El Rito fue escrito en los cielos
Lo murmuran estrellas
Lo conserva el silencio
Tiene un árbol de vida
y un sendero de luz.
El Rito fue escrito en los cielos
Lo murmuran estrellas
Lo conserva el silencio
Tiene un árbol de vida
y un sendero de luz.
Quien salva una vida
salva al mundo entero
Quien escribe un libro
despliega la rosa eterna sobre el talmud
El Uno sonríe porque tu libro es todos los libros
pizarra en que murmuran estrellas
rayo unido a la corona del Sol
regazo en que despierta el silencio
dos columnas a la entrada del templo.
N. es línea y esencia
canción que sueña
signo que respira
boca del viento
hada cocinando el resplandor
rocío sobre el Árbol de la Vida.
Ella dormitaba y tuvo que despertar
Un mago la invadió con bofetadas místicas
Era Hans Sachs
Maestro Cantor de Nuremberg
Era Bach con su coro de Leipzig
Tal vez Karl Marx con su fantasma de fiesta por Europa
Seguro Heinrich Heine
quien llegó como un cisne al lago interior de Natalia.
Y ahora todo es ilusión
Indudablemente "Un Curso de Milagros"
Aquella Tempestad de Próspero
Pequeña cárcel de Segismundo
El libro de los muertos
Nuestros Desaparecidos
Hiroshima
Tus manos sobre la plancha caliente
No, no comparto esa verdad de Dios.
Pero ella conoció la música
Se dejó elevar por sus manos de aire
Se hundió desnuda en aguas nocturnas
Fue madera de violines
Tempos, silencios, melodías
Aquel oleaje efímero e infinito
Y Natalia encontró la ventana
Cumpliendo su destino:
Con sus propios ojos miró a Dios
Con sus manos culminó su obra
y al salir del templo
dejó encendida la luz.
Ocurre que su padre, el fuego
la llamó Esperanza
libro de sueños
alma que cruza los meses de lluvia
Varsovia
Buin
Pisagua
escape de Hanna Arendt hacia el sol.
Escucho ahora tu corazón
Hay lápices y tinta en su interior
Amigas eternas como razones
Naranjos que plantaron tus abuelos
Columnas firmadas por el viento
Un bosque de peonías
La carta VI
Aquella que te cuesta escoger
He visto heridas bajo tu piel
Aquellas lunas que gobiernan tu horizonte
El incendio en tu memoria
La torre cayendo destrozada
El sonido de la flauta al amanecer.
Quien salva una vida
salva al mundo entero
y ocurre que tu libro - Natalia-
ahora respira y llora
Bebe leche de diez pezones tuyos
Le crece una boca para hablarnos
Unas manos para hacer ronda
Una espada de oro, para defender la Luz.
El otoño dice muchas cosas
Dice por ejemplo
Isidora es una rosa que canta
El océano es agua que canta
Hay espíritu en la letras
Escucho la vendimia sobre la tierra
Hoy voy a meditar sobre Jerusalén
Seguir mi ruta interior hacia ella
Cruzar sus laberintos
Entregar mi luz a la paz
Me gusta que volvamos a abrazarnos
Que sepamos ser uno
Fuegos de la misma conciencia
Luces del mismo despertar
Todo lo divido por cinco
Mi mano que ya tiene cinco nombres
La casa en que escondo mis tesoros
El tiempo que demoro en perdonar
La luna y el sol me confiaron tus abrazos
Cierto despertar de tu mirada
Los libros que buscan las flechas de tus ojos
Tu canto que ilumina nuestro andar
Hay nubes sobre Valparaíso
Los rayos del sol están cansados
Y en mi alma figura apenas tres luces
Una se llama Bethesda
Otra Lessing
La última persiste en llamarse Aurora
Soy el padre de Isidora
Me defino como libro de alegrías
Amigo del sol
Hombre que nada bajo hielos y sombras
La madre desafía a la muerte
Defiende una mínima vida
Lo hace pese al sufrimiento
Se anima contra la corriente
Lo hace inundada en lágrimas
Con los pies en el barro y la tristeza
Con sombras fabricando el ataud
Yerro cuando callo tu nombre
y me resigno a no buscarte
huyendo del aire celeste
el latido de tus ojos
la fiesta de tu presencia
Hola Gonzalo
Despierta y háblame hacia las estrellas
Suma tu alma a mi nombre
Obsérvame en mi traje de luz
Acércate, estoy al Este y al Oste
En la copa y en la raíz.
