Soñé con Shakespeare
Sólo tres des dedos enguantados
sobresaliendo de un nicho
A mi izquierda, borde superior
Segundo desde el suelo
Superficie lisa color crema
Ell nombre calado en el nicho
Soñé con Shakespeare
Sólo tres des dedos enguantados
sobresaliendo de un nicho
A mi izquierda, borde superior
Segundo desde el suelo
Superficie lisa color crema
Ell nombre calado en el nicho
Llegamos con Carola al hogar de Mozart
Nos presentó a su
hermana
Había un ventanal
En la sala un piano blanco
Tocó para nosotros
sus primeras composiciones
directamente de las partituras infantiles
adornadas con dibujos en los bordes
Escuché la música
pero no la retuve al despertar
Luego me enseñó esencias y
naturalezas
Lo hizo mostrándome cereales y
frutos secos
Lentejas, garbanzos, almendras
Pensé en notas y melodías
Materiales del arte
Técnicas de la enseñanza
Hoy te abraza el frío
El virus ha pronunciado tu nombre
Divide tu casa
Te arroja a una diaspora interior
Abrazo tibio de tu hija
.
No eres un número en la estadística del día
Eres Pamela, la madre trabajadora.
Estudiante adulta
Espíritu correcto
Señora vestida de negro
.
Los pequeños visitantes
Te golpean pero no te vencen
Y tú safas y creces
Cuidas el respirar de los tuyos
Sobrevives a la noche
Resistes para crear el presente
Sentí que me costó encontrarla en sueños
En la oscuridad llegué hasta un árbol seco
Oscuro, sin hojas ni flores
Lo supuse un laurel
Estuve detenido ante la imagen
sin poder avanzar
Luego recordé a Danae y Apolo
Pensé en el bosque de
Dante
Tuve imágenes de violaciones
Pena
Huida hacia el silencio
Esos rayos de conciencia
abrieron mi paso
y llegué a un Edificio de Gobierno
En un amplio pasillo
Una multitud de cerdos pequeños
Todos iguales, plásticos y rosados
Eran seguidos de cerca
por hombres vestidos
de negro
Uniformados, serios
Seres que caminaban
sin correr
Los persiguieron fuera del Palacio
Por territorios agrícolas
Cercanías del mar
Colinas chilotas
Entonces, una gran explosión
En todo mi campo de visión
Surge hacia el cielo un bloque
de poderosa Luz
Caen árboles y casas
Nada vuelve a ser como siempre
Despierto en una cabaña de playa
Las sábanas son blancas
Hay maderas
Se siente la presencia de mi madre y de Violeta
Luego comienza la música
Nunca la he escuchado
La noto renacentista
Me dejo llevar por ella
Siento que floto y bailo
Sala completamente oscura
Luego en el centro
Un haz de rayos de Luz
Ligeramente inclinado a mi izquierda
Hay paz y ternura en la Luz
En la penumbra
Una presencia femenina
Viste de negro
Desplaza cuatro sillas negras
Ellas marcan los ejes
El escenario está listo
Nos propusimos soñar con Buda
No fue difícil ni sencillo, pero ocurrió
Fue al final de la noche
Casi despertando
Luego, en círculos profundos del sueño.
El niño Buda en posición de loto
Cabello rapado
Vestimenta crema y rojo acafesado
Él peina con un lápiz su cabeza
Mi alguien se puebla de preguntas
Anotar surge de mi calma
.
En plano de sueño soterrado
Del aire surge un rostro
Con paila gigante y sutil
golpea al niño en su cabeza
Su cuerpo:
en el acto desaparece
Su vestimenta salta por el suelo
como si una ranita invisible
la habitara.
.
Hay ahora un hombre adulto y un niño inocente
Ambos visten de negro y van muy peinados
En el fondo se atisba una pizarra
Estamos más abajo en el pozo
El hombre lanza al niño una cachetada gigante
El niño de inmediato la devuelve
.
Escribo al despertar y leo el símbolo
Lo sutil permanece
La violencia es interior y además se enseña
Al primer niño también se regresa.
Todo falta cuando tú no estás
Me queda grande la primavera
Va ciego el crepúsculo
Hay una tumba
con el nombre de mis sueños
Con la cuchara grande he robado la aurora
Tomé sus manos de niña
Peiné su cabello de chispas
Recibí la bendición de su abrazo
Me premió al decirme papá
Nunca abrazas dos veces a tu hija
Ni regresas a la misma senda
Ni vuelves a leer el mismo poema
Hay sutileza derramada
Hay otro en cada respirar
Soy distinto en cada silencio
Cada amanecer tiene un nuevo pillán.
Eres maravillosa
El Profeta anunció tus pasos
Predijo tu copa de vino
Nuestro viaje junto al Pacífico
El libro que abre tu sonrisa
Cierto bermellón en nuestro cielo
Tomas mi mano
Tejes el aire
Usas tus ojos para nombrar mi vida
Los ríos que me forman
Mi destino cierto en el mar