5 de diciembre de 2011
Sexo de una mujer calva
Pétalos castigados por el roce
copa quebrada sobre piedras
cebolla lamida por mi boca
capullo lleno de oficio
distante apenas de lo puro
sincera como rezo de un árbol
mariposa quejándose de gozo
himen caído como sombra
clítoris ufano como un novio
ángulo de estrellas en tu sexo
gotas de sangre tras la lluvia
La imagen proviene de este sitio.
4 de diciembre de 2011
Tarde
Acabo de sentir que pensaste en mí
pasó tu ser corriendo sobre mi pecho
fue hermoso, inquietante, tardío.
pasó tu ser corriendo sobre mi pecho
fue hermoso, inquietante, tardío.
Cierto amor en las sandías
Miro mi alegría
la mido en corbatas y dinero
extensas sonrisas de mi hija
foto marcada por un beso
gotas de tu leche en mi mejilla
Pero en el Recto Sendero
tengo mucho por buscar
ignoro los vientos de mi espíritu
el arte de estar en lo oscuro
la sagrada ausencia del deseo
el nombre de la puerta que desciende
Ignoro todo y me lleno de preguntas:
¿Por qué lloro cuando me llama el Lucero?
¿Qué hacen los muertos silbando en mi mesa?
¿Qué puente atraviesa en mis sombras?
¿Hay cierto amor en las sandías?
¿Puedo llamar destino a estos vaivenes?
¿Puedo aprender del recuerdo?
Este texto conversa con Tao Yan-Ming (372-427 D.De C.), en:
Hombres de negocios
Los hombres de empresas están orgullosos de su habilidad y destreza,
Pero en el Tao aún tienen mucho que aprender.
Están orgullosos de sus hazañas,
Pero no saben lo que le sucede al cuerpo.
¿Por qué no aprenden del Maestro de la Verdad Misteriosa,
Que veía al mundo entero en una pequeña botella de jade?
Cuya alma brillante estaba libre del Cielo y la Tierra,
Pues cabalgando en el Cambio entraba a la Libertad.
La obra de Roser Bru, proviene de http://galeriacasaverde.cl/roser_bru.html
3 de diciembre de 2011
Quetzalcoatl
Soñé con la serpiente emplumada
Ella tenía tu olor y tu rosa
Ocultaba su luz bajo la hierba
mientras yo te cuidaba y seguía
como águila girando en lo puro
La imagen proviene de este sitio.
2 de diciembre de 2011
Eva en el Jardín
La niña
no suele pensar en Dios
pero une sus manos para abrazarlo
y habla con Él entre silencios
siente la presencia de sus ojos
busca su ausencia entre las sombras
Este poema conversa con Andrea Mucciolo en:
TIBIEZA
Una niña
quiere tocar al sol.
La anulación de la bondad
no ha oscurecido
su Paraíso de esperanzas.
El paño del ogro
no ha llegado a
lamer las heridas
de su ego.
Unas muñecas lloran
abonan
donde la flor es exánime.
Renacerán unos arcoiris
de la Nueva Era.
La niña
no puede tocar al sol,
pero extiende la mano
y espera
que la tibieza de la vida
la traiga consigo.
La fotografía de Miwa Yanagi proviene de este sitio.
1 de diciembre de 2011
Extraviado
Me pierdo en ti como en un bosque
tu nombre es lluvia tocando mis labios
pequeño beso del agua clara
viaje al amor de tus pezones
leche sembrada en mi esperanza
tu nombre es lluvia tocando mis labios
pequeño beso del agua clara
viaje al amor de tus pezones
leche sembrada en mi esperanza
La fotografía de Lucien Clergue proviene de http://www.liveauctioneers.com/
30 de noviembre de 2011
Muchacha en mañana de sol
Hoy soy joven y certera
respiro todos los deseos de mi cuerpo
viajo asombrada y alegre
dispuesta a la desnudez de las playas
yo y el placer de mis sueños.
La fotografía proviene de http://pulpartbook.com
29 de noviembre de 2011
Alfabeto de Sem
Sem, hombre de grano y aguas
Príncipe conservando cosechas
obligado a vivir al interior de los sentidos
cambiando el vino por la harina
descifrando voces de otras tierras
forjadas de nuevo en su memoria
mecidas como hijas que lloran.
Surge entonces el momento del brillo
y llenas las alforjas de sílabas
las desarmas
en pequeños ladrillos trasparentes
atando el ojo y la boca
pulsando las primeras visiones
faena de toros corriendo en el bosque
mono de cómica cola
daga oculta bajo el cinto
camino abierto en otro cielo.