Nuestra mesa es redonda
Y en cada puesto estás tú
En la lámpara que enciendo en mis sueños
y en la ventana con vista al infinito
Maestra de textos
En cada libro estás tú
En las páginas que cruzan mi ojos
en la magia llamada comprensión.
Ciudadano, te inyectan 5, 10, 12 horas de miedo al día
Despiertas con la balacera y el asalto
Incendio
Odio
Estallido y conmoción de la sangre
Guerra en tu mejor horizonte
Nuestra alma devorando al horror.
*
Ciudadana, duermes con el miedo encendido
Partes de cuerpos aparecen bajo tu almohada
El infierno te saluda con sus fuegos de artificio
Hay cráneos bajo el platillo del té
El miedo posee tu futuro
El miedo es tu maestro y tu señor
*
Ciudadana, consumes 5, 10 o 12 horas de pánico al día
Continúas en la radio y en whatsapp
Lo gritan en coro: tus amigos, la comadre, el senador
Lo dice y repite el almacén
la peluquera
tu amante de ocasión
Aquel gentío que llora en los buses
Mi vecino en el bar que ya cerró
Incluso el orgasmo que fue destello de sol.
*
Ciudadana, despiertas rodeada por el mal
Soldados de Aragua preparan su café de muerte
Marcan tu rostro con el dolor de sus balas
Secuestro, complot, compra de jueces
El otoño se esconde bajo la tierra
Llora, mientras habla le tele
Llora, mientras se extingue el sol.
Lo que tú le has hecho a mi aurora
Ese resplandor en mi alma
Se asemeja al impacto del sol
Aquellos rayos de mañanas celestes
El poder que se intuye bajo la tierra
En la noche no caben mis sueños
Tuve que abrir la puerta del verano
y sacarlos fuera del tiempo
allí donde abunda la esperanza
y los rayos de luz se doblan hasta disolverse
Mi alma tiene uñas
Con ellas deja marcas en la piel
Alivia sus nudos sutiles
Toca una guitarra de luz
Desafío a los números para que me regalen esperanza
Un sol sobre la tierra húmeda
Nuestra huerta
La casa abierta
El día elevándose sobre mi ventana
Abuelita
Lo que haces en la luz
Lo hacía también sobre la tierra
Limpiar los ojos del invierno
Besar la frente de los pequeños soles
Peinar con tu música a la primavera
Pienso en mis hermanos buscando sus mandiles
Sus camisas blancas
Los guantes que conservan sin manchas
Una flor de luz sobre la solapa
No es la hora acostumbrada
y ya han revisado el ritual
pensado los brindis
Anticipado el calor de sus abrazos
Los imagino saludando al sol
recibiendo el poder de sus rayos
caminando serenos hacia el templo
alzando sus espadas
pronunciando "Templanza"
formando con sus cuerpos la cadena de unión
En el desayuno: la leche
Un año de café
Avistamiento de pájaros y Esmeraldas
Huevos con la nueva sal de plata
Sobre el ruiseñor hay una costra de nombres
El lirio y la tortuga lo mencionan
Le pesa un pañuelo gitano
Una amapola lo laama
Lo piensan Arabia y Lavapies
Aprendí a se invisible
Viajar en trenes de palabras
unirme al viento
dormir sobre las plumas de las aves
Me duele la vida
o sea mi cuerpo
la garganta
los ojos al llorar
cuerpos quemados en Gaza
vidas cegadas en Ucrania
Vida, no me digas nada
Así es la enfermedad
El aliento de la muerte
El avance de lo que de acerca
Almorcé con Juan
Él trajo su alegría de Maestro
Sus misas sin persignarse
Su poema de fuego sobre la tierra.
Hablamos sobre Templanza
Grecia
Los 70
Nuestros padres en Alejandría
la logia "Roosevelt"
Andanzas de Pedro Massai
Nuestra casa y las que le precedieron
Estaban también Alejandro
Christian, Eduardo, Pedro
Ciertamente Pablo
y el Covid que habitaba en mis huesos.
Juan mencionó los guantes
El tiempo de los relatores
Lo acotado de los aportes
Tres de la tarde como hora de cierre.
