21 de abril de 2022

Conciencia de vida

 


La vida me quiere y lo agradezco

Me dejo lamer por ella

La huelo, la toco, la beso

Soy su conciencia

La recibo en mis ojos y en mi luz

20 de abril de 2022

La muerte dejará de ser

 


Ocurre que el aire está de fiesta

Pronto el agua  cruzará su cuerpo

Habrá ríos en el cielo

Las piedras se cubrirán de verde

y   la muerte dejará de ser

19 de abril de 2022

El joven vestido de blanco ¿Embalsamar?

 




Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé, compraron aromas para embalsamar el cuerpo.

Y muy temprano, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, apenas salido el sol. Se decían unas a otras:

¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?

Pero cuando miraron, vieron que la piedra había sido retirada a un lado, a pesar de ser una piedra muy grande.

Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco, y se asustaron.

Pero él les dijo: "No se asusten. Si ustedes buscan a Jesús Nazareno, el crucificado, no está aquí, ha resucitado; pero éste es el lugar donde lo pusieron".

Ahora vayan a decir a los discípulos, y en especial a Pedro, que él se les adelanta camino de Galilea. Allí lo verán, tal como él les dijo.

Las mujeres salieron corriendo del sepulcro. Estaban asustadas y asombradas, y no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían.

Soy Baruch
el joven que vestía de blanco 
al interior del  sepulcro

En esos días de equinoccio
Sobre las rocas recibimos al sol
Elevamos himnos
Abrigamos nuestra unión con Jesús

Aquella noche
Entre varios movimos la piedra
Con sales levantamos al dormido
Oramos junto a él
y mis hermanos lo llevaron a nuestra casa

Yo quedé esperando a las mujeres
Iluminé sus rostros con mis  ojos
Les dije que el Maestro había resucitado
y era lo que ellas sabían en su corazón
era lo que ellas  anunciaron al mundo.


18 de abril de 2022

Jesús es sepultado

 

Caravaggio






Había caído la tarde. Como era el día de la Preparación, es decir, la víspera del sábado,intervino José de Arimatea.

Ese miembro respetable del Sanedrín era de los que esperaban el Reino de Dios, y fue directamente donde Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.

Pilato se extrañó de que Jesús hubiera muerto tan pronto y llamó al centurión para saber si realmente era así.

Después de escuchar al centurión, Pilato entregó a José el cuerpo de Jesús.

José lo bajó de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado, lo colocó en un sepulcro excavado en la roca e hizo rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba.

María Magdalena y María, la madre de José, estaban allí observando dónde lo depositaban.


Como centurión 
he presenciado  cientos de crucifixiones
Esta tortura mortal
importa varios días de agonía
Pero Jesús ha fallecido en tres horas
6, en el uso de vuestro tiempo.

José de Arimatea 
le ha solicitado el cadáver a Pilato
y yo  he certificado el fallecimiento
El Maestro no respira
y ya puede ser llevado a su tumba.

Me preguntan 
si tengo conocimiento sobre filtros
y si entiendo sobre el método de los cirujanos
Yo me excuso y les respondo
Soló soy un soldado del Imperio
Sé que Jesús estaba muerto
Sé que verdaderamente era Hijo de Dios.

¿Es cierto que Jesús sanó a su hija?
Le pregunta un joven abogado  de este texto
Y él responde: "Son sólo rumores"
Los niños enferman y sanan 
con mucha facilidad.



17 de abril de 2022

Eloí, Eloí ¿lama sabactani? Las horas se anotan exactas y se corresponden con las tres mujeres

 

                                                             Jesús y Velásquez en nuestros hogares


Los soldados me sacaron del palacio y en el camino cogieron a un tal Simón de Cirene , padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, y le obligaron a cargar con mi cruz.

Llegamos a un lugar llamado Gólgota, que traducido significa "calavera", y me dieron a beber vino mezclado con mirra; pero no quise tomarlo.

Cuando ya me habían crucificado, los soldados se repartieron mi ropa, sorteándola entre sí.

Era aproximadamente la hora tercera (nueve de la mañana).

En la cruz fijaron un título que proclamaba la causa de la ejecución: 'El rey de los judíos'.

