Estás aquí y es más que suficiente
Aunque un rayo gire en tu cabeza
Así: el cielo despierta en tu rostros
Cabalgan hacia ti las estrellas
Brota un rayo verde en tu existir
Estás aquí y es más que suficiente
Aunque un rayo gire en tu cabeza
Así: el cielo despierta en tu rostros
Cabalgan hacia ti las estrellas
Brota un rayo verde en tu existir
Alguien escribió Limache sobre el mar
Villa Alegre de Limache
San Francisco
Ciudad de Soublette y Urmeneta
Paraíso de los Garrido
Sueño de Ricardo Caruana
Lugar de cerveza y tomates
Secreto de trenes
País de Rocío Veas
Lugar en que nadé sobre los hombros de mi padre.
De la Luna Roja conozco su humedad
Su indudable inclinación a la izquierda
Cierto rubor de ciclos
La magia de su amanecer
Su viaje escapando de la noche
¿Qué sabes de la ultratumba?
Apenas el abrazo de mi gente
Abuelos enlazados con estrellas
Conversaciones en sueños
Miradas invisibles sobre mi frente
Mi prestigio es de fantasma
Beso bocas imprevistas
Humedad del Arco Iris
Páginas sagradas
Frentes de niños
Las manos lejanas de mi madre
Pido tu nombre hija
Tus ojos de niña
La rosa que duerme en tus libros
Siete días de tu rubor
Nuestro Cine
Los trabajos de hoy en tu alegría
Para ustedes mayistas,
el triunfo de este pueblo
el sol silbando en la Rampla
escaleras del puerto
Ojos de Alicia y Clemente
Nuestra vida en Delicias
Una paella
Champaña
Camila cocinando
Invierno en Lastra
Tantas vidas en nuestros años
Pienso en corazones que laten
Agustín dormido en la calle
Mi hermano cuidando a sus hijos
Cenáculos que discuten
El mate en manos con frío
La lluvia sobre casas de cartón
Hoy besé mucho a mi madre
Volví a soñar a mi abuelita Alicia
Estuve con mi hermana
sentí el calor de su ternura
comí papas con mantequilla
escribí un informe
abracé a mi padre.
Otoño y frío son engañosos
Chile respira libre
Ha despertado y camina
Se reconoce diverso
Rompe las cadenas del destino
Pone en su lugar a los dueños del dinero
Medita, antes de corregir el futuro.
Esta noche los besos son más dulces
El abrazo fuerte entre compañeros
Nos protege la estrella
El lila profundo
La voz y la sangre de Chile
¿Cuándo comenzó todo esto?
Acaso en la pampa del salitre
Ese viernes de primavera
El 25 en el Espíritu de Alameda
Cantos lilas y verdes por millares
Esas noches en que perdimos los ojos
Manifiesto y 18 de Brumario
La tarde en que el hambre se besó con el enojo
Lo cierto es que Barrabás vivió más de un instante
Fue poeta en vez de silencio
Curó niños con sus manos
Sembró árboles, bosques y ciudades
Tuvo hijos a raudales
Cruzó inviernos y primaveras
Horadó la Luna
Anudó los vientos
Nos llama nietos, hijos, gotas de su océano
Si alguien me dice que es comunista
De inmediato confío en él
porque entiendo que es un ser de ideales
uno que arriesga la vida por sus hermanos
capitán en nave de mártires
héroe en ciernes
genuino ilustrado
vanguardia de auroras en noche cerrada
Si alguien me dice que es comunista
aquí en el país de Recabarren
no siempre queda a la altura de su estandarte
El sábado comenzamos a votar
Habrá que registrar el cielo
Primer muro que pintamos juntos
Tiempo de la gente
Patria con sabor a pueblo.
Quizá, todo fluya absurdo y siniestro
- y creo que no lo será-
Pues esta vez acertaremos
Nuestro libro lo escribimos todos
Será un pacto de vida
Mis labios están llenos de vida
Los bordó un hilo de generaciones
La sangre de América
El ir y venir de la olas
Este profundo destino de besos
Hoy estuve con mi madre
Si tengo suerte, mañana también la abrazaré
Escribí dsu nombra en una hoja
La sostuve con mis manos
Sentí sus miedos y su ternura
Para perder siempre hay tiempo
En cambio la victoria
efímera y bella
no refleja su rostro en la hora
No dejes de vivir Gonzalo
Roba a cada estrella su fuego
Regresa una y otra vez a Huasco
Asiste a Brodway y Corrientes
Escribe poemas y novelas
Viaja muy lejos de Ur.
