Me pesa el domingo en los hombros
Y caigo desde el cielo hasta mi nombre
O menciono las montañas que me aguardan
El fuego del inverno
La caja en que ríen nuestros sueños
Me pesa el domingo en los hombros
Y caigo desde el cielo hasta mi nombre
O menciono las montañas que me aguardan
El fuego del inverno
La caja en que ríen nuestros sueños
Este sábado, Vanessa,
la cuna de su hija
los trabajos del tiempo
la morada del otoño
nuestro libro de luz
la tímida aurora
Buscar mi lugar en el mundo
Inclinar la suerte
Defender al domingo y a los días desnudos
Ser la palma y la quebrada
Delgada lluvia
Horizonte riendo en un cajón
Hacer del abrazo mi propia primavera
Cenar crepúsculos
Bendecir tu boca con mis besos
Perdonar hasta que duela
El perdón es nuestro Ser en Dios
La edad de la razón
fue temprana y azul
¿temprana?
¿llegó alguna vez?
¿ de qué razón hablas?
La edad de la razón
fue cerezas y luz
biblioteca
libro de ciencias
trabajos del hombre sobre sí mismo
¿No fue aquella época de guillotinas?
Excesos de Lombrosio
Luz de Hiroshima
El liceo encerrando a los niños.
La Patria exige primaveras
Igualdades
Canciones como normas
La bella fraternidad de amanecer
Hola Gonzalo
Gracias por los diamantes y la lluvia
La manzana rallada
Lecturas
El teatro
Tantos momentos con mamá
Jornadas de cariño con tu hija
En día de muertos
La palabra
El viaje de la voz anterior
Palpar con el espíritu
Ceder tu cuerpo a las estrellas
En el aire anidan los muertos
Ahora también en nuestro altar
A veces en las cejas de Isidora
La espuma del mar
Mi cómoda cargada de recuerdos
Los días en que abrazo a mi padre son mejores
Escapa la vaguada costera
Se alejan los lobos
El arroz y la leche se quieren
Lega mi madre a entregarnos sus luz
Mi libro de alegrías es gigante
Como de las manos de Carola
Observo pescadores
Pienso en la noche de Illapel
Elijo aceitunas verdes
Estuve en el umbral de los nombres
Allí te llamé jueves
Niña en Nueva York
Ojos desbordando la noche
11 horas de testimonios
Huella de un niño riendo
Lanzando besos
Hoy lo ví en brazos de mi madre
Un espíritu entre fojas 11 y 76
Sólo el amor sobrevive
En cambio el odio cava su tumba
Huye de la Luz
Rechaza caricias
Brilla en su rencor
Sólo el amor sobrevive
Elige la madera de su bosque
Su forma de perdonar
El rito de regalar la ternura
- Hecho en unión a mamá-
Vuelvo al trabajo
La pasión del día lunes
Hiram ha recibido el primer golpe
La acacia se remece pero no cae
Hoy estuve en Paraíso
Probé la fruta de tu árbol
Recibí besos del sol
Elegí tu boca
Discutimos sobre el plan de Dios
Caminamos el día tomados de la mano
Los nombres han escapado
de las cosas
y el tiempo, desnudo y canoso
celebra
hoy cumple mil años
piensa en su madre
alza su puño izquierdo
y llora
Es 23 y comí ostras
bebí champaña
usé mi llave del paraíso
El niño ya no respira
Nació prematuro y sencillo
Africano, haitiano, chileno
Rayo de luz universal
Hilo de vida
ante la puerta misteriosa de la muerte
Pulo los textos
Busco palabras extraviadas
Persigo oscuridades
Aseguro el orden de la escritura
Para que no falten conceptos
Y el hilo de las ideas se eleve
Después de la rosa
el chocolate y la ñuerta
llegué a casa y estaban mis padres
primera sección de mi vida
la cámara de reflexiones
aún era un símbolo.