Este texto conversa con Jacques Réda en:
Lo que he querido es conservar las palabras de todo el mundo:
uno más entre los que pasan, luego: luego nadie (salvo
ese bastón de ciego que sondea el fondo de toda memoria)
para que cada cual diga soy yo, sí, soy yo quien habla—
pero con ese ligero desvío de la música
siempre solitaria y distraída que lo traspasa.
La imagen proviene de este sitio.
28 de noviembre de 2011
No cocinar con demasiada rabia
He tomado el machete para cortar el apio
y he seguido con mis dedos
hasta dejarlos como cubos sobre la mesa
pequeños higos de carne sobre las tablas
dados cargados de rojo
El cielo de Embry
Algo pasa aquí
los dibujos que habitaban mis ojos
el pan que he dejado en la mesa
incluso el compás con que mido mis sueños
han partido al cielo de Eduardo Embry
Allí perduran como lluvia sobre sus jardines
golpean con paciencia sus ventanas
comparten con brujas benignas y calvas
alimentan su invierno
las noches poseídas por el agua
jornadas en que duermen las estrellas
Este texto conversa con Eduardo Embry en:
Hoy que llueve a cántaro en toda Europa
“Quisiera ser la lluvia
que tu cuerpo acaricia”,
- poeta que no ha vivido
en Ealing Common, donde llueve a mares,
quizá pueda decir todas estas leseras;
es cierto, las lluvias son bendiciones del cielo,
pero también, cada vez que llueve,
ocurren muchas molestias;
se desbordan los ríos, sube el nivel del mar;
los cerros blandos se desmoronan,
las casas se vienen abajo,
y tu, de mal humor
andas tirando las cosas;
es por eso, amada mía,
hoy que llueve a “cántaro” en toda Europa,
(traducido del inglés al español)
"ahora que caen del cielo perros y gatos",
quisiera ser para ti, el árbol colosal e imprudente,
el pañuelo de muchas ramas y hojas;
así de simple: para protegerte del agua;
aqui concluyo: bajo ese claro de luz y luz,
ya vivimos fieramente.
La fotografía de Eduardo Embry proviene de http://sociedaddeescritoresdechile.blogspot.com
Vision de Elias
La Cabeza de Dios es una esfera de rocío
respira y mueve la distancia de sus soles
levanta sus párpados y despiertan los delfines
sueña y libera el fulgor de la noche
habla y sostiene el rumor de las olas.
La imagen proviene de este sitio.
27 de noviembre de 2011
Cuarto en Lastarria
¿Qué clase de mujer deja su cabellera en mi silencio?
encajando su cuerpo en mis visiones
produciendo la certeza de la tarde
descendiendo como luz sobre mi rostro
pura como el árbol de mis sueños
tallada en los siglos de esta puerta
descalza – explícita-extraña
perfecta como el aire que estremece
La fotografía es de" Héctor González de Cunco" recientemente compartida por él a través de facebook.
La Tigra
La tigra es un animal sin historia
menstrúa cuando la luna bota su lágrima
y ella lame la tristeza de su novia
antes de orinar acompañadas
como viejas compañeras de Liceo.
La imagen proviene de este sitio.
26 de noviembre de 2011
Apología de la escritura
Imagina que tuviéramos la memoria de otros
y viviéramos sus noches de bodas
dolor en camas de hospitales
pena de la niña violada
continua hermandad de los sueños
envidia en las salas de gobierno
oscuridad en el fondo de la tierra
música de la lluvia sobre la selva
¿Y si en verdad pudiéramos?
La fotografía proviene de http://www.merisorul.ro
Vagamundo
Los canes abrigan con su lengua
pero el cuerpo está sangrando de frío
absurdo en su muerte sencilla
quieto bajo ropa sin tiempo
derramando su aliento en la calle
rodeado de fecas y orines
ausente –descalzo-sombrío
La imagen proviene de este sitio.
25 de noviembre de 2011
Aves en viaje.
Vi trazos, sombras, ángulos
quejidos y gritos de aves.
Poema en su viaje sagrado.
Voz feroz de las aguas.
Pequeños destellos
de una Estrella Mayor.
Este pequeño texto está provocado por Pablo Neruda en:
MIGRACIÓN
TODO el día una línea y otra línea,
un escuadrón de plumas,
un navío
palpitaba en el aire,
atravesaba
el pequeño infinito
de la ventana desde donde busco,
interrogo, trabajo, acecho, aguardo.
La torre de la arena
y el espacio marino
se unen allí, resuelven
el canto, el movimiento.
Encima se abre el cielo.