*
Juega a torrentes con tu hija
No dejes de besar a tu madre
Nada, corre, abraza
Vive, porque este tiempo es prestado
Apenas un pequeño viaje
Una rosa en medio de la nada
Te agradezco sol
Recibí tu ternura esta tarde
Tu enorme ojo dorado
Tus rayos murmurando claridades
La tierra tibia
El mar absorviendo tu nombre
Aprendí a preparar el café
Rastrear su aroma
Leer su tiempo
Moler y disfrutar su granos
Distingo en su aroma la lluvia
Esas cordilleras verdes
La manos que recogen las frutas
El viaje del cardamomo
La calma que llamamos café.
El tres de mayo organizó mis huesos hacia el trabajo
Son testigos Piedad Acero y Carolina Brito
La podera Daniela Chellew
Héctor Camerati y Héctor Modales
Don Benito Orondo Alcázar
Los últimos rayos de V-92
El viejo Archivero de Concepción
Mi nombre en horizonte perdido
La rosa de Zu Zu
Tantas niñas ultrajadas
Gente durmiendo en la calle
Frank Capra y sus relatos
El sol solencioso en mi ventana
En mi vida: trámites de rutina
Mi elección de nombre:
Piedad Acero Zúñiga
Amiga de espíritus
Caricatura de mí misma
Algodones entre mis dedos
Última heredera del sol
Los explotados marchan hacia mayo
Músicos y pescadores
EL pueblo diverso
Maestras y Camareras
Ellas con sus pañuelos verdes
Los nuestros
El joven que porta las banderas del tiempo.
Mi poderoso cielo
Anda con sus zapatos desabrochados
Tiene su risa en manos del mar
Cría montañas y catedrales
Duerme desnudo
Por la noche sube a las estrellas
Acero de los nombres
Cierto roce de pezones
Nuestro Comité Central
Este nido
Una perla
Captura
El día que cubren las sombras
Talmud árbol rinoceronte
Cuerno jirafa kipá
Copa marfil candelabro
Salomón termita hipopótamo
Escribo y voy
de viaje por los sentidos
aceite con ajo
pimienta
mesa extendida y la familia.
La rosa está aquí
Maravillosa en su desnudez
Viva y secreta
Orina se deseo sobre mi nombre
La muerdo y la bebo
Ella renace en mi centro
Pienso tus nombres y tus libros
Tus cigarros con menta
El poema que cocinas
Destellos que dejas en la ciudad
¿Cómo estás Sol?
te ví caer hacia el norte
A mi lado Carola
y mis padres en el horizonte
Y, tu, sencillo y poderoso
pareces hundirte en el agua
dejando oscuridad como herencia
noble rey que preside este cielo
¿Vuelves mañana?
Te espero tras el Monte Aconcagua
Bello fuego de mañana
Astro de gases y explosiones
Padre y señor de la luz.
Escribe Isabel
Libera tu sol en la sombra
Haz combatir tu guitarra
Forma remolinos con tu voz
Canta, que llevas el siglo
en tu boca
.y siembras fuerza
y alumbras
porque has vuelto a vivir.
Puedo decirte
que me encanta ser tu padre
vivir contigo la lluvia
aprender de tus mejillas
ser el abrazo que llega a tu camino
Yo soy el Invierno
Me llamo hielo y gripe
Hospital
Fiesta de la Lluvia
Hogar, barro, fuego
Ropa de lana
Bototos
Este pase con paraguas
Recuerdo una tarde de otoño
en que te esperé a la salida del Cine
Avenida Pero Montt
Luces de la ciudad y mis manos húmedas sobre tu rostro.
De este día aprendo el peligro
Los pies helados de mi hija
Un vaso quebrado
Tantas palabras
Truman llegando al límite
Rosetones y su alquimia de luz
La rosa volviendo a nacer
Agustín nació de mi mano
Diciembre 9, 1969
Pero conoce los nombres del frío
Asume su ternura
Tiene un perro llamado
Si eres de
Recreo, seguro conoces a Agustín
Tiene la luz
particular de su pobreza
Sonríe con
la mirada
Comenta el
fútbol / Viaja a Limache
Posee infinitas
multas por vivir en la calle
Como diría
Belkis:
Es cierto
que me importa,
porque ahora
le escribo un poema
mientras
él resiste sobre el cemento
degusta el café de los conserjes
lo
alimentan mejores que las mías
Si eres de
Recreo, te ha saludado Agustín.