Al propio tiempo crucificaron también a dos ladrones, uno a mi izquierda y otro a mi derecha.

La gente que pasaba por allí movía burlonamente la cabeza, me gritaba: ¡Si tú eres capaz de derribar el templo de Dios y de volver a levantarlo en tres días, sálvate a ti mismo! ¡Baja de la cruz y sálvate!

También los principales sacerdotes y los escribas se unían a las burlas de la gente, y se decían unos a otros: ¡Ya lo estáis viendo! A otros pudo salvar, pero no puede salvarse a sí mismo.

¡En cuanto veamos que ese Cristo, Rey de Israel, desciende de la cruz, creeremos en él! Hasta los ladrones que junto a mí morían, me injuriaban.

Hacia la hora sexta (mediodía) quedó sumida la tierra en una profunda oscuridad que duró hasta la hora novena (tres de la tarde).

A esta hora clamé a gran voz: Eloí, Eloí ¿lamá sabactani? (que traducido significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?).

Algunos de los presentes, al oírme, pensaron que estaba llamando al profeta Elías; y un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y me dio a beber, mientras decía: ¡Vamos a ver si viene Elías a bajarlo de ahí!

Pero mi cuerpo, lanzando otro grito, entregó su espíritu.

En ese mismo instante, el velo del templo se rasgó de arriba abajo, en dos partes; y el centurión que estaba frente mí, al ver cómo expiraba después de haber dado aquel grito, exclamó: ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!

Entre la gente que allí se encontraba había varias mujeres que miraban de lejos todo lo que ocurría. Eran María Magdalena; María, la madre de Santiago el menor y de José; Salomé, y algunas más.

Todas ellas me habían auxiliado y servido desde mi predicación en Galilea. También había otras muchas que me habían acompañado a Jerusalén.

¿Lo notaste Gonzalo?, mi grito conduce al Salmo XXII. Mi Sacrificio fu antes poema y profecía.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste? ¡Las palabras que lanzo no me salvan!

Mi Dios, de día llamo y no me atiendes, de noche, mas no encuentro mi reposo.

Tú, sin embargo, estás en el Santuario, de allí sube hasta ti la alabanza de Israel.

En ti nuestros padres esperaron, esperaban y tú los liberabas.

A ti clamaban y quedaban libres, su espera puesta en ti no fue fallida.

Mas yo soy un gusano y ya no un hombre los hombres de mí tienen vergüenza y el pueblo me desprecia.

Todos los que me ven, de mí se burlan, hacen muecas y mueven la cabeza:

¡Confía en el Señor, pues que lo libre, que lo salve si le tiene aprecio!

Me has sacado del vientre de mi madre, me has confiado a sus pechos maternales.

Me entregaron a ti apenas nacido; tú eres mi Dios desde el seno materno.

No te alejes de mí, que la angustia está cerca, y no hay nadie que pueda ayudarme.

Me rodean novillos numerosos y me cercan los toros de Basán.

Amenazándome abren sus hocicos como leones que desgarran y rugen.

Yo soy como el arroyo que se escurre; todos mis huesos se han descoyuntado; mi corazón se ha vuelto como cera, dentro mis entrañas se derriten.

Mi garganta está seca como teja, y al paladar mi lengua está pegada: ya están para echarme a la sepultura.

Como perros de presa me rodean, me acorrala una banda de malvados. Han lastimado mis manos y mis pies.

Con tanto mirarme y observarme pudieron contar todos mis huesos.

Reparten entre sí mis vestiduras y mi túnica la tiran a la suerte.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos; ¡fuerza mía, corre a socorrerme!'

Libra tú de la espada mi alma, de las garras del can salva mi vida.

Sálvame de la boca del león, y de los cuernos del toro lo poco que soy.

Yo hablaré de tu Nombre a mis hermanos, te alabaré también en la asamblea.

Alaben al Señor sus servidores, todo el linaje de Jacob lo aclame, toda la raza de Israel lo tema;'

porque no ha despreciado ni ha desdeñado al pobre en su miseria, no le ha vuelto la cara y a sus invocaciones le hizo caso.

Para ti mi alabanza en la asamblea, mis votos cumpliré ante su vista.

Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán a Dios los que lo buscan: ¡vivan sus corazones para siempre!