Olga me mostró el oficio y la puerta
La sala sagrada
El espacio en que habla el creador.
Hay espíritus que muerden
Pequeños vampiros de primavera
Soldados de Mariupol
Gendarmes en la frontera del infierno
Hoy varios gritaban el el bus
Juraron matar al conductor
Después comérselo y brindar con su sangre
Para eso son guardianes del fuego
Caínes con motores de dolor
Dónde se fue tu abrazo de ayer?
Tu peso en mi cama
Cierto resplandor de tu pijama
Un caldo de estrellas en tu regazo
La estrella matutina descansa en mi cama
Usa un pijama rosado
Ama a Jan Austen
En marzo o en días de incendio
Es claridad de vida
Siempre un regalo del cielo
Hoy llega el fuego a nuestro hogar
El Maestro y cuarenta espíritus lo conducen
Estrella de humanidad
Conciencia construyendo conductas
Amor desplegando su fuerza
La rosa eterna despertando sobre el altar
En el Oriente y la palabra: Juan Reyes
Sereno en su elevada conciencia
Diestro en compás y escuadra
Justo al emplear su mallete
Maestro, un ejemplo de Maestro
Por mi parte, traigo piedras extraídas del Jordán
El libro que en griego escribieron los 70
Cartas de Pablo en el mismo idioma
Evangelios trazados en el habla de Safo
y cifrados con los signos de Pitágoras
Imagino las jornadas que adornarán tu memoria
Dulces instantes de alegría
Tragos amargos que pronto olvidaremos
Ideas burbujeando en las planchas
Diálogos cubriendo el mosaico
Nuestros himnos cantados en unión
La charla artística
está fundando un país
aparecen cuentos poemas
recuerdos de padres y abuelos
seguro, una canción sobre el río
Matice hudební
El domingo ha hecho mudo su nombre
y este lunes nos regala su niebla
resaca del Oscar
tareas de Antofagasta
mi alma entre líneas de un texto
Lo que queda atrás son mis fotos de niño
Mi bañera celeste de plástico
Frank Sinatra, mi soldadito de juguete
Winnie, mi oso de peluche
El sabor azucarado del jarabe dental de mi abuelo
Los libros que fueron de mi padre
El closet con botellas vacías
la foto de mis ancestros en el cuarto de la Mila
la misma de ahora en la estancia de Isidora.
Invoco a mis ancestros en la cordilleras
Lo hago al referirme al año del ñauca (ñaupa en quechua)
Al presentar mi rostro a la luna
y cantar una vidala
o elevar mi quena hacia las estrellas
Te quiero hija
Sol que camina tan rápido
Niña de estrellas
Ojos en que miro a mi madre
Ojos en que veo a mis abuelas
Un poco de energía para mi carne
Tal vez un dardo de nieve
Una palabra de Óscar Peterson
La tarde bailando junto a ti
La herradura cuelga del acero
Cierto clavo sobre la puerta
Ella le falta a pegasus
Mi corcel volador
Al clavo lo llaman rayo del tiempo
Yo: El palo del minutero
El domingo cayó de su yegua
Su cabeza se golpeó contra una piedra
Acudí con veinte corazones en mi mano
Bebí la sangre que brotaba
Ahora llevo en mi alma los secretos del tiempo
Me duelen las piernas Isidora
Arrastro el cemento de la cancha
La luz de siete estrellas
Muchos años que pesan sobre mis hombros
Eligí escribirte Josephine
Aceptar tu pantera y tu serpiente
Tu beso inundado de estrellas
Tus ojos llenos de danza
La belleza que cargas en tu cuerpo
Escogí mirar
Observar el despertar de Bella
Verla arrojada al mundo
Escuchar sus conservaciones
Tomar razón de sus heridas
Tras seguir la senda de los colores
Pude verla abrazar a su padre
Indagar en su cuerpo
Vengarse de su otro padre
Mis zapatos nuevos tienen espíritu
Se niegan a caminar hacia el sur
Me llevan sólo cuando brilla el sol
*
Son mocasines de cubierta café
Simpáticos, ligeros, muy conscientes
Sonríen cuando leen a Trotsky
Lloran antes de perder su paz.