Te ha
conversado en la calle
Lo has
visto despertar entre cartones y su perro.
Hace meses
me ofreció su pan con jamón
y hoy le
dije que tengo pena.
Quizás pronuncie
mi nombre y diga:
Es un poeta
vietnamita
Tiene una
hija inteligente
Le ofrecí
pan y lo rechazó
Sintió mi frío
y no quiso darme abrigo.
Quiero agradecer a este día
Aprender de sus contrastes
El almuerzo de arroz con papas
Actos a contrapelo
Una mariposa sentada en mi nombre
Tú lo sabes
Amo la ciudad de Valparaíso
Sus Luces
La tristeza de su decadencia
Aquellos cines devenidos en bodegas o mercados
Nuestras calles sucias
Tanta ira de su pueblo
Mi espíritu en cada árbol
Cada ausencia
Playa Ancha
Avenida Alemania
La Fantasma
Osmán Pérez Freire
Cada lugar ahora clausurado
Isidora Belladora Isiniña
Niña hermosa 13 años Gran cantora
Luna creciente Dueña del cielo Libro de Lluvia
Ser de ternura Espíritu que habla Alma que sonríe
Querido océano Chispa y noticia del sol Viajera cargada de Luz
Soy fenicio
Amo los caballos
Temo al terrible brazo del aire
Costruyo barcos y navego
He pactado con mi Dios de Tempestades
Soy quien domina la escritura
Comercio con telas púrpuras
Estaño
Cobre
Aceite y Esclavos
Yo navego
Conozco Cabo Verde y Granada
Las Islas Atlánticas
Cada recobeco del Nilo
El mundo sencillo del Guadalquivir
Vamos de picnic
Llevemos un termo de café
Huevos duros de siete minutos
Aceitunas de Til Til
Vino blanco
Un mantel con tu nombre: Carola
Los oficios requieren de clientes
El arte tiene su raíz en la Luz
Silencio arcano
Emociones
La simple armonía del amor
Ema, es hora de hablar de tu abuelita
Si, de tu abuelita linda
La de chocolate en la mejilla
La tejedora
Aquella mansa y alegre
¿Sabes?
Ella posee nubes en el ombligo
Retrata almas en libros
Honra al Dios de todos los siempres
Lo abraza
Lo mira en los cielos y en su madre
En ríos de amor que ella siente.
y
¿Posees tú el lazo de abuelita y nieta?
El puente entre mundos
La clave de se su caja secreta
Ese respirar que inunda otra piel.
Se que lo tienes
y crece gigante en tu nombre
Niña Maestra
Extenso mensaje del Cielo
Viajé a Mojave con Carola
Vamos desde Recreo al sol
Un sillón florido sobre tierra
Cheques de viajero
La ciudad de Jack Palance
América en blue
Fue antes del bombardeo sobre Nínive
P. Adlon con botas de vaquero
Las mujeres son panteras
Jasmín se encuentra
En esa tristeza llueve la luz
No soy santo ni bueno
Mas no atropello inocencias
No hago el mal por delicia
No traiciono al amigo
Mis piernas rompieron la noche
Mi cuerpo dobló Recreo
en varios pliegues de piedra
Con ellos hice una mesa
y comí kuchen
Encendí velas
Hablé en alemán con mi hija
A mi espacio de conciencia
llegó Carla Jofré
vestía de novia
y comía chocolates rojos
.............................................para Juan Carlos
El hombre
que trabaja ha marcado positivo
Lleva una
semana o dos aferrado al oxígeno
Ya no facturas,
ni vigas ni maestros
Sólo sortear
el día
Mantener la
posición de supermán
Quedarse en la luz y en la esperanza.
.
Su hija dibuja
mandalas junto al mar
Ora al Dios
del Invierno y a la Gran Madre
Piensa en mil abrazos de su padre
Los regresa
al agua y al aire
Los ofrenda
al mar
Los vuelve
a dibujar en su alma
El hombre que trabaja ha marcado positivo
Lo invade una densa neblina gris
Hay un reloj que se detiene y otro que huye
El mundo se hunde en su zapato izquierdo
La palabra Carla gira en su centro
Supermán lo baja del árbol
Con sólo mirar disipa los vahos
y lo lleva a viajar sobre horizontes
Gracias C.
