29 de diciembre de 2024

Fray Camilo Henríquez

 


Nuestro hermano de Valdivia[1]

José Camilo Henríquez González

Sacerdote y Fraile de la Buena Muerte

Estudia y vive en Lima desde sus quince años

 

Allí está siendo interrogado por la inquisición

Ha leído “Emilio” y “Cándido”

Predica el contrato social

Hay sospechas de su unión a los obreros de paz

Aprende con cada golpe una lección de libertad

 

Encendida la primavera de 1810

Unió su lámpara a nuestra aurora

Retornó a Chile

y aguijoneando a los patriotas

exclamó: ¡Hasta cuando pensáis!, ¡Resolved![2]

 

Coherente, no vaciló en tomar un palo

y encabezar la muchedumbre

que ayudó al Batallón de Granaderos

a repeler el Motín de Figueroa

aquel uno de abril de 1811

 

Ese año

redactó la proclama de Quirino Lemáchez

había que marcar nuestro rumbo

fijar bandera de combate

recalcar que no somos esclavos

que tenemos derecho a libertad y alegría

a una Constitución que nos proteja

y defienda la majestad de nuestro pueblo

 

Su sermón con ocasión de la apertura

del Primer Congreso Nacional

selló la unión entre Democracia y Derechos Humanos:

«Existe una justicia inmutable e inmortal

anterior a todos los imperios;

y los oráculos de esta justicia

promulgados por la razón

y escritos en los corazones humanos,

revisten de derechos eternos»

 

Pronto la guerra se llevó a su propio hermano

en las trincheras de Rancagua

y él buscó refugio en Mendoza

Dejando atrás su “Aurora de Chile”

Su cargo de Diputado

El luto de su familia

 

Años después regresó

para hacerse cargo de la Biblioteca Nacional

impulsar las luces lautarinas

ser el espíritu de la Logia Aurora

Presidir el Senado de la República

 

Se describió a sí mismo como

fraile, brujo, masón y carrerista

Doña Trinidad Gana lo acompañó en su existencia

Recibió su herencia

Conservó sus secretos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Además de sacerdote fue periodista y médico.

[2] Aurora de Chile, 17 de agosto de 1812

28 de diciembre de 2024

José Miguel Correa Verdugo

 


Nuestro hermano rechazó la venda

Quiso plenitud de luz

Brincar coherente a las estrellas

Altivo, distinguido, coherente

Heroico hasta el último segundo

 

Actuaban en su espíritu los caminos del sol

Alcanzar, poseer y difundir la luz

Logia San Juan de Nueva York

Febrero 24 de 1816[1]

Nuestro húsar ha roto el dogal

 

Nuestro hermano cruzó a galope por la Alameda

Fue impaciente, bravo, arrogante

Insurrecto a sus 24 años

Buscó libros e Imprenta

Creó La Aurora de Chile

No más noche de siglos

Irrumpió contra el imperio de la ignorancia

Disolvió el pantano de los miedos

Rescató a los esclavos desde el vientre de sus madres

 

Hijo de su tiempo

Bailó con la muerte

Buscó aventura y libertades

Gloria para su nombre

Profunda independencia del espíritu

 

Ahora la patria se preserva en su manto

Avanza desde bibliotecas y liceos

Asume su indómita presencia

Crece desde su fecunda sangre

Disparos que rompen su estatura

Su mirada volcada en  los cielos

 

Las balas fueron cobradas a su padre

 

 

 

 

 



[1] Constatado con el Acta de la Logia y el Diario de vida de Carrera. En una jornada recibió los tres grados simbólicos

27 de diciembre de 2024

Renato Verdugo Haz

 


Nací desde la tragedia de mi Padre

Huelo a humo de locomotora

Guardavías, hierro, carbón

Sangre de mi fuente

bajo el tórax metálico del tren

 

Fui alumno socialista de Jaime Galté

Él predijo los frutos de mi árbol

La dureza de mi verbo contra el fascismo

La dignidad que defendí en los templos

Vínculos entre Liga de los Justos

Mahoma

y el signo que aprenden los compañeros

 

Con serena valentía

alcé mi voz contra dos Grandes Maestros

Los llamé al orden de la prescidencia política

Los invité a amar la Democracia

Renunciar a joyas y metales

 

Les recordé que bajo coloridos paramentos

marchaban desnudos

hacia el juicio de la historia

confundiendo la pequeña luz del templo

con la grande que inspira las conciencias

 

Junto a cientos de mis hermanos

Supe exigir Democracia

y con nuestro pueblo luché hasta conseguirla

Llevando siempre mi alma limpia

y la mirada mucho más allá del crepúsculo

26 de diciembre de 2024

Hernán Henríquez Aravena Clanista asesinado en Temuco

 


Tras crecer en el Jardín del Pensamiento

Se inició muy joven en Trapiales[1]

y luego extendió su bondad

entre los bravos Araucanos de Concepción[2]

 

Enamorado de la salud pública

se hizo médico

comunista

padre de cuatro hijos

hombre sereno

brillante director de hospital

 