De Dios se acordará toda la tierra y a él se volverá; todos los pueblos, razas y naciones ante él se postrarán.

¡Rey es Dios, Señor de las naciones! Todo mortal honor le rendirá,

se agacharán al verlo los que al sepulcro van. Para Dios será sólo mi existencia.

Lo servirán mis hijos, hablarán del Señor a los que vengan,

al pueblo futuro: Que es justo, les dirán. Tal es su obra.


De esas horas recuerdo a los que estuvieron conmigo

Simón, un griego de Libia,  que cargó el peso de mi cruz

y mis hermanas,

de quienes sentí el latir de su corazones

María de Magdala, 

María,  madre de Santiago y de José

Mi  sabia  y justa Salomé

y varias más, que me  abrigaban con su mirada.


16 de abril de 2022

Jesús es torturado

Palma, "El Joven"




Pilato me hizo azotar, y después me entregó para que fuera crucificado.

Los soldados me llevaron al pretorio, que es el patio interior, y llamaron a todos sus compañeros.

Me vistieron con una capa roja y me colocaron en la cabeza una corona que trenzaron con espinas.

Después comenzaron a saludarme: '¡Viva el rey de los judíos!'

Y me golpeaban en la cabeza con una caña, me escupían y se arrodillaban ante mí para rendirme homenaje.

Después de haberse burlado de mí, me quitaron la capa roja y me pusieron de nuevo la ropa.




Mientras el látigo abría mi carne

yo pensaba en Pedro Juan Merino

gente llevada como ganado a su martirio

el olor de la carne quemada

ESMA, DINA, CHECA

barcos colmados de esclavos

parodia llamada inquisición




Ellos me escupían

y en mi espíritu les perdonaba

bendecía a sus madres y sus  sueños

honraba el fuego de sus hogares

enviaba ángeles para calmar su dolor




Me llamaron Rey de Israel

y cada espina que hirió mi cabeza

fue el rostro de un monarca

que abusó de su pueblo

y por cada gota de sangre

nacieron cien estrellas

y siete siglos de luz




Me dejaron desnudo

y me vi en los niños abusados en mi casa

en mis hermanas violadas

genocidios de la tierra

cien tormentas entre el trueno y la muerte



El Pueblo salva a Barrabás

Antonio Ciseri




Cada año, con ocasión de la Pascua, Pilato solía dejar en libertad a un preso, a elección del pueblo.

Había uno, llamado Barrabás, que había sido encarcelado con otros revoltosos por haber cometido un asesinato en un motín.

Cuando el pueblo subió y empezó a pedir la gracia como de costumbre,

Pilato les preguntó: '¿Quieren que ponga en libertad al rey de los judíos?'

Pues Pilato veía que los jefes de los sacerdotes le entregaban a Jesús por una cuestión de rivalidad.

Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que pidiera la libertad de Barrabás.

Pilato les dijo: '¿Qué voy a hacer con el que ustedes llaman rey de los judíos?'

La gente gritó: '¡Crucifícalo!'

Pilato les preguntó: 'Pero ¿qué mal ha hecho?' Y gritaron con más fuerza: '¡Crucifícalo!'

Pilato quiso dar satisfacción al pueblo: dejó, pues, en libertad a Barrabás y sentenció a muerte a Jesús.

Y mi sentencia estuvo compuesta de palabras

tan solo aire

brotado de los pulmones de mi pueblo

éter en las entrañas de Pilato

el deseo de tantos por cautelar su riqueza.





La madrugada del viernes ante Pilato

 



El viernes muy temprano se reunieron  los ancianos y los maestros de la Ley. Después de atarme con  con cadenas, me condujeron ante Pilato.

Pilato  preguntó: '¿Eres tú el rey de los judíos?' y respondí : 'Así es, como tú lo dices".

Como los jefes de los sacerdotes  me acusaban de muchas cosas,

Pilato volvió a preguntarme: "¿No contestas nada? ¡Mira de cuántas cosas te acusan!"

Pero Jesús yo no le respondí, de manera que Pilato no sabía qué pensar.

No era la hora de  impedir  con palabras el plan de mi Padre.


