Mi barrio era habitado por ninfas
agua brotando de las rocas
miradas del mar sobre los cerros
húmedas quebradas
como cuerpos de mujeres
flores brotando de esas hembras
vírgenes, princesas indias,
playas de olas sagradas
idiomas de vida y belleza.
En carabelas
trenes y serpientes aladas
fue arribando nuestra muerte
con acero y cemento
cortó los brazos y los ojos
de Perséfone y sus doncellas
humillando el dolor de las flores
derrotando el trabajo de la abeja
fracturando el orgullo de las playas.
Pero el agua permanece
brota en la pureza de la espuma
baña su espíritu en el viento
Venus llora sobre piedras
baja a los silencios de la tierra
vuelve como noticia de Esperanza
constante beso de la bruma
triunfo del color sobre el cemento
vulvas creciendo entre las aguas.
En tiempos coloniales se formó
la Hacienda ”Viña del Mar” al norte del Marga Marga y
la Hacienda “Las Siete Hermanas” en las tierras ubicadas al sur de ese curso fluvial.
Se dice que el nombre de “Siete Hermanas” está asociado a las colinas que unen Viña del Mar y Valparaíso, comprendiendo los actuales sectores de Cerro Castillo, Agua Santa, Recreo, Esperanza, Placeres y Barón.
Se trata un sistema continuo de cerros que los trabajos ferroviarios separaron de su extrema norte en Cerro Castillo y las obras de Avenida España distanciaron del mar.
En mi intuición, esas hermanas apuntan a los cursos de agua que fluyen en las numerosas quebradas de estas costas, visitadas por la constante renovación de la vida, el inquebrantable brío de las flores, la femenina y sagrada fuerza del agua.
La primera imagen nació de mi cristal y corresponde a la Gruta de Agua Santa a poco metros de mi casa.
La segunda proviene del flickr de Erwin Thieme y corresponde a la "Venus de Recreo", emplazada en una Mansión ubicada en la esquina de calle Pedro Montt y el despeñadero.
La última, la tomé desde el piso de Masita Rica en calle Diego Portales y por sincronismo es también una deidad femenina