Es hora de parir la verdad
Algo diverso de lo real
Un cuerpo del lenguaje
Un texto que acepto
El tejido que expresa mi juicio
Faltan muchas cosas mamá,
pero mi corazón está tibio
porque tú estás allí
y me alumbra tu cariño
tu fecunda presencia
el sol de tu fuerza en esta tierra
Estás aquí y es una bendición
Las dos aquí son una bendición
El día es celeste y extenso
El mundo nos quiere
Nuestra vida está hecha de amor
Quince, quince, quince, tía
Aliosha y David han levantado el sol sobre tus ojos
Tú juegas con muñecas y miras a tu padre
Ves el mundo desde sus hombros
Allah extiende su mano y te pone ante mi rostro
Evocas otras vidas de esta conciencia
Huyes de los tomates hacia las manzanas
¿Quién puede abrir su alma por entero?
arrancar los vidrios
dejar que corra el viento
y permitir que estas raíces
-las de todos-
beban la luz de mil cielos
¿Lo sabes tú Maripaz?
Conoces el ángel que abraza a Francisco
El poema en la mirada de Emilia
Once mundos en las manos de Trinidad
Miles de soles que caminan antes
Aquellos ancestros que protegen nuestros sueños
¿ Y si estás en el alma de tus padres?
O al menos pasa por allá tu primavera
tus cartas a Jesús
la bicicleta que escondes en el bosque
tu primer beso sobre el mar
¿Quién puede abrir su alma por entero?
Dejar su testimonio en las rondas
cocinar galletas a sus hijos
encender su lámpara en plenitud de la noche
Mi resfrío está en la frontera del Covid
Padezco de sed
Pero no tengo fiebre
Mi nariz y mi ojos
gotean hasta inundar el mundo
y dejarme dormido muy cerca del oleaje
11 de octubre 23.35 aproximadamente
Regresaste mamá
Una nube celeste llegó a mi cuerpo
Fui contigo eléctrica tibieza
Ser estremecido
y mi mano diestra comenzó a acariciarme
era tu amor sobre mi cuello
en mi frente
mi cabello
estos ojos que te extrañan
mi vientre que habitó en tu centro
Te quedaste largo rato conmigo
- yo lloraba de emoción-
Me acompañaste al llamar a papá
Tomar un té
Asir la mano de Carola
Quedarme dormido
Gracias mamá
Tanto me cuidaste y me sigues cuidando
Bendita protectora
Alegría de mi vida
El tiempo escribe sobre mi cuerpo
y me enferma
pone a prueba mi fuerza
asalta mi cuerpo
llena mi alma de agua roja
el horizonte tose sobre mí
Estoy resfriado
Falta mi madre para preocuparse
Recomendar remedios
Elevar una oración en mi nombre
Que lindo
haber recibido tanto cariño
un mar de estrellas
toda la tibieza de su luz
Participo del aire
Vivo en sus ríos de altura
Flotas y bosques de nubes
Espacios de agua
Rayos
Aves arrancadas de la tierra
Estoy a medio camino de la luna
Me dejo llevar por corrientes cálidas
Veo pequeñitas las montañas
Desayuno sobre el océano
Abro los ojos cuando pasan los ángeles
Gracias mamá
Me acompañaste
Alegre y serena
A esta puerta de los cielos
Año y día de Chile
Fiesta de luz en nuestra casa
Está nublado hoy mamá
y al sol le cuesta salir de mi centro
tendré que pensar en tu rostro y en tu tibieza
En los rayos de luz cruzan las rendijas de tu bosque
Nariz con nariz
Ojito con ojito
Tanta alegría y tanta ausencia que dejas
El la cañada quedaste mamá
Junto una una gran roca
Cerca de una mini terraza natural
Allí tu hija lanzó las cenizas
Una arena gruesa reducto de tu mar
Ahora el bosque te cobija
y las lluvias del futuro
te extenderán por la tierra
para alimentar damascas y guindos
ciruelas de navidad
frutillas que amarán tantos nietos.
