ondamedia
Por cierto Lalulula TV
Archivos de cine clásico
Cineteca Nacional
El Ojo tras la H y la B
Todo nuestro sábado estuvo contigo
Me abracé a tus lágrimas
Pasamos de una lluvia a otra
Nos alojamos en el viento
Allí nos arrulló el sol
Lo que salves hoy
Será un cristal mañana
Niños caminando en la playa
Los ojos del cielo sobre mi nombre