Me encanta tu color celeste
Los dardos que lanza tu mirada
Tanto fulgor de mazapán
Maga de muñecas
Fuego interior de Pequeña Lulú.
Es nuestro segudo año de encierro
y pienso en ancestros refugiados de volcanes
En aquellas pulgas mostruosas
Bocaccio escondido en Fiesole
Barcos con bandera de peste
Imagino la Edad de Bronce estallando
El último dinosaurio
Cártago y Tiro desoladas
Caen los muros de Bizancio
En los Guetos se aguarda la muerte
Es nuestro segundo año de encierro
y hay un Viernes en cada dormitorio
Gente sola extraviada en su silencio
Tanta alma conectada a la TV
Adolescentes ahogados en hormonas
El viejo gito del hambre
¿Qué queda en la despensa?
Ya no existe el trabajo en la tienda
Ya no cuenta el fin de mes.
Llevo esrito
2 de abril en mi trasero
en los bordes de mi lengua
la extensión de mi calvicie
mi rostro
que es feliz al pensarte.
El otoño no pasa por mí
Tmpoco las nubes
Ni el jabalí de las buenas noches
Ni Penny Lane
Ni Sandra Dee
No he renunciado a pensar
Y pese a ello, caen estrellas en mi cabeza
Cantan pájaros pequeños
Pululan roedores
Sube la leche
Una mano escribe mis poemas
¿Aprendiste a llamarte Isidora?
Risueña
Te imagino con el nombre de la Luna
Niña de ojos noche
Gigante estelar
Dulce espíritu
Ser que pinta las estrellas
Hay miedo en las casas de cemento
También en los barrios de cartón
En abuelas y madres
Obreros que combaten el invierno
Hospitales cargados de dolor
La ciudad está cerrada
Los enfermos respiran con dificultad
Hay pocas risas
Mas un poderoso sol nos mira y nos bendice
Hay también esperanza
Una lámpara encendida en la noche
Certeza de abrazos
Presencia y poder del amor - la música, el bordón-
Bendigo los días que nombras
Esos que lees en el cielo
La ciudad sin pobreza
Una ronda en las ecuelas
El libre despertar de esta alegría
Admiro tus manos tejiendo
Tanta certeza en tu boca
Tu amistad con las palabras
La noche tan tibia en tus piernas
Los artistas muestran su alma
Ese es su poder y su tragedia
La estura de su fuerza
La luz que atrae a su pueblo
Todo poema está dividido en sangre y luz
Lleva huella de un ángel
Tiembla como la tierra
Dice sí y no a la vez
Hierve
Dice lo que ruge en el aire
No desprecies el cuerpo
Él también se encuentra en el cielo
Es hermano de la muerte
Hijo del tiempo
Antiguo vijero del espacio
Distinto y lo mismo que el sol
Obra de Helene Schjerfbeck
Busco la bendición de tus manos
La ruta que siguen tus ojos
El libro en que me lees
La huella que dejan tus besos
Pongo moras y frambuesas en tus dedos
Soy la grieta que deja tu boca
Subo al poder de tu nombre
Al libro que trazan tus sueños
Soy roce y grito de tu cuerpo
Tu palabra escuchada
Tarde de cacao
Dioses hablando en mi puerta
Retornan los poderes del mar
El acero de los barcos
La amistad del viento
El tiempo extraviado en mi casa
Las luces se detienen y me nombran
Fijan domicilio en alma
Descansan en mis libros
La noche se pone de pie
Oye viajera
Sube al poder de la luz
Cierra los ojos en el bosque
Despierta tu nombre interior
Se una con la lluvia
Río de agua en el aire
Plumaje del día
Cuerpo cargado de estrellas
Escribo antes de morir de primavera
Tropezar con el invierno
Regalar mi verano
Dormir sobre los huevos de pascua
En mi país
hay un hombre que borra los libros
arranca sus hojas y sus nombres
hace un puré con la historia
el ensayo
la emoción entre tinta y silencio
Escupe su rabia
sobre el canto
persigue la danza
busca cortar la mirada
A veces, ese hombre soy yo
Y bebo la sangra de las nubes
Rompo el color de los cielos
Acuno el rumor de la muerte
Hay una puerta entre limones y sol
Lazo de aromas que vuelan
Nostalgia de un día celeste
Memoria de luz
Rayos amarillos
Bendición sensual del azahar
Beatriz es súper animada
Habla y sonrié por las orejas
Reza por sus hijos