La niña despierta y me llama
me invita a la Real Audiencia
y a García Lorca
cartas que recibía Rosita
la inocencia de su tutú rosa
Buen día para abrazar al papá
Almorzar en su mesa
Escuchar su palabras
Saber que encontró la mano perdida
El guiño azul de mamá
Aquí en el país de la once
ya no está tu presencia
tu cuello lleno de besos
tu mirada azul
cariño gigante de tu tibieza
Y tan bien que viajas en mi alma
Me hablas desde un jardín tranquilo
Radiante y bondadosa
Siempre a favor de la justicia
e inclinada a la izquierda, como debe ser
Vamos a buscarte y estás en nuestro centro
y en la plenitud de la aurora
estoy junto a ti
nariz contra nariz
ojos enlazados
inseparables como el amor y la justicia
Mi corazón se llama Alicia
Lo mismo que el cielo que ahora me cubre
Este ojo en mi pecho
La raíz de mi luz
Nos tomamos en serio las señales
Nuestro Levítico / Los Evangelios / El Dharma
Pues una sola Luz nos conforma a todos
y abrazamos a Dios en el prójimo
porque somos Amor y Dios es todo el Amor
Los encarnados y los que han partido
Aleph y los animales
Valentía de vivir el amor
Bienvenidos los signos del camino
El Libro/La Comedia/ Francisco
Pues un solo Amor nos conforma a todos
y el Amor mira el mundo con nuestros ojos
lo construye con nuestras manos
crece con el abrazo de tantos
lo bendice con nuestra Luz
lazo de visibles e invisibles
la belleza de ser el Amor
Voy al trabajo con mis signos de luz
Llevo, bajo el brazo, la luna
Alicia en todas mis esferas
Mi cuerpo escuchando al mundo
Arte de forjar el bien.
En la mañana abracé a Isidora
Nadé junto a mi esposa
Pulí un libro
Abrí mi corazón al sol
Hoy
escribí un contrato
pensé en el café
recordé a mi madre cantando
Reviso mi espíritu para constatar heridas
Bajo el hacer cotidiano hay un lago oscuro
En la caverna, un diamante con luz de mi madre
Niebla en mi horizontes
Y flores geniales que sembraré sobre la Tierra.
En Occidente, vi a mi padre
Me alegró su voz
Su humor cariñoso
Señales que dibuja en mi camino
En tu cuerpo de luz
la Estrella de Belén
tus guantes de Maestra
el abrazo de Daniela
tu amor desplegado en las estrellas
Tanita
tantos nietos
los ojos de mi padre
mi vida tan llena de ti.
Miré el cielo por la ventana de tus ojos
y siempre estoy contigo
nariz contra nariz
percibiendo tu viaje
escuchando tus pasos
niño y hombre en la piel de tu regazo
Hoy viajé hacia tí
y besé tu sombra
tomé el olor de tu abrigo vacío
te encontré en tu hermano
en Daniela y Cristián
en la fuerza y la luz de mi padre
Hoy estoy en ti
no me faltas
no te marchas
te quedas en el nido de mi alma.
Hoy estudiamos
La tutela
Detalles
Laberintos formales
Horas recorriendo el lenguaje
Luego mi hija y el álgebra
Las potencia
Nuestras fracciones
Espacios de música
Mi madre aún respirando
Anochece y hablamos con mi padre
El cielo es grande
y Alicia no está en su casa
se aparece en mi piel
nubes del cielo
niños que juegan en Guillermo Rivera
Mi alma nació de buena luz
La mañana de mi padre
Su espíritu bien
La devoción de sus cuidados
Alicia agradeciendo su cariño
Crucé con él esta jornada
besamos los ojos de mi madre
abrazamos a mi hermana
bebimos claridades
en tazas de nuestra historia
Cada beso en tu frente es un regalo
pedacito de luz
alegría rescatada
el cielo y la vida entre tu y yo
Existen bosques y horas
Paladares
Taburetes
Retratos
Candelabros
Víctor Jara y José Miguel Carrera
El dolor y los nombres
La Asamblea
Mis tías
Un camino recto hacia el Alto Cielo
Gracias hija por respirar a mi lado
Por llevar la luz del universo
Abrir los ojos de tus padres
Llevar la fuerza de Alicia
Calmar con tu piel mi tristeza
Aún respiramos
y ya descendemos por los círculos de la muerte
vamos olvidando
destruyendo nuestra carne
desplazando nuestra luz a otro cielo
En el fondo, todos somos boxeadores
Seres tallando ataúdes
Estudiantes de idiomas imposibles
Ajedrecistas de una partida infinita
Despertamos
y el universo se mira a sí mismo
se emociona en nuestro cuerpo
toca al otro con nuestras manos
En el fondo todos somos poetas
Niños dibujando cordilleras
bigotes en el rostro del sol
días de besos bajo la buena lluvia
Cuida Gonzalo la simpleza
porque es limpia ventana de luz
allana el sendero hacia el centro
abre a su puerta al amor
Elijo en mi mente la lluvia
El cruce entre horizontes
Nuestros besos
Nuestro pueblo en su Alameda
Septiembre erguido sobre la historia
Esta es la tribu de mi mente
Hay palabras y rostros de mi hija
Libros
Rondas que bailé en las estrellas
Está el discurso de aquel martes
Balaceras
Votaciones
Escuelas
El mar que avivó nuestra esperanza
Bebo sombras
Retazos de otras horas
Ecos de canciones
Vibraciones tardías
Recuerdos de la lluvia
Besos que pasaron por mi boca
Mi nombre ha muerto
Sus vocales caen y se derraman
La G se borra
Mi única a retorna a ser un toro.
