Llamé a mis doce discípulos
y poder les di sobre los espíritus sucios
Les ordené que nada llevaran para el camino
ni siquiera dinero o comida
nada, salvo un bastón.
Les pedí que calzaran sólo sandalias
y que no llevaran dos trajes
oh benditos testimonios de pobreza
y confianza
Les enseñé que al llegar a una aldea
permanecieran en una sola casa
para recibir allí a los vecinos
hasta abandonar el caserío
Les instruí no enfrentarse
con quienes rechazaran escuchar sus palabras
sino retirarse
después del rito de sacudirse el polvo
como presagio de la tierra que cubrirá
para siempre
las tumbas de aquel lugar perdido
Partieron entonces y predicaron
el renacer del espíritu
- arrepentimiento-
Expulsaron también muchos demonios
sanaron enfermos
y con aceite de olivos
ungieron sus cabezas