En el tratado segundo de su "Convivio" - Banquete-, Dante distingue cuatro niveles de interpretación de un texto: literal,
alegórico,
moral y
anagógico, que significa interpretación superior o mística.
Es necesario tener presente ello a la hora de leer y releer el Canto I del Infierno que sirve de explicación general respecto de toda la Comedia.
Muchos de sus versos serán aclarados en pasajes posteriores de la Comedia o en otras obras del autor, pero su complejidad simbólica obliga de modo especialmente profundo a que sea el propio lector el que extraiga su sentido personal del texto, completando de ese modo la obra.
Este canto nos presenta a Dante en la mitad del camino de su vida - en el año 1300 y a los 35 años de vida- según nos revelan otros pasajes. Probablemente, al anochecer del viernes santo.
El poeta se encuentra fuera del camino recto , en la mitad de una selva oscura. Nos dice estar dormido y en una situación casi tan amarga como la muerte.
En la quinta estrofa nos revela algo inquietante "Mas cuando hube llegado al pie de un monte, allí donde aquel valle terminaba que el corazón habíame aterrado".
Luego, en la séptima estrofa Dante nos dice que en el "lago de su alma" había entrado la noche, metáfora de la cavidad cardíaca llena de sangre.
Esas menciones del corazón y la muerte, conviene leerlas en relación al cuento musulmán "La Escalera" , que Dante empleó como fuente, en que el Ángel Gabriel arranca el corazón de Mahoma y lo lava con agua bendita, antes de llevarlo al Cielo y mostrarle el infierno.
También es útil leer dichos pasajes en relación a los estudios sobre experiencias cercanas a la muerte que los psiquiatras Moody, Weiss han difundido en todo el mundo y que tienen su primer registro en la República de Platón, quien nos habla del testimonio del soldado Er, que herido en batalla despertó junto a su pira funeraria con nítidos recuerdos de la vida de ultratumba.
Pues bien, en este estado próximo a la muerte física y espiritual, Dante vio en lo alto de la colina la luz del sol y trató de avanzar hacia ella. Pero tres fieras le salieron al paso, la Pantera, asociada a las pasiones, en especial la lujuria y a la ciudad de Florencia; el León, vinculado a la violencia, la soberbia y la monarquía francesa y la más terrible de todas, la Loba, asociada a la avaricia, Roma y el papado corrupto de la época.
Retrocediendo hacia la selva oscura, Dante encontró un apoyo, el espectro de Virgilio, autor predilecto de Dante, escritor reconocidamente gay, considerado el mayor de los poetas romanos de la antigûedad. Era célebre por su Eneida que contiene un viaje al país de los muertos y por haber anunciado el nacimiento de Cristo, según concluyeron sus intérpretes posteriores.
Virgilio explica que la Loba es de condición tan malvada y ruin, que nunca ve satisfechos sus deseos; que mata a todo el que quiere ascender la montaña y que después de comer queda más hambrienta que antes.
Señala que la loba se une a muchos animales y se unirá a más todavía hasta que llegue el Lebrel que la hará morir de rabia, quien no se sustentará de tierra ni de metal - riquezas- sino de sabiduría, amor y virtud. Añadiendo que su nación estará entre Feltro y Feltro, que corresponden a dos lugares de Italia.
Con esas palabras parece anunciar una segunda venida de Cristo y también un nuevo orden en Italia que acabe con los abusos del papado, quedando hundida la loba en el infierno desde donde la sacó la Envidia.
Al finalizar el Canto, Virgilio invita a Dante a seguirlo hacia lo alto por una vía alternativa que incluye el Infierno y el Purgatorio, llevándolo hasta las puertas del cielo, pues ese portal no lo puede traspasar, por haber sido extraño a la Ley de Dios. Le anuncia además, que otra alma mejor lo guiará en el cielo.
Este Espíritu Guía se corresponde con los testimonios de maestros que refieren personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte o que reciben su mensaje en el marco de trances hipnóticos.
También puede entenderse que el paso por el infierno y el purgatorio son experiencias del camino de individuación o perfeccionamiento espiritual, propio de las iniciaciones de raíz pitagórica.