23 de abril de 2020

Eliana Abarzúa y El Principito





Hace cuarenta años, tuvimos una  buena  maestra de castellano.

En ciudad borrada por el olvido nos enseñó  a viajar con Antoine.

Francisco Gómez sirvió a una rosa en las estrellas.

Jorge González  fue el aviador.

¿Quién fue el zorro?

¿A dónde nos llevó  aquel  ritual?


En papel roneo, Eliana  Abarzúa  imprimió  el guión.

Cargó  allí auroras y secretos.

Aquella libertad de  niños.

Poder inmortal de la rosa.

Antoine   caído ante los nazis.

El rito como acto de  unión.


Recuerdo  que fui  hombre de negocios.

y apenas vi un número en el salario del hombre.

En mi locura creí poseer estrellas.

Torres de aire.

Grandes montañas sobre mi tumba.

¡ Que necio  fui !

Hubo luz en  mi espíritu y no supe ser libre.
Llegó aquella alegría y no quise abrazarla.


Francisco Gómez tuvo una  rosa en las estrellas

Jorge González fue el aviador.

La rosa sigue niña  entre los cielos.

La maestra enseña entre recuerdos.

Aquí agradezco su luz.

Pituca





Alta y pituca
noble  de sonrisas
celeste de caderas
libre en sus afectos
colorada de orgasmos
elegante en su pubis
insolente de labios
excitante al levantar su Luna
contener mi  sangre
revelar  su cuerpo.






La obra "Desnudo de rodillas", de 1897, pertenece a Toulouse Lautrec

Ocupación de Recreo



Foto de Gonzalo Villar en la Escuela de Arquitectura PUCV



Reclamo para mis torres y esdrújulas el territorio que va desde el Marga Marga hasta el secreto Estero Delicias, la bruma de las mañanas, las cotidianas bocinas de los barcos, la mirada de sus ninfas, el poder de sus flores, el agua derramada en sus quebradas.


Lo hago con la humildad calmada de la brisa, como si hoy estuviera diluido en tu taza de té, mirando tu rostro desde el nombre de un gato, erguido sobre el olor del pan tostado, colgado como ropa en tu ventana, volando como un águila entre los muros, mordiendo tu oreja al final de esta frase.


La hago para quedarme y desaparecer, volverme oleaje, vaciarme en el deseo de las novias, dividirme sobre manteles mosaicos, dejar mi rayo en las palabras, mi laberinto bajo el piso de tus sueños.

Muros que miran al Mar







Busco muros,


los pido como ventanas,


pozos que cruzan los años,


puertas de otros inviernos,


pizarras cargadas de flores,


ramas del árbol primero,


dedos del niño que crece,


huellas de luz en la paz.









Busco un horizonte perdido,


rostros simples del cemento,


páginas que miran el agua,


labios desnudos del alma,


pumas que lloran y mienten.






Busco entonces fragmentos,


trozos de otra palabra,


formas que superan al número,


raíces de otra esperanza,


frutos y espejos del tiempo.






Busco la lluvia que limpia,


insistentes bocinas de barcos,


balas en la ruta de Diego,


lápices en cuadernos de niños,


limones que crecen en el aire.






Busco puentes,


círculos sagrados,


naves del silencio,


zapatos de otras almas,


brazos del río interior.






En concreto,


pido muros y puertas,


cuerpos del espíritu,


océanos de viento,


lujuria de mirada,


ojos mirando desde la piedra.

Vencedora del destino






La niña


habla con su padre en la estación,


las máquinas respiran el fuego


y empujan el mundo hacia el sur,


llenando de vapor las mañanas,


moviendo la antigua esperanza.






En la escuela,


sus ojos buscan los libros,


caminan en cada palabra,


como si su alma pudiera desprenderse,


descender en letras y verbos,


existir en otros tiempos,


crecer en otros cuerpos,


definir otra magia y otro sueño.






Como brilla tu aurora en los campos,


mientras vuelcas tu sol en el mundo,


escuchas un relato sin dioses,


emprendes los ritos del hambre,


vuelas como un himno de furia,


caes en la noche y la nieve,


un extenso país en las nubes,


otras aulas, otros hierros,


otra puerta en la historia.






