Mis piernas rompieron la noche
Mi cuerpo dobló Recreo
en varios pliegues de piedra
Con ellos hice una mesa
y comí kuchen
Encendí velas
Hablé en alemán con mi hija
A mi espacio de conciencia
llegó Carla Jofré
vestía de novia
y comía chocolates rojos
Mis piernas rompieron la noche
Mi cuerpo dobló Recreo
en varios pliegues de piedra
Con ellos hice una mesa
y comí kuchen
Encendí velas
Hablé en alemán con mi hija
A mi espacio de conciencia
llegó Carla Jofré
vestía de novia
y comía chocolates rojos
.............................................para Juan Carlos
El hombre
que trabaja ha marcado positivo
Lleva una
semana o dos aferrado al oxígeno
Ya no facturas,
ni vigas ni maestros
Sólo sortear
el día
Mantener la
posición de supermán
Quedarse en la luz y en la esperanza.
.
Su hija dibuja
mandalas junto al mar
Ora al Dios
del Invierno y a la Gran Madre
Piensa en mil abrazos de su padre
Los regresa
al agua y al aire
Los ofrenda
al mar
Los vuelve
a dibujar en su alma
El hombre que trabaja ha marcado positivo
Lo invade una densa neblina gris
Hay un reloj que se detiene y otro que huye
El mundo se hunde en su zapato izquierdo
La palabra Carla gira en su centro
Supermán lo baja del árbol
Con sólo mirar disipa los vahos
y lo lleva a viajar sobre horizontes
Gracias C.
Me encanta tu color celeste
Los dardos que lanza tu mirada
Tanto fulgor de mazapán
Maga de muñecas
Fuego interior de Pequeña Lulú.
Es nuestro segudo año de encierro
y pienso en ancestros refugiados de volcanes
En aquellas pulgas mostruosas
Bocaccio escondido en Fiesole
Barcos con bandera de peste
Imagino la Edad de Bronce estallando
El último dinosaurio
Cártago y Tiro desoladas
Caen los muros de Bizancio
En los Guetos se aguarda la muerte
Es nuestro segundo año de encierro
y hay un Viernes en cada dormitorio
Gente sola extraviada en su silencio
Tanta alma conectada a la TV
Adolescentes ahogados en hormonas
El viejo gito del hambre
¿Qué queda en la despensa?
Ya no existe el trabajo en la tienda
Ya no cuenta el fin de mes.
Llevo esrito
2 de abril en mi trasero
en los bordes de mi lengua
la extensión de mi calvicie
mi rostro
que es feliz al pensarte.
El otoño no pasa por mí
Tmpoco las nubes
Ni el jabalí de las buenas noches
Ni Penny Lane
Ni Sandra Dee
No he renunciado a pensar
Y pese a ello, caen estrellas en mi cabeza
Cantan pájaros pequeños
Pululan roedores
Sube la leche
Una mano escribe mis poemas
¿Aprendiste a llamarte Isidora?
Risueña
Te imagino con el nombre de la Luna
Niña de ojos noche
Gigante estelar
Dulce espíritu
Ser que pinta las estrellas
Hay miedo en las casas de cemento
También en los barrios de cartón
En abuelas y madres
Obreros que combaten el invierno
Hospitales cargados de dolor
La ciudad está cerrada
Los enfermos respiran con dificultad
Hay pocas risas
Mas un poderoso sol nos mira y nos bendice
Hay también esperanza
Una lámpara encendida en la noche
Certeza de abrazos
Presencia y poder del amor - la música, el bordón-
Bendigo los días que nombras
Esos que lees en el cielo
La ciudad sin pobreza
Una ronda en las ecuelas
El libre despertar de esta alegría
Admiro tus manos tejiendo
Tanta certeza en tu boca
Tu amistad con las palabras
La noche tan tibia en tus piernas
Los artistas muestran su alma
Ese es su poder y su tragedia
La estura de su fuerza
La luz que atrae a su pueblo
Todo poema está dividido en sangre y luz
Lleva huella de un ángel
Tiembla como la tierra
Dice sí y no a la vez
Hierve
Dice lo que ruge en el aire
No desprecies el cuerpo
Él también se encuentra en el cielo
Es hermano de la muerte
Hijo del tiempo
Antiguo vijero del espacio
Distinto y lo mismo que el sol
Obra de Helene Schjerfbeck
Busco la bendición de tus manos
La ruta que siguen tus ojos
El libro en que me lees
La huella que dejan tus besos
Pongo moras y frambuesas en tus dedos
Soy la grieta que deja tu boca
Subo al poder de tu nombre
Al libro que trazan tus sueños
Soy roce y grito de tu cuerpo
Tu palabra escuchada
Tarde de cacao
Dioses hablando en mi puerta
Retornan los poderes del mar
El acero de los barcos
La amistad del viento
El tiempo extraviado en mi casa
Las luces se detienen y me nombran
Fijan domicilio en alma
Descansan en mis libros
La noche se pone de pie