Entonces así fue: rectas, agudas,
palpitantes, pasaron
hacia dónde? Hacia el Norte, hacia el Oeste,
hacia la claridad,
hacía la estrella,
hacia el peñón de soledad y sal
donde el mar desbarata sus relojes.
Era un ángulo de aves
dirigidas
aquella latitud de hierro y nieve
que avanzaba
sin tregua
en su camino rectilíneo:
era la devorante rectitud
de una flecha evidente,
los números del cielo que viajaban
a procrear formados
por imperioso amor y geometría.
Yo me empeñé en mirar hasta perder
los ojos y no he visto
sino el orden del vuelo,
la multitud del ala contra el viento:
vi la serenidad multiplicada
por aquel hemisferio transparente
cruzado por la oscura decisión
de aquellas aves en el firmamento.
No vi sino el camino.
Todo siguió celeste.
Pero en la muchedumbre de las aves
rectas a su destino
una bandada y otra dibujaban
victorias
triangulares
unidas por la voz de un solo vuelo,
por la unidad del fuego,
por la sangre,
por la sed, por el hambre,
por el frío,
por el precario día que lloraba
antes de ser tragado por la noche,
por la erótica urgencia de la vida:
la unidad de los pájaros
volaba
hacia las desdentadas costas negras,
peñascos muertos, islas amarillas,
donde el sol dura más que su jornada
y en el cálido mar se desarrolla
el pabellón plural de las sardinas.
En la piedra asaltada
por los pájaros
se adelantó el secreto:
piedra, humedad, estiércol, soledad,
fermentarán y bajo el sol sangriento
nacerán arenosas criaturas
que alguna vez regresarán volando
hacia la huracanada luz del frío,
hacia los pies antárticos de Chile.
Ahora cruzan, pueblan la distancia
moviendo apenas en la luz las alas
como si en un latido las unieran,
vuelan sin desprenderse
del cuerpo
migratorio
que en tierra se divide
y se dispersa.
Sobre el agua, en el aire,
el ave innumerable va volando,
la embarcación es una,
la nave transparente
construye la unidad con tantas alas,
con tantos ojos hacia el mar abiertos
que es una sola paz la que atraviesa
y sólo un ala inmensa se desplaza.
Ave del mar, espuma migratoria,
ala del Sur, del Norte, ala de ola,
racimo desplegado por el vuelo,
multiplicado corazón hambriento,
llegarás, ave grande, a desgranar
el collar de los huevos delicados
que empolla el viento y nutren las arenas
hasta que un nuevo vuelo multiplica
otra vez vida, muerte, desarrollo,
gritos mojados, caluroso estiércol,
y otra vez a nacer, a partir, lejos
del páramo y hacia otro páramo.
Lejos
de aquel silencio, huid, aves del frío
hacia un vasto silencio rocalloso
y desde el nido hasta el errante número,
flechas del mar, dejadme
la húmeda gloria del transcurso,
la permanencia insigne de las plumas
que nacen, mueren, duran y palpitan
creando pez a pez su larga espada,
crueldad contra crueldad la propia luz
y a contraviento y contramar, la vida.
24 de noviembre de 2011
A mi padre
Mi padre está creciendo en mi palabra
sus tréboles iluminan mi existencia
sus inviernos perduran en mi estrella
como fuego derramado sobre el cielo
Lo escucho
bajo el silencio de mi mente
hay agua en la ventana de su madre
pequeños vehículos de acero
abrazos sembrados en los niños
viento pariendo nuestro otoño
viento devorando nuestra muerte.
Este texto conversa con el afamado poeta magallánico Marino Muñoz Lagos en:
Retrato vivo de mi padre muerto.
Murió en abril: tiempo de lluvia. Otoñecida
estrella le cubría la frente como un agua.
Era un hombre pequeño, realzado de pronto
por una lenta mano, florecida manzana.
Una sombra rebelde le dormía los ojos,
como un álamo triste, como una llamarada.
Era en el tiempo niño: el tiempo inconmovible
de los bosques mojados en sus nobles estancias.
Allí nacía él, allí crecían lentamente
sus cabalas maestras, su suerte enmarañada;
allí, en las pobres vasijas, en el solar
terrestre donde la espiga levantaba
su fantasma perfecto, su pan crepusculario.
Le conocí de cerca una lenta mañana
de invierno. Como sabias monedas invariables
las lluvias pasajeras sobre el techo cantaban.
Su mano sarmentosa se halló como la fina
prolongación del tallo de las dalias.
¡Era él!, ciertamente lo digo. Ciertamente
como que ahora escribo tendido sobre el alba.
