Los cientos que allí han muerto
Lo han hecho sin tener rostro ni nombre
Pero sus espíritus giran sobre mi pecho
No descansan
Piden su voz, recuperar su mirada
Tocar el agua del Mediterráneo
Morder los dátiles
Volver al café con cardamomo.
El fuego cayó sobre los desplazados
Centenas de ellos eras refugiados
Seres amontonados en el patio del Hospital
Pobres entre los pobres
Almas vivas entre rocas del infierno
El médico Ghassan Abu Sitá
dice que el techo cayó sobre su sala de operaciones
dicen que fue un accidente de guerra
dicen que fue pura crueldad
nos falta tanto amor de humanidad
casi no duele ni abruma la guerra
Los nombres de la víctimas están en silencio
No figuran los sueños de un anciano pescador
El poema de una madre embarazada
Los juguetes de los niños
La lágrimas en el rostro de un padre
En fin, aquello que los hace humanos y no solo números.
Prometo que buscaré sus destellos
Para celebrar sus vidas
Develar sus rostros, sus ideas
El amor que brilló en sus ojos
La tragedia de más de dos millones de civiles
Prisioneros en Gaza sitiada