No era la hora, pero pasó por mi mente esta defensa:

Pilato, padre de Marcial y de Tito

Hijo amado de  Flavio y  Valeria

Pesa en tu conciencia la justicia de mi causa

pues sólo cumplo las escrituras sagradas

Soy Hijo del Hombre

Hijo y creación de Dios

y  el Reino de mi Padre existe en el Espíritu

no en los dominios y reinos de Tiberio.

Pesa en tu conciencia la justicia de mi causa

y define tu lugar entre los hombres y las estrellas.

Pedro miente y llora

La Negación de Pedro, Carl Henrich Bloch


Mientras Pedro estaba abajo, en el patio,

pasó una de las sirvientas del Sumo Sacerdote.

Al verlo cerca del fuego, lo miró fijamente y le dijo:

'Tú también andabas con Jesús de Nazaret.

El lo negó: "No lo conozco, ni entiendo de qué hablas". Y salió al portal.

Pero lo vio la sirvienta y otra vez dijo a los presentes: "Este es uno de ellos".

Y Pedro lo volvió a negar. Después de un rato, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro: "Es evidente que eres uno de ellos, pues eres galileo".

Entonces se puso a maldecir y a jurar: "Yo no conozco a ese hombre de quien ustedes hablan".

En ese momento se escuchó el segundo canto del gallo. Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: 'Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres', y se puso a llorar.




Aquí Pedro vuelve a marcar el tiempo, 

esta vez el amanecer.

Marca también los límites del coraje

y el poder de la conciencia 

que derrama lágrimas en sus ojos

En el  interior del templo, los captores de Jesús,

mofándose de  él,

lo instan a profetizar

,y  en las cercanías,

Pedro y  el gallo

dan  cumplimiento a  la  visión  del Maestro.

Mucho tiempo después

vendrá Pedro y el Lobo

y Sergei Prokofiev

hará de las mentiras un prodigio  musical






15 de abril de 2022

Pedro marca la proximidad entre el arresto y el juicio

 



Dice Marcos  que Pedro  siguió a Jesús de lejos hasta el patio interior del Sumo Sacerdote, y se sentó con los policías del Templo, calentándose al fuego.

Sugiere el texto la proximidad entre el arresto y el juicio.

¿Cómo en plenas celebraciones de pascua?

¿Un juicio nocturno?

¿El vértigo del complot?

¿Un simulacro?,  al estilo de Colonia Dignidad y Simón  Bolívar.

Un hito entre el  relato humano y el principio del mito sagrado.

Guardé silencio ante los falsos testimonios



Me llevaron ante el Sumo Sacerdote, y todos se reunieron allí. Estaban los jefes de los sacerdotes, las autoridades de mi pueblo y los maestros de la Ley.

Los jefes de los sacerdotes y todo el Consejo Supremo buscaban algún testimonio que permitiera condenarme a muerte, pero no lo encontraban.

Varios se presentaron con falsas acusaciones contra mi, pero no estaban de acuerdo en lo que decían.

Algunos lanzaron esta falsa acusación:

Nosotros le hemos oído decir: Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días construiré otro no hecho por hombres.

Pero tampoco con estos testimonios estaban de acuerdo.

Entonces, el Sumo Sacerdote se levantó, pasó adelante y me preguntó: '¿No tienes nada que responder? ¿Qué es este asunto de que te acusan?'

Pero yo guardaba silencio y no contesté.

Estaba esperando que alguien dijera una verdad, para reconocerla y asumir mi destino.


14 de abril de 2022

Yo soy el Mesías





"¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios Bendito?", me preguntó el Sumo Sacerdote, y respondí: "Yo soy, y un día verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha de Dios poderoso y viniendo en medio de las nubes del cielo".

El Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras horrorizado y dijo: '¿Para qué queremos ya testigos?'

Ustedes acaban de oír sus palabras blasfemas. ¿Qué les parece?' Y hubo acuerdo en que yo merecía la pena de muerte.

Después algunos empezaron a escupirme. Me cubrieron la cara y me  golpearon antes de decir: "¡Hazte el profeta!" Y los policías del Templo me abofetearon, mientras fuera del templo  un gallo cantaba.