 

 

Visionario

Impulsó la medicina intercultural

Aceptó los misterios del bosque

Asumió como Jefe en Malleco y Cautín

 

Y a ese hombre de luz lo torturaron

Avergonzados, negaron haberlo detenido

Días después, reconocieron haberlo matado

Nunca devolvieron su cuerpo

 

Su esposa pidió ayuda al Obispo Piñera

Su marido no era cristiano”, se excusó el prelado

y un gallo insistió en llorar sobre los techos

El verbo estaba en la boca y no en la acción

 

Su esposa pidió ayuda en los talleres de bondad

Tampoco allí hubo acción decidida

La mayoría celebraba los bandos

Descorchaba champaña

Se negaba a mirar el terror

 

La justicia tardó medio siglo

Los ancianos asesinos sobrevivientes

ahora respiran en la cárcel

El Hospital de Temuco lleva el nombre de Hernán

La tibieza de su piel se ha ido

El fuego de su espíritu permanece

 

 

 

En fallo unánime (causa rol 14.483-2021), la Segunda Sala de la Corte Suprema –integrada por los ministros Manuel Antonio Valderrama, Jean Pierre Matus, la ministra María Cristina Gajardo y los abogados (i) Eduardo Morales y Ricardo Abuauad– confirmó la sentencia que condenó a Crisóstomo Hugo Ferrada Carrasco, Enrique Alberto Rebolledo Sotelo, Heriberto Pereira Rojas, Jorge Aliro Valdebenito Isler, Jorge Eduardo Soto Herrera, Luis Osmán Yáñez Silva, Luis Alberto Soto Pinto y Leonardo Reyes Herrera a 20 años de presidio, en calidad de autores de los delitos.

En tanto, Luis Raimundo Quezada Chandía fue sentenciado a 17 años de presidio, como autor de los dos homicidios calificados, y Óscar Alfonso Ernesto Podlech Michaud, a 12 años de presidio, como autor del homicidio calificado de Henríquez Aravena.

En el caso de Pablo Aquiles Alister Contreras se le impuso una pena de 4 años de presidio, como cómplice de homicidio simple y encubridor de apremios ilegítimos.

Finalmente, Jaime Mauricio Echenique Seco, Aníbal Arturo Tejos Echeverría, Enrique Alcides Isaacs Casacuberta, Antonio Sergio Monserrat Mena y Xavier Fernando Pérez Chávez fueron condenados a 3 años y un día de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada, por su responsabilidad como encubridores de los delitos.

En la causa, el máximo tribunal, actuando de oficio, sustituyó las penas de 3 años y un día de presidio, impuestas a Berthold Bohn Sauterel, Rodolfo Ernesto Schmied Callejón, Víctor Manuel Volante Leonardi y Rogelio Olivares Torruella, por la libertad vigilada intensiva por igual lapso, como como encubridores de los delitos.

 



[1] Se inició en 1953 en el Clan Trapiales

[2] En 1961 era Jefe del Clan Araucanos


25 de diciembre de 2024

Miguel Enríquez Espinosa





 Recuerdo mi infancia en Concepción

Juegos con Marco y Edgardo, mis hermanos

La dulzura de Inés,  aquella luz de mi sonrisa[1]

El amor gigante de nuestra madre

Mi padre empujando libertades

 

Nuestro hogar fue un claustro de libros y música

Largas conversaciones

Anécdotas de mis tíos parlamentarios[2]

Vivencias de la Armada

Historias de hospital

Vibraciones emanadas del templo

Una luz de bondad en aquel hogar del sur

A nuestro Jardín del Pensamiento

Llegaba la juventud del sur

En mi gran cuarto de soltero

Celebramos el 26 de julio

Soñamos la insurrección de los humildes

La hora final del reformismo

pues Cuba brillaba en las almas

y no había tiempo para otro Catapilco

Otro bailarín González Videla

Otro engaño, acuerdo, retroceso

 

¡Que bellos almuerzos en casa!

Ferradita, Bauchi, Luciano y toda mi familia

Mi padre moderaba con mallete invisible

Marco abría ventanas a la historia

Un río de humanidad inundaba la mesa

 

En aquella inundación

me aferré a la emoción de ser en el prójimo

y busqué en el amor sus consecuencias

Así, lágrimas de otros corrieron por mis mejillas

El dolor de mi pueblo hirió los pilares de mi alma

Temblé a los pies del Lucero

Y en mi Alto Corazón

Sentí el deber del sacrificio

 

Mucho antes de los veinte años

Me uní a Sierra Maestra y Espartaco[3]

Desde allí construimos el Movimiento Socialista Revolucionario

En 1965, anhelos y el coraje del pueblo fundaron el MIR

Clotario Blest bendijo el momento

Una rosa nació en cada jardín de América

Nuestros cuadros ya se formaban en Cuba

 

Tras ello, convertimos el discurso en realidad

Creamos territorios insurrectos

Asaltamos bancos y robamos mercaderías

Repartimos alimentos

Otorgamos poder al que siempre estuvo indefenso

 