Y sin embargo, retornas,


buscas razón en el lodo,


música entre almas heridas,


labios formados de piedra,


extensas fronteras de olvido.






Regresas y cambias,


pasas de la tinta a las formas,


indagas la pura mirada,


el escorzo,


los viejos buriles,


las almas que gritan colores,


el peso del cielo en los rostros.






Aquí estás y no estás,


insistente en días perdidos,


simple de cariños,


limpia de agua y de vida.






Aquí abrazas y creces,


dejas lo pequeño y lo sucio,


derribas antiguas paredes,


liberas lo nuevo y lo eterno.


Aquí te pintas de verde,


inventas un río de fuerza,


reclamas la luz de la lluvia,


recoges al sol en tu cuerpo.


























Poema dedicado a Myriam Parra, quien aparece en la imagen junto a la admirable Roser Bru en su Galería "Casa Verde", de Recreo.






La foto proviene del Facebook de Myriam.

Para cuando cumplas 40





Leibovitz


Cuarenta inviernos han secado tu frente
y sigues tan niña como tus labios
engreída de tanta ternura
turbulenta
simpática en las mesas
en las nubes
en mi siesta.

Me encantas porque tienes la cabeza llena de imágenes
y enredas tu pelo en cada combate
en cada disparo
en cada momento.

Me gustas
porque crees en mis historias
lloras en los cines y tienes olor a pan

Cuando tú lloras, lloro yo también
cuando tu sonríes
se despliegan mariposas en mis ojos
y una brisa de mar
me envuelve de espuma
y de colores celestes

Cuarenta inviernos te han hecho
más bella, más dichosa,
más incierta.

Creado en tu interior

Ed van der  Elksen



Hermosa, quédate conmigo

Deja aquí mi olor, mi nombre, mi grito

No te saques este abrazo de estrellas

Mis manos que saben tus secretos

Mi cuerpo que es tu cuerpo también



Quédate y florece conmigo

Hereda el jardín que te ofrezco

Acepta tu corona de azahares

Nuestra boda sobre oleajes

La aurora que guardo junto al cepillo de dientes



Quédate y recibe mis ojos

Porque yo beberé tu chocolate caliente

Pensaré tu vestido de novia

Bailaré la noche en tus brazos

Dueño de otro



Nadie es dueño de otro
Que lo entienda la esposa del viento
Los padres del agua
El rey que  asfixia a su pueblo

Que lo entienda el hombre que acosa
Aquella que rompe las fotos
Ese que prohíbe rezar
Ese que impone oraciones

Maestra de Cocina







































Muchas veces me he enamorado de ti.
Lo hice al  robar  chocolate desde tus dedos.
Al morder tu oreja izquierda.
Trazar mi sendero en tu cuerpo.

En nuestra cocina gobierna la canela.
La murtilla. El licor de guindas
Los anchos picarones del invierno.
Tu aroma guiando mis besos.

Muchas veces me he enamorado de ti.
Lo hice al probar el sol en tus pechos.
Al recibir tu perfume de granadas
y  elegir mi lugar en tus sueños.

En nuestra cocina gobierna la canela.
El maíz muy fresco.
Zanahoria y manzana ralladas.
Tus ojos creando lo nuestro.

Me gustas porque eres dulce


Me gustas porque eres dulce,
hermosa como una boda,
insolente los días martes
y brava de cuando en vez.

Me gustas a pesar de tus certezas,
porque te enmierda la injusticia
y te sienta bien morder.

Me gustas porque eres libre y no tanto,
porque me agobia tu belleza
y me falta tu querer.

Llegué a tu casa
vestido de tumulto
y me fui quedando en tu mirada
y me fui embriagando en tu dolor.

No temas...
no soy un asaltante de tu cuerpo,
no quiero ser tu padre,
ni tu amante ni tu don.

No temas...
en los buenos días
sólo llego a ser un hombre.

No temas...
en los buenos días
pronunciar tu nombre
es un presente de Dios.

Y no te pido besos ni engaños
ni una cama doble en un motel lejano.

Sólo te pido los días que el viento no
perdona
y las tardes de lluvia que me duelen sin ti.