"Yo soy", dije,  y esa afirmación resuena en los siglos

mientras mi cuerpo se torna  árbol eterno

y trepa desde este sol a la eternidad


13 de abril de 2022

El joven envuelto en una sábana

 

Correggio



Seguí a Jesús envuelto sólo en mi sábana de noche,

y , de esa prenda me tomaron para arrestarme junto a Él,

pero prisco y ágil de piernas

dejé mi única posesión

y huí completamente desnudo




Corrí entonces hasta Jericó y Tiberíades

Hasta las columnas del buen Hércules

Cuba, Punta del Este

El extenso río Mississippi

Cañaverales de Cuba

Glaciares Andinos

La austral Uspallata

La mismísima y sagrada Illapel




Corrí hasta regresar a Judea

y entrar a la tumba de Cristo

tocar su cadáver helado

y verlo despertar desde el silencio

llevando en su centro la Eternidad










12 de abril de 2022

El Arresto

                                                  El arresto de Jesús, Giotto di Bondone




Mientras que de mi boca surgía la frase “ya viene el que me va a entregar” , se presentó Judas, uno de mis Doce.

Lo acompañaba un buen grupo de gente con espadas y palos, enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los jefes de mi pueblo.

El traidor estaba dando su señal: “Al que yo dé un beso, ése es; deténganlo y llévenlo bien custodiado”.

En fin, Judas se acercó a mí y dijo: '¡Maestro, Maestro!' Y me besó.

Entonces, los hombres armados me prendieron y me llevaron arrestado.

En ese momento uno de los que estaban conmigo sacó su espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote cortándole una oreja.

Yo, alzando la voz, dije a la gente: 'A lo mejor buscan a un ladrón y por eso han salido a detenerme con espadas y palos.

¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes enseñando en el Templo?

No había terminado de hacerme la pregunta y vino a mí la voz de Isaías diciendo: "Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado la matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca" y las de Zacarías expresando: "Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos".

Luego, todos los que estaban conmigo, mis ovejas, me abandonaron y huyeron.

Y todo lo que estaba en la mente de mi Padre se tornó realidad.



11 de abril de 2022

Jesús con temor y angustia en Getsemaní, el Jardín de la Prensa de Aceite

 



Llegamos a un lugar llamado Getsemaní, y dije a mis discípulos: 'Siéntense aquí mientras voy a orar”.

Llevé a un lugar apartado a Pedro, a Santiago y a Juan. Era la alta noche y comencé a llenarme de temor y angustia,

Les dije: “Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense aquí y permanezcan despiertos”.

Me adelanté un poco, y caí en tierra suplicando que, si era posible, no tuviera que pasar por aquella hora.

Dije: “Abbá, si para ti todo es posible, aparta de mí esta copa. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú”.

Volví y los encontré dormidos a mis hermanos. Y dije a Pedro: 'Simón, ¿duermes? ¿De modo que no pudiste permanecer despierto una hora?'

Estén despiertos y oren para no caer en la tentación; pues el espíritu es animoso, pero la carne es débil.

Y me alejé de nuevo a orar, repitiendo las mismas palabras.

Al volver otra vez, los encontré de nuevo dormidos, pues no podían resistir el sueño y no sabían qué decirme.

Vine por tercera vez, y les dije: 'Ahora ya pueden dormir y descansar. Está hecho, llegó la hora. El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.

¡Levántense, vámonos!, ya viene el que me va a entregar.

En mi espíritu, sólo amor sentí por mi Padre. Tres veces le pedí que apartara de mí el cáliz y tres veces me indicó que era necesaria mi muerte y me mostró el milagro que al tercer día  haría germinar en la tierra el árbol de la vida.


 


10 de abril de 2022

Mi amiga la primavera

 

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Mi amiga la primavera, sabe reír

Usa  ligero perfume de sonrisa

Lleva siempre el baile bajo la manga

Tiene mundos despiertos en los ojos

Es brío del aire

Se llama Ema

y se llama  también bendición.

Ocurrió en el Monte de los Olivos



 Les dije a mis discípulos “Todos ustedes caerán esta noche, pues dice  Zacarías: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas”.

Pero cuando resucite, iré delante de ustedes a Galilea.

Entonces Pedro me dijo: 'Aunque todos tropiecen y caigan, yo no”. Y, desde mi espíritu expresé:

 “En verdad te digo que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, me habrás negado tres veces”.

