Violación de nuestra madre

Nuestra madre ha sido violada
Sentimos la tristeza de la noche
Infinita agua en la ducha
Aquel llanto  extendido
La  Armada cuidando estas puertas.

La tierra habla

Suena un chasquido
chaucha, quiltro y piñín
se unen al castellano
vienen a sentarse en el poto
hacer pichí
comer humitas
defenderse con luma
armar su ruca
alimentarse con ulpo
caminar sobre el trumao

Para Daniela

Para Daniela

Para ti el resplandor de la esperanza

Paz y árbol  danzando

La cintura del perfume

Aquellos pies  chiquitos de la lluvia

Para ti el fuego del invierno

Nuestra tierra tibia

Las  manos muy  tibias

El traje que usa mi sombra

Para ti la palabra libro

El eco  de un temblor

Nuestro alfabeto de agua

La campana que pronuncia tu nombre.

Cuando te amo

Cuando te amo,

amo la luz  briosa de tu cuerpo

Tu  fuerza de amapola radiante

Los rayos de tu esencia verde

La casa que hospeda nuestro viaje

Amo tus ¡Ya! y tus ¡yo quiero!

Tu poema  respondiendo mis trazos

Tu   arte de  cocinera

Tus manos dibujando otras almas

Cuando te amo,

amo tus dedos en mi cabeza

Tu latido que rige mi alegría

Nuestros pasos de tango

El vals que ahora crece en tu sangre.

Marisol

Para Marisol
el día que hemos pensado
nuestro país a los 20 años
el cielo en su cabello rojo
libertad que nos urge a vivir

Tímida y valiente
seria en días de fiesta
contagiosa de ternura
poeta del silencio
madre como las madres de fuego

Para  Marisol
el día que hemos pensado
la amplia escuela de todos
nuestra paz de primavera
la danza espontánea
nuestros niños jugando bajo el sol.

Miércoles

Este miércoles tiene espinas
Locomotoras y rosas me persiguen
Gritan los minutos
Bebe sombras la tierra
El cielo respira en mi espíritu.

Futuro

En el futuro
no caben mis ojos
faltan espíritus
fiestas
demonios vestidos de azul

El futuro es ausencia
Multitud de bosquejos
Algo con estrellas y cordilleras
Tiempo robando los cuerpos

Traspasando tu espíritu

Me concentro y miro por tus ojos verdes
Estoy en tus heridas y tus sueños
Cruzo muros  en tu memoria.
Soy una mora entre tus dedos.
Teclas negras de tu piano.
Tus pequeñas manos sobre el silabario.

Hoy me llamo

Hoy me llamo tronador
Octavio Tulio
Horacio Invictus
Leftaro
Tantalio Noziglia
Emanuel Astorga
Elías Labroca
Sereno Martín Sereno

5 o 50

5 o 50
y siempre la edad del viento
ímpetu del agua
beso entre el amor y sus estrellas

Fin del mundo

Jesús enseñó
inminente  fin del mundo
Bella frase fijaron galileos
La verdad grita en ese error.

Joaquín

Joaquín existe en el cariño de tía Cecilia

En ciertas luces del mar

Las manos de su madre

La música que gira en su alma.

Existe cuando sopla al interior de la aurora

Niño al pie de los Andes

Joven en brazos del mundo

Muchacho de agua y  cielo

Periodista del silencio

Guardián de Pucón

Hombre que ríe  sobre mi tumba.


Audio del poema

La naturaleza exagera

La naturaleza exagera
Dispara flechas de lujuria
Reina con su nieve en las cumbres
Habita el pensamiento
Tiene ramas en bosques y  hecatombes.
Tropieza con Rafael
Es muerte y vida
Se emociona, respira, fornica
Devora y huye
Observa con los ojos de los hombres.

Jaime Sabinés Gutiérrez

Jaime Sabinés Gutiérrez
tiene su tumba en el aire
allí lo exhibe el PRI y bibliotecas
«Vate, diputado, zapatista de la hora nunca,
sigue defendiendo nuestros  sueños».
Incluso muerto, persiste en  dormir la  siesta.



Este texto conversa con el propio Sabinés en:

Estoy metido en política

Estoy metido en política otra vez.

Sé que no sirvo para nada, pero me utilizan

Y me exhiben

«Poeta, de la familia mariposa-circense,

atravesado por un alfiler, vitrina 5».

(Voy, con ustedes, a verme)

Estado del Arte

Hace tiempo que se escribir la primavera/
Escindir la palabra  del silencio
Fijar mi nombre en tu frente
Horadar el mundo con mis voces
Atacar en mil lugares con un poema

Lo que no se es encontrarme
Seguir mis raíces hasta el cielo
Observar en la memoria
Bañarme en mi río de luz
Aceptar la ternura de mi rosa

Mi heredad sobre la tierra

En tu rostro la belleza
Mi heredad sobre la tierra
Luz de esmeraldas
Una cascada de estrellas
Tu boca que vive en mis besos

Horacio

Horacio abandonó el escudo
Dejó el terror de Filipo y regresó a su Patria
Almorzó cazuela con papas
Calmó su sátira
Formó sociedad con Mecenas

Tomó número entre sus amigos.
Lo siguió a territorios de la muerte.
Recibió finca en Sabina
Compró caballos para el Derby
Dejó de leer El Mercurio
Fue agradecido pero no servil.

Viajaba del campo a Roma
siempre en su Vespa
llevó rábanos a su biblioteca
alzó la bandera de Octavio
pasó  temores en el mes sextil

Elena

Elena, has salvado al mundo muchas veces

Lo haces, al mirar nuestro silencio

Caminar entre gigantes

Usar los zapatos de tu madre

Recibir  los hilos que nombramos lluvia

Lo salvas sempre con tu risa

Al triunfar tus latidos

Mirarte en  ojos  del invierno

Regresar una y otra vez
 desde lo imposible

Ahora el mundo te abraza

Llama humilde desde un boldo

Ronda   con abejas y zancudos

Te piensa desde la brisa

Te besa con los ojos de tu padre

¿Te arrepientes?

Sobrino, ¿dónde están tus  hermanos?
¿ Por qué  la sangre en nuestros padres?
¿Recuerdas  tu juramento?
¿Qué ilusión  ha cegado tu espíritu?

Ay, Patricio.
Llevas por sombra a la muerte
Evoca conmigo sus nombres:
René,  José, Augusto,  Eduardo
Piensa en sus familias y su pueblo.

Acércate.
Recuerda tu comunión y mi abrazo.
Dime: ¿Por que lo hiciste?
¿Te arrepientes?
Por favor, regresa.
Sólo hay vida en el amor.

Mi niña

De todo lo que tuve en mi existencia.
Destaco el amor  de mi  niña
Su defensa de mi nombre
Su afán sereno de justicia.

Ahora camino sutil por calle Hinderburg
Bendigo partos en Clínica Santa María
Escucho respirar a mis hijos
Escribo papeles invisibles

Me gusta  traspasar murallas en  La Moneda
Oír a los jesuitas
Sentir el mar de Algarrobo
Regresar a nuestro sol del norte.

Cada día, busco ignorar a los traidores.
Limpiarme de sus miradas
Dejar atrás sus  atroces  lisonjas
Perdonarles, sí, perdonarles  mi muerte.