Mi delito es nombrar
Me apropio de las cosas
Las designo con voces nuevas
Llamo Druna al sol
Arruz a este silencio
y Sísimo a Dios
Mi crimen es la palabra
Perdí un tigre hecho de letras griegas
Las letras puras de un burdel
Mis viejas imágenes fenicias
Tu tejes y yo me voy desnudando
Me desgrano
Pierdo mi tinta y mi sangre
El semen que aún no gasto
Dejo mi calor sobre la tierra
Tu tejes
y mis palabras se van borrando
pierden su color mis ojos
adelgazo
quedó convertido en un instante
Mi origen está en la luz
pasé como rayo entre mis padres
crecí en sus miradas y en sus nombres
respiré sus besos
estuve con ellos cuando eran niños
Bajamos de la montaña a Roberta
Palestina besando a México
Había canela y manzana en el vino
Atunes erguidos sobre paltas
Risa de Isidora
Alegría sentada en la mesa
Baba Ghanoush siempre tan coqueto.
En la Luna, poseo mi propio cráter
Tengo una ventana hacia la Tierra
y otra hacia el infinito
Bebo copas que flotan
duermo a dos metros del cielo
observo nuestros mares y montañas
intuyo el rumor de las ciudades
dejo que el cielo cruce por mi cuerpo
Nací en Argentina
Era mediodía en tono menor
Fui parido sobre un caballo
Minutos antes de la gran Luna
Rostro de luz sobre la pampa
El pibe de oro contra Inglaterra
Nací en la mesa de Borges
Era la mañana de un primer viernes
Fui parido en Café Tortoni
Soy la Avenida de Mayo
Nuestra casa en Presidente Perón
Los carros rojos del Subte
Nací en librerías de Corrientes
Huelo a tinta y a teatro
Soy el bife chorizo
Tintos de Mendoza
La sala en que hicimos teatro
Dulce de leche cuando te beso
Pasas con perfume de alegría
Niña de números y ecuaciones
Bendita nadadora nocturna
Leona del poridge
Espíritu con gafas y dulzura
Incluso el silencio me llama
Sabe de mi amor por tu cuerpo
Tu líquido deseo
El pulso y el grito de tu gozo
Que vengan las matemáticas
y limpie su razón nuestra sangre
que vengan y simplifique
calculen
midan
desentrañen misterios del cielo
deduzcan las leyes del tiempo y la luz
Cruje el mundo mientras cae
Llora
Piensa que todo pudo ser mejor
Respira antes de estallar
El nombre de mi niña
está hecho de viento
y ella huele a sol
rito ancestral
águila nueva
voz interior de un poema
El verbo creció cantando
Desde niño pensó, leyó y escuchó
Anduvo en bicicleta
Mondó naranjas
Recibió la lluvia en su rostro
Mágico, calzó zapatos voladores
Besó la tierra
Elevó sus ojos a la ternura
Ascendió montañas
Eligió sembrar la belleza
Aprendió, comprendió y enseñó
Regaló sus bienes
Lloró, perdonó, rió a carcajadas
Protegió a perseguidos
Fue en el principio la Luz
Soy rehén de primaveras
Tengo julepe
Extraño la lluvia
La sonrisa de tía Myrtha
El sol que abriga mi infancia
Andrés y Felipe fueron apóstoles
Grecia va erguida en esos nombres
Michael y Brian del siglo primero
Signos de invasión cultural
*
Maravillas del Mediterráneo
La Ley de Moisés se extiende a los gentiles
previa autorización de las salchichas
y las grandes fiestas del sábado
Has sido vendaval y locura
Bendita poeta
Templo Sagrado
Gentil nadadora
Brillante entre postres
Reina de alcahofas
Corazón del coro
Espíritu que habla en italiano
¿Fui alguna vez completa quietud?