Pero él insistía: "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré". Y todos decían lo mismo.

Y por siglos han hecho lo mismo, pues me han visto postrado en la calle, herido o arrestado injustamente, y la gran mayoría ha pasado de largo, sin siquiera mirarme a los ojos.

El gallo canta y canta, mas Pedro sigue mintiéndose a sí mismo.


9 de abril de 2022

El hombre del cántaro de agua

       


                                                                               Dedicado a mi madre, Alicia

El  hombre del cántaro de agua

El que amarró un burro  en  las afueras de Jerusalén

El joven  que vestía de blanco

y habló a las mujeres en la tumba de Jesús

Los que ayudaron a multiplicar

el pan y los peces

 

Todos los que aprendieron a caminar sobre olas

Maestros de  Cámara Oscura

Aquellos  que rajaron el velo del templo

y entre lágrimas dañaron  la higuera

 

Benditos  hermanos de Juan

Seres purificados por el Agua

Nuevos  Elías

Terapeutas iniciados en Egipto

Dueños de papiros  y  bibliotecas

Hebreos, griegos, persas

Mujeres con los rostros del mundo

Almas  que aún huelen a nardo

y formando un lazo  con sus  brazos,  

estremecidos de amor, comparten la Luz.

 

Seres   bajo  el sello del  Lucero

Virtudes femeninas y viriles

Gente cargando  agua de vida

Rocío solar

Océano al que llegan los espíritus

Océano al que llegan los espíritus

Océano  y Espíritu.


El Árbol de la Vida y la Cena del Señor



Yahvé le dijo a su creación Adán

Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que eres polvo y al polvo volverás.

Pero poco después, Yahvé  esbozó una ligera  esperanza y expresó:

'Ahora el hombre es como uno de nosotros, pues se ha hecho juez de lo bueno y de lo malo. Que no vaya también a extender su mano y tomar del Árbol de la Vida, pues viviría para siempre."

En la Cena del Señor, el pan, el cordero y el vino, se consumen sin  esfuerzo,  pues todo es un regalo de amor. 

Era el mes de Nisán, en el primer  día de la fiesta de los panes ázimos.

Aquella mañana, los discípulos dijeron: '¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la Cena de la Pascua?'

Entonces Jesús dijo a dos de sus discípulos: 'Vayan a la ciudad, y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa en que entre y digan al dueño: El Maestro dice: ¿Dónde está mi pieza, en que podré comer la Pascua con mis discípulos?

El les mostrará en el piso superior una pieza grande, amueblada y ya lista. Preparen todo para nosotros.

Los discípulos se fueron, entraron en la ciudad, encontraron las cosas tal como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.

Al atardecer llegó Jesús con los Doce.

Y mientras estaban a la mesa comiendo, les dijo: 'Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar, uno que comparte mi pan.

Ellos se entristecieron mucho al oírle, y empezaron a preguntarle uno a uno: '¿Seré yo?'

El les respondió: 'Es uno de los Doce, uno que moja su pan en el plato conmigo.

El Hijo del Hombre se va, conforme dijeron de él las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! Sería mucho mejor para él no haber nacido.

Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: 'Tomen, esto es mi cuerpo.

Tomó luego una copa, y después de dar gracias, se la entregó, y todos bebieron de ella.

Y les dijo: 'Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre.

En verdad les digo que no volveré a probar el zumo de cepas hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.

Tras la cena cantaron los himnos para celebrar la liberación de  Israel  ahora extendida a toda la humanidad.

El Hijo del Dueño de la Viña, había establecido un  nuevo pacto. Se constituyó como Árbol de Vida Eterna,  fuente de Amor, puerta de retorno a la Luz.



8 de abril de 2022

Judas ofrece entregar a Jesús




Judas Iscariote, uno de los doce,
besó el anillo del jefe de los sacerdotes
y ofreció entregar al Maestro.

La mayoría del Consejo
tuvo júbilo
y prometió dinero al traidor.

Entonces
Judas comenzó a buscar
el momento de parir su vileza

Entre tanto, seguía comiendo
del mismo plato que su hermano
y en su alma pugnaban
la envidia y el dolor.
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