Intuye premios y palabras
Toma tecito con humor del bueno
Ama ser más devota que Francisco
Mi deporte es escuchar
Recibir pulsos de las mentes
Rayos montados en palabras
Preguntas
Expresiones de miedo
Miradas poderosas como libros
Hay caricias del aire sobre el mar
Mensajes del sol
Miradas de estrellas
La lluvia derramando su caudal
Hay caricias tuyas sobre mi piel
El sol en tus dedos
El roce en tu mirada
La lluvia despertando en tu soñar
Hoy almorzaremos Chupe Carola
Hará su trabajo el mar austral
Ancestrales centollas
Salsa blanca
Pan
Un domingo de queso mantecoso
Habrá que degustarlo junto al jazz
Nuestro horizonte de océanos
La belleza gris de marzo
Mi hija al otro lado del barrio
Venid a Tikal
y su Mundo Perdido
Bebed el tiempo en su pozo
Leed sus libros salvados del feugo
Aprended de sus siglos
sus aves sagradas
el poder de la lluvia sobre la selva
aquellos deportes geniales
el hambre golpeando los muros
su terrible guerra de las estrellas
Me divorcio del día
Los ruidos
Esa voz de la calle
Los papeles que producen mis manos
Los giros de la Tierra sobre la nada
Conocí la juventud del silencio
Luego sus años en el bosque
Aquella quietud ante la lluvia
Esa mirada persistente
El paso calmo de sus recuerdos
Vamos Tomás
La noche te espera con sus luces
Usa tú los zapatos rojos
El maquillaje lila
Bufanda blanca
Agüita con miel antes del viaje
Ahora en el aire
voy apreciando tu humor
y un rubor ingenuo va robando tu rostro
mientras surgen alas en tu espalda
y liberas tu Luz en la Esperanza
Sigues subiendo
y encuentras el camino dorado
tu orquesta de amigos
el abrazo del barrio
y un remolino de recuerdos
supera su encierro
y te aplaude
Chucha, el viernes comienzan las franjas
Juntemos tinta de alegría
Más poder para la gente
Que hablen los pequeños y silentes
Que corra el agua
Y eleven los humanos su inteligencia
Busco el Templo de Artemisa
Su raíz en el úrtero
La noche
Ella cazando en las sombras
Su poderosa intuición
Hechos y silencios de la Luna
Allí guardaron las amazonas su poema
La devoción se transformó en ex votos
Agradecimientos
Ofrendas a la hermana de Apolo
Aquella Reina de Humildes
La madre que nos conoce
El Espíiritu que cuida la tierra.
Fue quemado la noche que nació Alejandro
y nuevamente se alzó desde cenizas
hasta que los godos volvieron a incendiarlo
y las piedras regresaron a su sueño
Ahora, pañuelos lilas y verdes
vuelven a levantar el Templo
y la Diosa recupera sus flechas
su sexto sentido
Sus ojos vigilando en la noche
La fraternidad, esa emoción y actitud de amor por el prójimo que está en la base de la construcción de una sociedad justa, es, de los principios que subrayó el movimiento ilustrado, el que resulta más inasible y que menos estudios ha gatillado.
Schiller y Beethoven dirigieron nuestro espíritu hacia ella con su Oda a la Alegría y de tanto en tanto la encontramos en algunas cumbres como el Canto General, los colores y formas de Diego Rivera y la experiencia de la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente.
La experiencia de aquella encomiable orquesta de músicos provenientes de contextos rivales, resalta que el camino hacia la fraternidad comienza por comprender al otro, por compartir con el otro, que asociamos a las nociones de “compañero”, el que comparte conmigo el pan y “camarada”, el que comparte conmigo la cama.
La reciente película de Disney “Raya y el último dragón”, profundiza en los peldaños que conducen a la fraternidad resaltando la noción de “confianza”, ese actuar esperando lo mejor del otro, que es, a su vez, un llamado a lo mejor de nuestro prójimo, a su espíritu de paz, a su sentido de honradez.
Cuando regresa la confianza, esa Luz que estaba petrificada en nuestro centro, vuelve a expresarse, nuestro espíritu crece y asciende por la escalera del amor.