¿Una no entidad'
¿La mismísima nada?
No, no es mi fuente la quietud
Tengo raíces en el sol
Soy el pequeño higo
de un árbol milenario
mirada de tantos abuelos hacia el cielo
eco de explosiones estelares
Hoy me encontré en Plaza Simón Bolívar
Mi yo niño, llevaba un pantalón corto celeste
y una polera de rayas blancas y azules
Yo mayor, vestía de caballero
Zapatos rojos
Terno azul claro
Unos barquillos tostaditos en la mano
"Te esperaba, me dijo el niño"
mientras tomó la mitad de los barquillos
y sus ojos bañaron de agua
aquellas mejillas morenas.
" Aprendí la ruta"
dije con la voz quebrada
y comenzamos a caminar de la mano
por calle Yungay
Este texto conversa con Rabindranath Tagore en:
El último trato
Una mañana iba yo por la pedregosa carretera,
cuando espada en mano, llegó el Rey en su carroza.
"¡Me vendo!", grité. el Rey me cogió de la mano y me dijo:
"Soy poderoso, puedo comprarte." Pero de nada le valió su poderío
y se volvió sin mí en su carroza.
Las casas estaban cerradas en el sol del mediodía
y yo vagaba por el callejón retorcido
cuando un viejo cargado con un saco de oro me salió al encuentro.
Dudó un momento, y me dijo: "Soy rico, puedo comprarte."
Una a una ponderó sus monedas. Pero yo le volví la espalda y me fui.
Anochecía y el seto del jardín estaba todo en flor.
Una muchacha gentil apareció delante de mí, y me dijo:
"Te compro con mi sonrisa." Pero su sonrisa palideció
y se borró en sus lágrimas. Y se volvió sola otra vez a la sombra.
El sol relucía en la arena y las olas del mar rompían caprichosamente.
Un niño estaba sentado en la playa jugando con las conchas.
Levantó la cabeza y, como si me conociera, me dijo:
"Puedo comprarte con nada." Desde que hice este trato jugando, soy libre.
A mi izquierda la primavera
A la derecha, los ojos del invierno
La manos arrugadas del tiempo
El año con su mascarilla y su muerte
A mi izquierda, los jóvenes y su canto
Pañuelos verdes de mujeres
Los kultrunes
Una bandada de tue tue
Las jóvenes gaviotas de Recreo
Mi hija precisa de abrazos
Conversaciones
El sol detenido en su ventana
Su derecho a cantar cada mañana
Mi hija busca
Elije el amor del otoño
El sermón de la montaña
La nariz helada del invierno
Qué tal si la Luna me da un beso
O tal vez el mes de marzo
Un puma chiquitito
El espejo que miraron tus ojos
Muchas cosas deben ser de piedra:
La oración de las montañas
Nuestra Ley del respeto
El muro de los tiempos
El primer camino
El apóstol que negó la Luz
Tiene honor la lluvia
Tardó pero llegó
Lanzó sus ráfagas de cielo
Eligió mi rostro y mi parka roja
Fue voz del Universo sobre esta tierra
He mostrado mis ojos al cielo
Al tesoro de estrellas que ronda en lo muy alto
Al horizonte que se estrecha en una línea
A la montaña que pregunta por mis pasos
A mi hermana, que une su mirada a la mía
Huyo con pavor de este siglo
Voy colgando de las ruedas del avión
No puedo llamarme mujer en esta tierra
Ni expresar mi luz
Ni mostrar mi rostro entre la gente
Las nubes perdidas en el cielo
Van lanzando toda su mercadería
Las gotas caen como flechas diagonales
Ínfimos océanos del aire
Disparos del Cielo contra la Tierra
Agua que elige regresar
Ella, poco me importa
Seguro que a ustedes menos
Pero era calientita e impermeable
Tenía un bolsillo con cierre
Era a todas luces mía
Mañana, si llueve, me hará falta
¿Estarás conmigo cuando sea primavera?