Me escondo en el día jueves
Allí hay una vaca de ubres azules
Una canasta con choros
Mi copa de vino blanco
*
La jornada cabe en un cubo de cristal
Hunde sus zapatos en el barro
Es callada como una flor
El día ha parido un beso de mi hija
Espacios breves de alegría
La salud de mi padre
Una carta con sombras
Nubes en el verano tardío
Pienso que llevo la noche en mi cuerpo
Lo noto por las estrellas que derramo a mi paso
La leche que busco en tus pechos
La aurora que tengo al mirarte
La novia ha despertado en Cerro Placeres
El novio en calle Yungay
¿Cómo fueron aquellos desayunos?
Imagino huevos con carne
Jugo de Naranja
Tecito
Nuestro sol besando a Valparaíso
El tiempo se encuentra distraído
Marzo quedó sobre la cama de su hotel
Hay un lunes botado en el patio
Mañana está tardando y quizás no llegará
La mañana es seria
Construye sus nubes y luces
Combate en los hospitales
Nace y muere a la vez
Bacterias invaden nuestro cuerpo
Portan lanzas envenenadas
Devoran pobladores inocentes
Encienden hogueras invasoras
Arrancan e incendian nuestros bosques
Respondemos con Ciprofloxacino
Agua y más agua
Descanso hasta vencer los bandidos
Llovizna en la madrugada
La ciudad duerme
y nosotros cruzándola
hiriendo las últimas sombras
martillando bacterias
Amparando al papá
No gobierno mi cuerpo
Apenas converso con él
Me habla en sueños
También me habla el sol
Encontré en mi alma
un bosque sagrado
cierta colección de sueños
la montaña que conduce al sol.
Sólo el Amor es para siempre
El pensamiento nace y renace
Se estrella con límites
Sufre la gravedad del miedo
Lo dobla el vendaval de las emociones
Lo engaña y lo empuja la ambición.
Escuché a Mozart reír en verano
y partir a pocos pasos del invierno
Conocí a Francisca y su pasión tan pura
En el año de la Abeja de Fuego
La flauta arrancada de un árbol
El canto como obra invisible
Puentes y túneles de una mente mayor
Las artes, nuestra ciudad en el aire
Escuché a Mozart reír en verano
llevaba las grandes gafas de Edison
Definía al cuerpo como instrumento de vientos
Bailaba con Astrifamante
Ahora libre y feliz, radiante Señora de su Arquetipo
El tiempo orina sobre el tiempo
Luego piensa en seducirte
Respirar en tu cuerpo
Entrar como una rosa en tu mundo
Hacerse habitual a tu piel
..........................................................................Para Carola Méndez
Estas son la caravanas de la muerte
Aquellas argentas
colgando silenciosas
de las páginas del tiempo
*
Reflejan un rayo de fuerza
Un quiebre en el cielo
Sombra cubriendo las estrellas
La noche invadiendo nuestro cuerpo
*
Segundos después
reflejan los dedos albos del sol
muestran a las madres recibiendo a sus niños
despertar y llanto
el rostro de un poeta que observa
No soy hombre de incendios
Así que le temo al sol
Al boque cargado de ramaje
A las mentes que anteponen el dinero
Mi hija habla con sus cejas
Con el ellas explica el Sagrado Corán
Pasajes de la Biblia
Algunos Libros de Ciencia
*
Con sus cejas pide kuchen
Entradas para el cine
Helado bañado en chocolate
Una bicicleta con su conductor
No miento en día de apóstoles
Ni en el de las hembras desnudas
Siempre llevo a mi martillo por testigo
Y clavo mi bandera sobre la tierra
¿Dónde almuerza el silencio?
Acaso en la mesa de Leonarda
En la tierra mojada
En la paz tras el silencio
Tal vez en el libro de la tarde
La estrella no ha sido enterrada en el bosque
Rita y Carla, persisten en estar junto al pueblo
Ellas limpian los ojos de los niños
Comparten el agua
Reparan caminos
Dejan su dinero bajo la almohada del zapatero
*
La estrella no se ensucia ni se vende
La he visto en Claudio y Christian
barriendo las cenizas
regalando herramientas
sudor en el rostro
mangas arremangadas hasta los hombros
valor de humanidad
valor ser uno con los que sufren
*
La estrella sigue en la aurora de este pueblo
Resplandece en el hacer de sus bomberos
En su tiempo entregado con holgura
Felicidad de dar
proteger
ser la mano y abrazo del prójimo
valentía de estar cuando todos huyen.
