En mi cuerpo el invierno
La madera
Jerusalén
El imperio del pan
Camino a Galilea
Un trébol creciendo en el silencio
En mi cuerpo el invierno
La madera
Jerusalén
El imperio del pan
Camino a Galilea
Un trébol creciendo en el silencio
Gracias hermano Ludwig Gieseke
Busqué tu corazón y encontré caridad
Nuestro principio de vida
Amar y enseñar el amor
Ser siempre Luz
Respeto divergente
Corazón consagrado a la obra
En la oscuridad del teatro
Isidora contempla su país
Observa el hablar de sus obreros
El terror en nuestro espíritu
El sol brillando en los actores
Más allá recibe fantasmas
Mujeres hablando desde sus nichos
Beatriz como un ángel en la noche
David pensando 1976.
En otoño Felipe Palma
claridad de Camila
sus hijos emanados de la luz
tres metales de paella
raíces del mole
sabores árabes
coreanos
burbujas rosadas del amor
Felipe Palma
y nuestro santo John Coltrane
tambores en la puerta de Ñuñoa
la verdad del cochayuyo
café africano
el aire y los secretos de Bellavista
He visto mudo
al espíritu de Chile
y lo vi retornar en el trabajo
al compartir el pan
al celebrar el vino.
Lo vi levantarse
en sus actores
y en sus artistas
Hamlet denunciando al Rey
La Patria vuelve a elevarse
Tiene más colores
Ahora lleva el nombre de todos
Antes de la A diré letras que importan
Heráclito pensó en Carola
Plutón descubrió al mago
Dalibert Cerbero Aquiles
Ñamana será un nuevo río
Como es tradición en nuestra logia
el primer brindis de la noche
es por nuestro Venerable Maestro y su familia
Así, desde la memoria y el silencio
nos habla nuestro hermano Waldo Olea
luciendo su bigote radical
el brillo de su sonrisa
el compás y la plomada de su prudencia
El Gran Arquitecto,
descubre ahora la luz de sus virtudes
y en el lazo sutil de la hermandad
disuelve sus defectos
y bebe con él
un brindis de alegría y estrellas.
Como es tradición en nuestra logia
Waldo permanece en el fuego
abre puertas a los osados
bebe de la amistad más dulce
escribe un poema con sus gestos
se levanta como el Sol
empuja la vida con cada abrazo
Hoy, desde la memoria y el silencio
nos habla nuestro hermano Waldo Olea
mientras su luz brilla en el templo
y sus guantes
ajenos a toda mancha
son nuestro orgullo
nuestra raíz
y nuestro ejemplo.
Poco después de predecir la destrucción de la ciudad
Pedro, Santiago, Juan y Andrés me preguntaron en privado:
¿Cuándo ocurrirá y qué señales habrá?
Les respondí: "Estén alertas
y no se dejen engañar
habrá guerras, terremotos y hambre en diversos lugares
esos serán los primeros dolores del parto
pero ustedes preocúpense de sí mismos porque van a ser apresados
y entregados a los tribunales de Israel ,
serán azotados en las sinagogas por ser testigos de mi palabra
que debe ser proclamada entre las naciones
Cuando estén presos, por ustedes hablará el Espíritu Santo
mientras afuera el hermano entregará a su hermano a la muerte
y los hijos tomarán la sangre de sus padres
Mis discípulos serán odiados por causa de mi nombre,
pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará
Cuando vean el águila instalada sobre el templo
entonces huid
porque la sangre será un mar en las calles
y los falsos profetas dirán "Yo soy el Mesías"
El mundo ha parido una nueva guerra
No cabe el dolor en un poema
Caín regresa con su envidia y su piedra
Sostenemos fronteras
y la luz no distingue diferencias
Leo el espíritu de mis hermanos
porque es mi propio espíritu también
Conozco el valor de esas dos blancas
Sé del pan que faltará en su boca
y del amor que empujó
esas monedas de bronce
a la alcancía
Hace nada fue solsticio
y ya el cielo pronuncia equinoccio
hora de Fabiana
los ajenos
esperando que llegue su servidumbre
H. Arendt imagina a M. Ali
mariposas fuman y orinan alcohol.
Rubens |
Denario con el rostro de Tiberio |
Querían estirar mi lengua para indisponerme con los romanos.
Con ese fin, enviaron algunos fariseos junto con partidarios de Herodes, que hablaron con las siguientes palabras: 'Maestro, sabemos que eres sincero y que no te inquietas por los que te escuchan, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios. Dinos, ¿es contrario a la Ley pagar el impuesto al César? ¿Tenemos que pagarlo o no?'
En mi espíritu detecté la intención que escondían y les dije: '¿Por qué me ponen trampas? Tráiganme una moneda, que yo la vea.
Me mostraron un denario, y les pregunté: "¿De quién es esta cara y lo que está escrito?" Ellos respondieron: "Del César".
Entonces les dije: 'Devuelvan al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios" y les dejé maravillados.
Lo dije y en mi conciencia estaba el templo de Tiberio en Esmirna y la paz, asegurada por mi palabra.
Mi pueblo quiere un rey de este mundo y el Reino de mi Padre tiene su sede en el Espíritu.
Esmirna, llamada ahora Izmir, ciudad de Turquía |