Por algo Dante llevó a los que traicionan la confianza al centro del infierno, puesto que con su felonía, atacan el ascenso natural del amor.
Quiero sugerir otros peldaños que conducen a la fraternidad, la valentía, que permite atreverse a confiar venciendo el miedo a ser atacado; la misericordia, que limpia nuestras emociones del odio y el rencor; y por supuesto, el respeto, que nos lleva a mirar al otro como un igual, un espléndido ser de luz.
Individualmente, nuestra vida sobre la tierra es siempre una derrota, que termina con nuestros huesos depositados en el silencio. Pero el amor que entregamos a ese espiral invisible , crea en los espíritus una música maravillosa, el canto de la fraternidad, la Gran Obra del Ser Humano sobre la Tierra.
Cuando dejamos fluir la fraternidad y crecemos en el amor, superamos a nuestro mayor rival, ese miedo profundo y esa soberbia gigantesca que solemos llamar Ego. Pero no se trata de extinguirlo, se trata de civilizarlo, para que el miedo devenga en prudencia y la soberbia se transforme en autoestima.
Recuperar la primavera
Dormir sobre cenizas de tristeza
Lavar manos y el rostro
Escribir
Llenar de abrazos la esperanza
Tienes extensa libertad
Con ella barres primavera
Eliges tu nombre
El beso que aceptas
La fruta que muerdes
Tu huella en el Libro de Dios
Viene la ciudad a preguntarme cosas
Soy yo tu alegría?
Por qué me miras y me gozas?
Me dejas besarte con mi luz?
Hermosa, se desnuda en mi ventana
y canta
alza las bocinas de su puerto
juega con sus barcos
eleva sus colores a mi nombre
En mi ricón del infierno
hay un ratón muerto
hiede su sangre y sus pellejos
invade la raíz del papel
nuestras carpetas de lunes
la página en que escribo mis sueños
Que nadie se atreva a perdonar la Luna
Que siga allí en su cielo de castigo
atada a este planeta madre
siempre envidiando este azul
este extraño cielo
desde donde ahora: la miro
Dejé mi nombre en San Francisco
Tal vez un par de mis zapatos rojos
Algunos libros que robé en Paris
Aquella nube con mi lluvia propia
Los pequeños huesos
que ahora faltan en mi cabeza
Marzo pesa sobre el tiempo
Lo horada
Hiere como el toque de queda
Es un bolso cargado de cuadernos
Niño perdido en los patios
La tiza feliz y de fiesta
En mi ventana los barcos
Sus viajes reflejados en el agua
Flotando sobre el tiempo
Nostálgicos de la distancia
Notables hijo del hierroi
Un extraño invadió mi casa
Desde mi cama
lo acosé con preguntas incómodas.
y el hombre se acercó,
tocó mi frente y dijo:
despierta.
Renacer desde la palabra
Un nuevo ser desde el relato
Shakespeare y Cristo
Virginia Woolf
Cada alma que produjo palabras
Me estai hueveando
Puedo morir de pena
Hundirme en la humedad de esta carta
Enloquecer de miedo
Ahogarme en la tinta de tus párrafos
Me estai hueveando te digo
Para de nombrarme la verdad
Dibujar mis venganzas
Alumbrar mis defectos
Cortar mis huevos sobre la mesa del tiempo
Quién castiga a la Nación del Invierno
Quién reprende el grosor de sus noches
La soberbia del aguacero
Esas trampas del barro
La pesada escarcha que este cesped
Tu lo sabes Gonzalo
El joven sol que conserva su corona
El Sol no limita su luz ante el mal
Se regala como el tiempo
Incesante
Incondicionado
Gesto inmemorial del Ser
Escucho el mar
Me bendice su canto
Vuela y me abraza
Participa de mi nombre y mi sangre
Surge del tiempo y del aire
Licor de estrellas
Belleza con cuerpo de agua
Me atrae el infierno.
Lo conocí de niño
Estuve allí con alambres en las manos
Caí sobre el mar con un riel atado a mi cuerpo
Sufrí dinamita en el desierto
Me inundó el veneno
Estuve mudo y aterrado
Estallé mil veces sobre Washington y Buenos Aires
He descubierto tu sitio en el cielo
Sumé tus letras de fuego
La montaña por sobre tus manos
Futuro y pasado en tus bordes
Fiesta de alegría en tu rostro