Su rostro era tan triste. Sus ojos pensativos
recorrían celestes los cuadros de la casa.
A mí me parecía, por sus limpios modales,
que sólo de un campesino pobre se trataba.
estrella le cubría la frente como un agua.
Era un hombre pequeño, realzado de pronto
por una lenta mano, florecida manzana.
Una sombra rebelde le dormía los ojos,
como un álamo triste, como una llamarada.
Era en el tiempo niño: el tiempo inconmovible
de los bosques mojados en sus nobles estancias.
Allí nacía él, allí crecían lentamente
sus cabalas maestras, su suerte enmarañada;
allí, en las pobres vasijas, en el solar
terrestre donde la espiga levantaba
su fantasma perfecto, su pan crepusculario.
Le conocí de cerca una lenta mañana
de invierno. Como sabias monedas invariables
las lluvias pasajeras sobre el techo cantaban.
Su mano sarmentosa se halló como la fina
prolongación del tallo de las dalias.
¡Era él!, ciertamente lo digo. Ciertamente
como que ahora escribo tendido sobre el alba.
Su rostro era tan triste. Sus ojos pensativos
recorrían celestes los cuadros de la casa.
A mí me parecía, por sus limpios modales,
que sólo de un campesino pobre se trataba.
Era hijo del trigo. Venido de un barbecho
donde la luna muestra sus haciendas intactas.
Y en efecto lo era: nacido corno tantos
entre un bosque brumoso y una verde montaña,
el campo se extendía por su cuerpo estrellado
y por sus venas rojas la tierra dura andaba.
Murió en abril, tiempo de lluvia, de lluvia
colonial, antigua lluvia, dolorosa campana.
Le llevaron dormido, entre muchos, entre
todos los hombres que vivieron el agua
gozando las estrellas, las nubes y los recios
contornos labradores de las grises comarcas.
Le conocí de cerca, lo traté tantas veces.
Conversamos del tiempo, del trigo y la esperanza.
Murió en abril. Yo estaba lejos. Su esqueleto
vegetal bajo un huerto florido descansa.
donde la luna muestra sus haciendas intactas.
Y en efecto lo era: nacido corno tantos
entre un bosque brumoso y una verde montaña,
el campo se extendía por su cuerpo estrellado
y por sus venas rojas la tierra dura andaba.
Murió en abril, tiempo de lluvia, de lluvia
colonial, antigua lluvia, dolorosa campana.
Le llevaron dormido, entre muchos, entre
todos los hombres que vivieron el agua
gozando las estrellas, las nubes y los recios
contornos labradores de las grises comarcas.
Le conocí de cerca, lo traté tantas veces.
Conversamos del tiempo, del trigo y la esperanza.
Murió en abril. Yo estaba lejos. Su esqueleto
vegetal bajo un huerto florido descansa.
Dar y Recibir
Aprieto tus pezones y lo veo todo
imágenes colgadas en tu cuerpo
memorias reveladas por tus ojos
pequeñas premuras del deseo
Claridad mientras bebes de mis sueños
y liberas mi poema de su sombra
respirando sobre el lema de mi sangre
elevando el prestigio de tu lengua.
La fotografía de Lucien Clergue proviene de http://www.myspace.com/
23 de noviembre de 2011
Sol del conocimiento
Diana Aaron
Qué certezas hay de tu nombre?
Asoman huellas de un pueblo huyendo en el desierto
Villa Grimaldi
La palabra Quimantú brillando en tu presencia
Ángel latiendo en tu centro
El derecho a resistir la tortura
Bendita Tribu de Dan
Tranquilas calles de Ñuñoa
Asombrosa belleza de tu espíritu.
La fotografía de Diana Aarón, detenida desaparecida, proviene de http://www.memoriaviva.cl
Mujer Objeto
escribí “Eurídice” sobre la tela de mis ojos
soy fantasma antes que ángel
pezón henchido
constante menstruación de la noche
muchacha temblando de gozo
maga de veranos e insomnios.
Este texto conversa con Isabel Gómez en:
RITUAL DE PÁJARO
Alguien rompe mi trono caliche
Orfeo vaga por las calles
su ritual de pájaro
En Singapur
una muchacha me niega
Las sirenas piden hostia
Y yo aquí
en mi butaca de silencios
menstruo siglos
hasta el mito de mis senos.
En la imagen, la portada de uno de los ejemplares de "Luz", mi primer libro de poemas, culpable precisamente de encerrar a una mujer en sus textos.
En la imagen, la portada de uno de los ejemplares de "Luz", mi primer libro de poemas, culpable precisamente de encerrar a una mujer en sus textos.
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