Eres como yo
Guardas moscas en primavera
Abres tumbas en el garage
No lloras
Gritas los orgasmos
Nadas desnuda al atardecer
Eres como yo
Guardas moscas en primavera
Abres tumbas en el garage
No lloras
Gritas los orgasmos
Nadas desnuda al atardecer
Tomas a la niña
y ofreces enseñarle religiones
la cultura del espíritu
los diversos caminos de la fe
Luego, sacas tu sable de la manga
y la llevas hasta el agua clara
para hundirla en río ajeno
Lejos de la Luz
En tan lejana vereda.
Me encanta la cultura dices
Verás
Tal vez basta con atender
Conversar tus sueños
Sacudir las bibliotecas
Abrir los poemas del sol
Basta con la amistad
Dibujar sonrisas en las mejillas
Dudar las historias
Saltar entre gaviotas y retratos
Llegan temprano los dedales de oro
Cargan sus rieles y quebradas
Vienen con su color de alegría
Bella alfombra naranja
Filtro de sueños
Sonrisa extensa de la tierra
Aquí fornican los dragones
Marcan sus huellas los poemas
y las hembras mojan estas noches
hasta quebrar el mundo
domarlo
hacer del sexo un diluvio
Buenos Aires es perfecta
Sus avenidas cumplen primaveras
Huelen a frambuesa
Llevan desde la lluvia hacia Dios.
Amanece
y muerde su primera fractura
baila entre obuses y vitrales
lee Sur
de gala, asiste a la ópera
usa zapatos de tango
piensa en teatro y en el fútbol
Abres el tiempo con tu nombre
Llevas hacia ti los rayos de sol
Los tomas con tus manos delicadas
Haces ovillos de luz
y guardas silencio ante esa esfera
Borras el tiempo con tu nombre
Mientras acercas tu piel a mi cuerpo
Reduciendo el andar de los segundos
Las caídas del otoño
La ostentosa muerte del momento
Mi niña es una persona distinta
No soy yo
Es el árbol que crece en mi nombre
Otro lenguaje de estrellas
Antípodas de mis ojos
Otras cejas comentando su alegría
En cuaresma
Ciclos de la sangre
Olores cruzados
Ternura de miradas
Cuerpos que el deseo atrapa
El fuego purifica la tierra
A veces soy insoportable, un orador de piedra fornicando al infierno. El amigo de la lluvia. Un sombrerero tartamudo. El hombre que juzga los senos.
Entonces crece mi torpeza. Anudo con nubes mis moños. Almuerzo un salario de hongos. Me gusta orinar junto a centauros.
¿Y si volviera a ser como antes? Un robot a cuerda. Bombero de nieve. Cineasta ciego. Hombre ahogado en su semen.
Vi y abracé a mi madre
La escuché hablar y emocionarse
Crucé el agua con mi cuerpo
Viajé abrazado a mi hija
Ahora,
llevo marcas de sol en mi rostro
leo años en mi pelo
huyo de tus lápices azules
veo delfines en la pared
Estamos en el hogar del humo
Habita la luz de Carlos Marx
La noche de Freud
Nuestro océano esperando mi abrazo.
Hoy es un día importante
Mi enamorada tiene la primavera en su nombre
El sol la mira y se sonroja
Hay viento
La risa de Patricia
Tu arte en chocolate y frutillas
He calculado que un poema
debe ser tan lento como la aurora
siempre con veloces destellos
palabra sobre voz y tambor
bastones marcando los ritmos
la carne preñada de cielo
rayitos antes de la muerte
La noche lee y estudia
Me besa en la frente
Sopla sobre las olas
Deja su ropa en la silla de este cuarto
Pasa desnuda a formar mi alegría
En qué ciudad está el amor?
Lo he visto en Curicó
Celeste sobre nuestro puerto
Verde y azul en Recreo.
He visto sus anillos y sus sombreros
Su cajón de esmeraldas
El libro que estudian su ojos
El poema de sus mejillas
Cierta lagartija sobre su nombre
Y en todas partes
su ciudad me abraza
abre sus senderos colmados de cisnes
presenta el bosque de sus coros
tropieza entre el silencio y la luz
Los dioses han llegado a nuestras mentes. Escalan raíces neuronales. Observan el mundo en nuestros ojos. Sienten la humedad de la tierra. Han comenzado a abrazarse. Ríen cuando nuestros cuerpos se aman.
Estoy aquí para degustar tu voz
Subirla a mi boca
Sentirla reír en la noche
Pronunciar tu certezas
Incluir tus certezas en mi viaje.
Ven a despertar en mi nombre
pues hundiré mi ego en tu rostro
y crecerá mi año en tu cuerpo
nuestro roce de sal
el viaje que intuye tu ángel
Así el aire hablará en nosotros
Y mis zapatos seguirán tu rumbo
insistiendo en el color de tus ojos
tus heridas de cocina
las ideas que juegan en tu sangre