Oye viajera
Sube al poder de la luz
Cierra los ojos en el bosque
Despierta tu nombre interior
Se una con la lluvia
Río de agua en el aire
Plumaje del día
Cuerpo cargado de estrellas
Escribo antes de morir de primavera
Tropezar con el invierno
Regalar mi verano
Dormir sobre los huevos de pascua
En mi país
hay un hombre que borra los libros
arranca sus hojas y sus nombres
hace un puré con la historia
el ensayo
la emoción entre tinta y silencio
Escupe su rabia
sobre el canto
persigue la danza
busca cortar la mirada
A veces, ese hombre soy yo
Y bebo la sangra de las nubes
Rompo el color de los cielos
Acuno el rumor de la muerte
Hay una puerta entre limones y sol
Lazo de aromas que vuelan
Nostalgia de un día celeste
Memoria de luz
Rayos amarillos
Bendición sensual del azahar
Beatriz es súper animada
Habla y sonrié por las orejas
Reza por sus hijos
Intuye premios y palabras
Toma tecito con humor del bueno
Ama ser más devota que Francisco
Mi deporte es escuchar
Recibir pulsos de las mentes
Rayos montados en palabras
Preguntas
Expresiones de miedo
Miradas poderosas como libros
Hay caricias del aire sobre el mar
Mensajes del sol
Miradas de estrellas
La lluvia derramando su caudal
Hay caricias tuyas sobre mi piel
El sol en tus dedos
El roce en tu mirada
La lluvia despertando en tu soñar
Hoy almorzaremos Chupe Carola
Hará su trabajo el mar austral
Ancestrales centollas
Salsa blanca
Pan
Un domingo de queso mantecoso
Habrá que degustarlo junto al jazz
Nuestro horizonte de océanos
La belleza gris de marzo
Mi hija al otro lado del barrio
Venid a Tikal
y su Mundo Perdido
Bebed el tiempo en su pozo
Leed sus libros salvados del feugo
Aprended de sus siglos
sus aves sagradas
el poder de la lluvia sobre la selva
aquellos deportes geniales
el hambre golpeando los muros
su terrible guerra de las estrellas
Me divorcio del día
Los ruidos
Esa voz de la calle
Los papeles que producen mis manos
Los giros de la Tierra sobre la nada
Conocí la juventud del silencio
Luego sus años en el bosque
Aquella quietud ante la lluvia
Esa mirada persistente
El paso calmo de sus recuerdos
Vamos Tomás
La noche te espera con sus luces
Usa tú los zapatos rojos
El maquillaje lila
Bufanda blanca
Agüita con miel antes del viaje
Ahora en el aire
voy apreciando tu humor
y un rubor ingenuo va robando tu rostro
mientras surgen alas en tu espalda
y liberas tu Luz en la Esperanza
Sigues subiendo
y encuentras el camino dorado
tu orquesta de amigos
el abrazo del barrio
y un remolino de recuerdos
supera su encierro
y te aplaude
Chucha, el viernes comienzan las franjas
Juntemos tinta de alegría
Más poder para la gente
Que hablen los pequeños y silentes
Que corra el agua
Y eleven los humanos su inteligencia
Busco el Templo de Artemisa
Su raíz en el úrtero
La noche
Ella cazando en las sombras
Su poderosa intuición
Hechos y silencios de la Luna
Allí guardaron las amazonas su poema
La devoción se transformó en ex votos
Agradecimientos
Ofrendas a la hermana de Apolo
Aquella Reina de Humildes
La madre que nos conoce
El Espíiritu que cuida la tierra.
Fue quemado la noche que nació Alejandro
y nuevamente se alzó desde cenizas
hasta que los godos volvieron a incendiarlo
y las piedras regresaron a su sueño
Ahora, pañuelos lilas y verdes
vuelven a levantar el Templo
y la Diosa recupera sus flechas
su sexto sentido
Sus ojos vigilando en la noche
La fraternidad, esa emoción y actitud de amor por el prójimo que está en la base de la construcción de una sociedad justa, es, de los principios que subrayó el movimiento ilustrado, el que resulta más inasible y que menos estudios ha gatillado.
Schiller y Beethoven dirigieron nuestro espíritu hacia ella con su Oda a la Alegría y de tanto en tanto la encontramos en algunas cumbres como el Canto General, los colores y formas de Diego Rivera y la experiencia de la Orquesta del Diván de Oriente y Occidente.
La experiencia de aquella encomiable orquesta de músicos provenientes de contextos rivales, resalta que el camino hacia la fraternidad comienza por comprender al otro, por compartir con el otro, que asociamos a las nociones de “compañero”, el que comparte conmigo el pan y “camarada”, el que comparte conmigo la cama.
