Muy poca gente se motivó a votar. Unos porque están fuera del país y aparecen inscritos automáticamente en su último domicilio en esta tierra; muchos más por desprecio hacia candidatos, partidos y gobernantes; otros, por desesperanza aprendida; otros muchos porque creyeron que todo estaba decidido y su voto carecía de importancia.
La abstención significa también que poco y nada le duele al ciudadano; significa que en el fondo le dan lo mismo los resultados, mientras tenga trabajo, escuela, algo de té y de pan.
Pero las mujeres votaron por las mujeres y 6 de cada 10 electores rechazaron la gestión de gobierno.
Para la oposición, las sencillas lecciones son la integración de los sectores emergentes, la generosidad de abrir los programas y las primarias, permitiendo así que asomen los nuevos rostros y los nuevos temas de nuestra sociedad.
Me encantó la acción de arte en el Estadio Nacional, interpretando el silencio que habla desde las graderías Ñuñoínas.
¿Fue un gesto de propaganda?. No, fue un gesto de arte que resalta la presencia del Estadio, la Esmeralda, la Avenida llamada 11 de Septiembre. Y como toda expresión de arte tiene una carga política.
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El Jefe de Estado Vaticano y aquellos jóvenes, tomaron conciencia de ello.