Espacio y Tiempo Sagrado


Fragmento de "San Juan Bautista", Leonardo



Hoy aplaudimos  vuestra osadía
Tumba 
Parto 
Caída
Tres viajes esenciales
Tres golpes en la puerta
Tres luces en el centro
La gran bondad irradia y vence
Cuatro elementos hablan en silencio
Cordón al cuello
Solsticios de Juan
Reencarnación
Elías degollando profetas

Alzados sobre el mosaico
Observamos  símbolos de Pitágoras
Dos veces tres al cuadrado
El nueve que regresa
Hay espacio y tiempo sagrado

La palabra está en el altar
Hay estrellas en el cielo
Sobre la tierra
vuestra marcha fijada  con compás
Tronan malletes y espadas
vuestros ojos se colman de luz.

Vuestra conciencia ahora guía la acción
Y no basta con rito y templanza
Os pedimos activo combate  contra el mal
Trabajos del  hombre sobre sí mismo
Vuestra luz extendida en la ciudad


Notas para reflexionar sobre el poema:
El vínculo entre la batería del grado de aprendiz y el teorema de Pitágoras es un mensaje importante del rito, porque denota la creación de un tiempo y de un espacio sagrado.

El simbolismo del nueve asociado a la inmortalidad

La tradición de Elías reencarnado en Juan


Elcira Godoy

Isidora encontró tu nombre
Lo recogió del aire
Gran abuelita de mi abuelita
Estrella madre
Montaña a la que suben mis ojos.

Bendita Madre, imagina tu beso
convertido en poema
El solsticio en tu bolsillo
Las gotas de tu vida
en el ancho río.

Uruguay



Bienvenidos hermanos, bienvenido Uruguay
Llega con ustedes la pradera ondulada
Amistad del sol
Aire cargado de agua
El río que cae desde el cielo
Vuestra patria liberada de dos reinos

Un día escuchamos de Varela,
que podría ser Sarmiento o Bilbao:

Debe hacerse que los niños sean sus propios maestros
–descubridores de la verdad–
intérpretes de la Naturaleza
obreros de la ciencia:
ayudadlos, para que se ayuden a sí mismos.

No sólo fueron  sílabas hiladas
nuestro hermano de ideas
logró la educación obligatoria en 1877
y la República Oriental respondió
multiplicó sus escuelas
defendió su pensamiento
alzó su rostro de humanidad

Recibimos a Uruguay tantas veces bajo fuego
Desembarcan ingleses
Estalla el Graf Spee
Garibaldi ha roto el cerco
África llora y abraza
Hay candombe para celebrar la esperanza

Vino después el sobretodo de Batlle y Ordóñez
Nuestro hermano adelantado a los vientos
Maracaná en cada instante
Onetti en su pozo
Luna llena sobre el Río Uruguay
Benedetti y Galeano en el mismo Café

Adelante país laico de América
Ay que divorcio tan simple
Sin capellanes en la milicia
Justo matrimonio igualitario
Sencilla semana de turistas
Vibrante cumparsita inmortal

Bienvenidos charrúas, minuanes y guaraníes
Vuestros jóvenes esparcidos por la tierra
Italia saboreando chivitos
Mujica y su mate con ministros
España exiliada en América
Marianne -la  bella Francia-  extendiendo la luz
Israel ha probado el tannat

Te queremos Uruguay de refugiados
Zitarrosa enamorando la noche
Artigas con su sueño tan justo
Tabaré, ágape y abrazos
En la esencia: Juana, Ida , Cristina
Centro celeste del mundo
La mano de Mario ha nacido desde el mar

Bienvenido Uruguay y su NO de 1980
Singular nuestra historia paralela
Dos ramas del mismo mayo
Tantas guerras de colores
Garibaldi en Caleta Abarca
Democracia versus fraude
Blanes ha pintado a Carrera
Pío Nono ha cruzado la puerta
Atlántida está llena de Pablo

Bienvenido Uruguay y su escuela interior
Respeto acentuando los actos
Prometeo defendiendo los fuegos
Amistad del sol
Aire cargado de agua
El río que cae desde el cielo
Vuestra patria liberada de dos reinos

Pablo Andueza





Pablo siguió a  Cristo.
Eso ocurre muy de vez en cuando.
Por eso deslumbra.
Serena.
Vuelve mansas nuestras fieras.
Obtiene el respeto de los que no creemos.