Con fuego y tortura pagamos nuestra osadía

Combatimos el Golpe de Estado

Estuvimos en el infierno

En nuestras almas resistió la aurora

Ascendimos la montaña sin tiempo

Volcamos nuestro viaje en la Luz

 

Calle Santa Fe, 5 de octubre de 1975

Nuestro hogar está rodeado

Somos cuatro resistiendo

Buscando cobertura de fuego y huir por los techos

Nos atacan con granadas y balas trazadoras

Carmen cae herida por esquirlas de granada[4]

Munición de guerra me arranca la existencia

 

Mientras caigo, veo a mi padre

Jaime Galté y José Miguel Carrera

Con sus manos forman un triángulo de luz

Protegen a Carmen y al niño que lleva en su centro

Yo cruzo la noche estrellada

Regresa la música de mi viejo hogar

Un alma serena me invita a caminar sobre el viento



[1] Su hermana, Inés Enríquez Espinoza

[2] Inés y Humberto Enríquez

[3] Núcleos socialistas de Concepción, marcadamente impulsores de la insurrección armada.

[4] Carmen Castillo Echeverría, pareja de Miguel.

24 de diciembre de 2024

Alfonso Gamboa Farías Clanista asesinado por la Caravana de la Muerte en Copiapó

 

En acto reparatorio, se aprecia al  presidente Boric y al que por sus rasgos es  Alfonso Gamboa,                                                            hijo de nuestro hermano asesinado.


Nuestro hermano fue normalista

Enseñaba en las aulas y en Radio Atacama

Su voz recorría desiertos

Faenas mineras

Caminos repletos de cobre

Copiapó, ciudad amada por la Luz

 

Su pensamiento y cultura

eran esperados en los hogares del norte

Ayudaba a escudriñar el fondo de las noticias

Aplicaba el libre examen

Nuestra búsqueda de la verdad

Una amplia extensión de la armonía

 

Los hermanos de la radio formaron el clan Cristales[1]

En su leyenda, una gema espiritual instalada en las alturas

aglutina energías

y envía su Alto Amor a nuestro pueblo

 

Tras el golpe, la radio fue invadida y clausurada

Pronto, los militares buscaron el cristal

Aquella joya mágica de la radio

Por la fuerza arrancaron de Alfonso la pieza material

-ya inutilizada por seguridad-

Pero nunca lograron llevarse la verdadera

La Gran Luz que hermana corazones

La que hace de nuestro hogar el hogar del Alfonso

De su pena, nuestra pena

De su coraje, un motivo para nuestro orgullo

 

Ese martes, nadie grabó las últimas palabras de Alfonso en la radio, pero ellas circulan en la memoria de Copiapó y se entregan como un rito de honor y homenaje:

 

“Señores auditores: en estos momentos el gobierno democrático de nuestro presidente Salvador Allende está siendo sobrepasado por el poder militar. Hacemos un llamado a todos quienes tienen espíritu democrático para apelar al razonamiento y hacer que todo vuelva a la normalidad. No podemos permitir que se destruya lo que se ha erigido en favor del pueblo”

 

Tras el brillo digno de su voz

vino la prisión

Caravana de la Muerte

aquella noche de corvos en Cuesta Cardones

nuestra luz no se extingue

simplemente, se hace eterna

 



[1] Un cristal era la pieza clave del sistema de transmisión

23 de diciembre de 2024

Claudio Contreras Hernández Clanista detenido desaparecido

 



Como el mago del tarot

nuestro hermano “Coco” era malabarista

Alegre adolescente Ovallino

Buscador de luz

Devorador de fuego

Hijo de Alicia, maestra normalista

Hombre feliz sobre la cuerda floja

 

Claudio fue obrero esencial

en el espacio ancestral de los Los Mitayos[1]

Constructor Civil y estudiante de ingeniería

Magnífica estrella en el “Circo Minero”

Cuadro brillante del MIR

 

 

Coco, Zorro y el Guatón Peña

Conformaron los “Three cool cats”

Pequeña pandilla lúdica de La Serena

Guardianes de la aurora

Todos apresados en dictadura

 

Claudio fue demolido a golpes

Colgado hasta romperle el brazo izquierdo

Sometido a los voltios de la parrilla

Desaparecido desde Villa Grimaldi

Avistado por última vez en enero 25 de 1974

 

Cierro los ojos

y lo veo pasar sobre mi cabeza

percibo su abrazo con Martín Faunes

la fuerza que respira en su nombre

el himno que canta en las estrellas

 

 

 

 

 

El año 2014, la Sala Penal de la Corte Suprema dictó condena por el secuestro calificado de Claudio Contreras Hernández, ilícito perpetrado a partir del 7 de enero de 1975, en Santiago.

En el fallo se condenó a Manuel Contreras SepúlvedaRolf Wenderoth PozoFernando Lauriani MaturanaGerardo Godoy García Marcelo Moren Brito, a penas de 15 años de presidio.

 



[1]  Claudio se inició hacia 1968 en el Clan Los Mitayos de La Serena.


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