Todos los nombres son los nombres de Dios
Ella, cuidadosamente rompe sus poemas y baila
Llora sobre el piano
Fuma mientras debe café
La Montaña Sagrada está feliz con sus luces
Las dragonas se besan en las esquinas
Hay almendras en la ternura
El mar teje y desteje sus sueños
Yo nado bajo mi Luna y pienso en mi hija
El Triunfo de Baco, Diego Velázquez, 1629, Museo de "El Prado", Madrid
Baco está sentado sobre un barril
Velásquez amplía el mundo de Caravaggio
A la fiesta acuden dioses y humanos
Jóvenes y viejos
Cuatro seres coronados
Dos con sombreros
Tres con la testa desnuda
Dos hermanos de nariz contenta
El rostro juvenil de un homicida
*
El dios renacido mira a Diego
Le reprocha haberlo secuestrado desde Italia
Culminar la apertura de su toga
Envejecerlo
Exhibir su ombligo
Volcar la botella que reflejó al lombardo
*
Hace justo 28 años
el “Triunfo de Baco”
presidía la sala de
nuestra metamorfosis
La extraña pintura habla del poeta
elevándose a otro estadio
mediante la vid y sus caldos
pero habla mucho más del arte
su extensa red de conexiones
hermandad entre muerte y vida nueva
*
Hoy volví a examinar aquella obra
antes de recibir mi propia corona
y recuerdo a raudales la sala llena
Carolina, Javiera, Arturo, Lorena
El alma fuerte de Ida
Mi querida calamar
Un elegante Pez Espada.
Entre cadenas, piedras
y océanos: nuestro círculo,
tanta luz empujando el tiempo
canciones de padres y abuelos
nuestro licor dulce
mil abrazos sellados con fuego
La verdad del fuego es la verdad de Judith
Mancha su alma para salvar su pueblo
Degolla generales
Renunciando se torna libre
El día son horas que riman
La mañana es joven y creciente
El mediodía es sencillo
como rostro del sol
La tarde
va cayendo en nuestro cuerpo
quietamente
hasta enfadarse
herir de sangre el horizonte
y despertar al cielo
que nos fulmina
con sus ojos eternos
No le temo al futuro
Me temo a mi mismo atrapado en el silencio
Herido por la aurora
Renacido en el despertar de este pueblo
La ley golpea mi mirada
También los gritos y los reclamos
El reproche de los justos
La punzada y el fango de la burocracia.
Entonces, alzo la cabeza y observo
Estudio
Elijo mis pasos con prudencia
La ley me mira en 360 grados
Oculta sus aristas
Me apunta desde sombras
Lanza sus párrafos a mi cabeza
Mi madre está hecha de sol
Hay lluvia y ríos en su piel
Benditos glaciares
Cielo de Atacama
Calles Andinas
Multitud de primos
Chancha y burros
en Guillermo Rivera.
¿Qué nombres no son bíblicos?
Eva, Adán, Jezabel
Leah, Raquel, Sara
Ruth, Verónica, Rebeca
Rubén, Moisés, José
Noé, Isaac, Jacob
Esaú, Enoc, Benjamín,
Labán, Mateo, Jesús
Saúl, Caín, Abel
David, Jonathan, Abraham,
Amós, Salomón, Magdalena
Jonás, Pablo, Bernabé
Juan, Agar, Salomón
Urías, Betsabé, Nicodemo
Hiram, Pablo, Salomé
Herodes, Santiago, Isaías
José, Marta, Lázaro
Jorge, Elías, Isabel
María, Miriam, Sansón
Goliath, Exequiel, Potiphar
Daniel, Pedro, Noemí,
Bilhá, Jeremías, Magdiel
Zilpa, Cora, Judá
Samuel, Sisac, Leví
Roboam, Gabriel, Pilatos
Galión, Raúl, Timoteo
Safira, Ananías, Felipe
Tomás, Matías, Joel
Joiada, Zarahi, Efraim
Camuel, Ocrán, Lilith
El sol salió por occidente
La hierba regresó a la tierra
Aconcagua retornó a su cordillera
Las cosas perdieron su nombre
Luego del trastorno, la once
Chocolates y churros
Ostras
Besos en Alamedas y Avenidas
La verdad al interior del deseo
El sol salió por occidente
Los niños volvieron a sus cunas
Los muertos regresaron de sus tumbas
La Justicia quedó prácticamente igual
Nunca aprendí a llorar
lo hago de manera espontánea
surge cuando pienso en nuestro pueblo
en mi madre
el impulso del bien sobre la tierra