Por eso era ajeno a camarillas.
Distante de componendas.
Arreglos,  entendimientos.
Nuestra sal y pimienta
en la pequeña política.

Pablo recibió  a  Cristo.
Lo presentó   en aulas de Valparaíso.
Fue valiente y tímido.
Alzó  en su interior una casa de cristal.
Dejó entrar la luz.
Jamás postergó sus  verdades.

Su paso por estos roqueríos
fue motivo de esperanza
homenaje al Maestro
ejemplo de coherencia
semilla de justicia en nuestra patria.

Con  él, comenzamos a morir todos.
Una generación alzada  y feliz.
Generosa en sus fines.
Conmovedoramente adulta a los veinte años.

Buena Noticia







Amantes en azul, Marc Chagall



Un hombre feliz abraza a una mujer feliz.
Ella sonríe como primavera.
Él la huele, hurga y besa.
La candela de psiquis se extingue.
Nuestra noche aún sostiene su reino.

Un hombre feliz abraza a una mujer feliz.
Él ha cocinado para ella.
Muerden los mismos chocolates.
Pronuncian el sol de toscana
Beben vodka y martini en copas de cristal.

Un hombre feliz abraza a una mujer feliz.
Comen miel y pan al desayuno.
Hablan de Buda y Eclesiastés.
Respiran el poema de las flores.
Preparan una noche de teatro.
Dicen "te amo" antes de marchar.

22 de abril de 2020

Maté a las bestias


Retrato del actor  Noel Coward


Siempre  quise salvarme
Eludir tu sombra y tu boca
El sitio en que borré tu nombre
La sangre que dejaste en mi cuerpo

No fue difícil
Quebré los cristales de esta casa
Puse fuego a tus signos
Maté a las bestias
que gritaban  tu  ausencia







Este texto conversa con Alejandra Pizarnik en:


La única herida

¿Qué bestia caída de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?

He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra.

21 de abril de 2020

Ciclos


Pienso en el silencio atrapando espacios comunes
Teatros de la Gran Vía.
Pasillos ovalados de Guggenheim
La Gare de Lyon
Ferias y cines
Aulas de esta tierra
Estadios
Salas de Baile
El Reino en que habitan los abrazos
Aquellas Posadas de La Mancha


Tras la muerte y la caída  del miedo
volverá el ser humano
Abrirá sus ojos en los cines
Viajará en trenes cargados de paisajes
Retornará a sus orquestas
Marchará en multitudes
Soñará, a veces, con la peste.


En cincuenta años o antes
volverá a cerrar la primavera
la gente huirá de sus poemas
gemirán  estribillos  y toreros
habrá barcos caminando en las ciudades
ganará el alfabeto algunas letras
el fuego impondrá su canción.



20 de abril de 2020

Sonrisa de mi hija

Dónde despierta tu sonrisa?
Tal vez en la orilla del cielo
En las cerezas
que pide el verano
La plegaria del viento
El azul
que guardo en mi nombre.

19 de abril de 2020

Rubén Melej en los aires


Fuente de la imagen : La Nación Argentina



De tanto soñarlo
aprendí a volar
Parado sobre la niebla:
Vi al tiempo caer desde su altar
conversé con duendes
bailé alegre con Mab

Divirtiéndome sobre el aire
Observé a los astros girar
Los vi despertar en las sombras
Moverse desde Cero  hasta el Zenit
Diluirse en  baños de luz

En la puerta de abril
Encontré a Rubén Melej
Cargaba lluvia y arco iris
Viejos discos de vinilo
Fotos queridas de sus hijos
Sus ojos pidiendo otro saber


18 de abril de 2020

Curva de los Mayos: Zona de Combate


En este valle de miedo
Bocinas en la niebla
Mi amante fenicia
Mil ojos asediando desde barcos
El niño Rómulo Augústulo
Pies desnudos de Ana Frank
Memoria de torturas en Recreo
Aún el juicio está pendiente

En el cielo:
Corre el fantasma de David Porter
Vuelve el Essex
Resuenan viejos cañones
Teodoro Lowey abre su tumba
Una bailarina llora
El futuro aguarda tras las nubes.

 



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