*
La estrella no está calcinada entre los muertos
No baja los ojos cuando gritan auxilio
No regala basura
No roba
No se paraliza por el miedo.
*
La estrella nos mira
y nosotros la soñamos
la dejamos fulgurar en nuestro cielo
en el hacer de tantas manos
en el ir y dar
en el ir y ser lo que siempre fuimos
Sigo instrucciones del verano
Me apego a sus incendios
Muero cuando muere este reino
Mi ciudad junto al océano
Esta patria del viento
*
Imagino las mentes que quemaron la tierra
Almas asesinas que extinguieron canciones
Cerebros trastornados
Malvados sicarios del fuego
Inversionistas del crimen
Quemando para erradicar y construir
Nueva fiesta de Nerón
Pulcro desarrollo inmobiliario.
*
Sigo instrucciones del verano
Viajo entre playas y funerales
Acepto el sol en el Teatro del Lago
Camino entre pavesas
Veo "Anatomía de una Caída"
"Los que se quedan"
Aquellos asesinos de la Luna Llena
Pronto, las "Pobres criaturas"
*
Imagino las mentes que quemaron la tierra
Almas destruidas que extinguieron canciones
Sobornados que miraron a otro lado
Detenidos fulminados a golpes
Cuerpos calcinados e irreconocibles
Corazones transformados en humo
Toque de queda
Miedo devorando el futuro
Je suis François Couperin
Nací entre claves , laúdes y arpas
Je suis François Couperin
Ravel sembró sobre mi tumba
Mi suite para violoncello ha cuajado en las
estrellas
Me gusta acariciar mentes de otros siglos
Compartir mi paz
Expresar la luz
Sostener la armonía
Se estima que François Couperin compuso « La Visionnaire », hacia 1690, lo que denota su incorporación a la
francmasonería estuardiana con mucha antelación a la fundación de la Gran Logia
de Londres en 1717.
Todavía huelo la espuma del mar que te hicieron atravesar
Estuve allí en los azotes y en las violaciones
Fui tu hijo y el hombre que te vendió
Estuve en tu útero y en tu boca
Fui sombra en el monte
Fuego al interior del palenque
Viento que bajó a las ciudades
Uniforme de selva y banderas rojas
Espuma que retorna al Malecón
Jornada de incendio
Gran taco en la carretera
40 grados en Limache
Y ahora guardados en esta alegría
Nos une el kuchen
Leer juntos
Pensar el fuego
La noche en que vimos
Anatomía de una caída
La mente de Isidora ha subido la escalera
Luego baja para hacer morisquetas
Hacer sus maletas
Preparar su ausencia
Hay un lobo caminando en mi alma
Bajo estrellas enciende mi fuego
Habla despacio
Reza
Medita
Llora, antes de entregar su corazón
Ronny caminó desde su infancia
fue desde Iquique hasta Londres
Vivió empeñado en comprender al mar
Abrazar a sus hijos
Jugar con sus hermanas
Herir la brisa celeste con su sonrisa
Saludar a la Luna con su copa roja
Mirar la realidad desde el amor.
Ellas vestían colores fuertes
Sus corazones eran posesión del volcán
El agua las llamaba desde El Lago
Examinaba su memorias
Sus deseos desnudos
El libro en que se escribe el destino
La madre de Juan
nos ha guiado en el Teatro del Lago
Ella preside el Volcán Osorno
Elige los vestidos de la noche
Cuida las verdades del cielo
Entrega a cada artista
una corona de estrellas
*
Recibió a Yuko Sano
con un abrazo de primavera
Observó el corazón del oboe
El alma de los violines
La alta rectitud del clarinete
*
En el anfiteatro
Bendita habitación de luz
Recogió rayos del sol
y la mirada blanca del volcán
Dejando que su energía vibrara
Hasta envolverse en el crisol del verano
Al ritmo de cuerdas y maderas
Isidora conversó con Yuko Sano
Hablaron de nerviosismo y concentración
Sentido del deber
La serpiente que rodea el escenario
Nuestra herencia de belleza
La paz escrita sobre pentagramas
Comencé a buscar a Isolda
La encontré en su barco de muerte
La bebí en sus filtros
Hembra golpeada por miradas
Estrellas del destino
La luna dormida en su frente