La reciente película de Disney “Raya y el último dragón”, profundiza en los peldaños que conducen a la fraternidad resaltando la noción de “confianza”, ese actuar esperando lo mejor del otro, que es, a su vez, un llamado a lo mejor de nuestro prójimo, a su espíritu de paz, a su sentido de honradez.
Cuando regresa la confianza, esa Luz que estaba petrificada en nuestro centro, vuelve a expresarse, nuestro espíritu crece y asciende por la escalera del amor.
Por algo Dante llevó a los que traicionan la confianza al centro del infierno, puesto que con su felonía, atacan el ascenso natural del amor.
Quiero sugerir otros peldaños que conducen a la fraternidad, la valentía, que permite atreverse a confiar venciendo el miedo a ser atacado; la misericordia, que limpia nuestras emociones del odio y el rencor; y por supuesto, el respeto, que nos lleva a mirar al otro como un igual, un espléndido ser de luz.
Individualmente, nuestra vida sobre la tierra es siempre una derrota, que termina con nuestros huesos depositados en el silencio. Pero el amor que entregamos a ese espiral invisible , crea en los espíritus una música maravillosa, el canto de la fraternidad, la Gran Obra del Ser Humano sobre la Tierra.
Cuando dejamos fluir la fraternidad y crecemos en el amor, superamos a nuestro mayor rival, ese miedo profundo y esa soberbia gigantesca que solemos llamar Ego. Pero no se trata de extinguirlo, se trata de civilizarlo, para que el miedo devenga en prudencia y la soberbia se transforme en autoestima.
Recuperar la primavera
Dormir sobre cenizas de tristeza
Lavar manos y el rostro
Escribir
Llenar de abrazos la esperanza
Tienes extensa libertad
Con ella barres primavera
Eliges tu nombre
El beso que aceptas
La fruta que muerdes
Tu huella en el Libro de Dios
Viene la ciudad a preguntarme cosas
Soy yo tu alegría?
Por qué me miras y me gozas?
Me dejas besarte con mi luz?
Hermosa, se desnuda en mi ventana
y canta
alza las bocinas de su puerto
juega con sus barcos
eleva sus colores a mi nombre
En mi ricón del infierno
hay un ratón muerto
hiede su sangre y sus pellejos
invade la raíz del papel
nuestras carpetas de lunes
la página en que escribo mis sueños
Que nadie se atreva a perdonar la Luna
Que siga allí en su cielo de castigo
atada a este planeta madre
siempre envidiando este azul
este extraño cielo
desde donde ahora: la miro
Dejé mi nombre en San Francisco
Tal vez un par de mis zapatos rojos
Algunos libros que robé en Paris
Aquella nube con mi lluvia propia
Los pequeños huesos
que ahora faltan en mi cabeza
Marzo pesa sobre el tiempo
Lo horada
Hiere como el toque de queda
Es un bolso cargado de cuadernos
Niño perdido en los patios
La tiza feliz y de fiesta
En mi ventana los barcos
Sus viajes reflejados en el agua
Flotando sobre el tiempo
Nostálgicos de la distancia
Notables hijo del hierroi
Un extraño invadió mi casa
Desde mi cama
lo acosé con preguntas incómodas.
y el hombre se acercó,
tocó mi frente y dijo:
despierta.
Renacer desde la palabra
Un nuevo ser desde el relato
Shakespeare y Cristo
Virginia Woolf
Cada alma que produjo palabras
Me estai hueveando
Puedo morir de pena
Hundirme en la humedad de esta carta
Enloquecer de miedo
Ahogarme en la tinta de tus párrafos
Me estai hueveando te digo
Para de nombrarme la verdad
Dibujar mis venganzas
Alumbrar mis defectos
Cortar mis huevos sobre la mesa del tiempo
Quién castiga a la Nación del Invierno
Quién reprende el grosor de sus noches
La soberbia del aguacero
Esas trampas del barro
La pesada escarcha que este cesped
Tu lo sabes Gonzalo
El joven sol que conserva su corona
El Sol no limita su luz ante el mal
Se regala como el tiempo
Incesante
Incondicionado
Gesto inmemorial del Ser
Escucho el mar
Me bendice su canto
Vuela y me abraza
Participa de mi nombre y mi sangre
Surge del tiempo y del aire
Licor de estrellas
Belleza con cuerpo de agua
Me atrae el infierno.
Lo conocí de niño
Estuve allí con alambres en las manos
Caí sobre el mar con un riel atado a mi cuerpo
Sufrí dinamita en el desierto
Me inundó el veneno
Estuve mudo y aterrado
Estallé mil veces sobre Washington y Buenos Aires
He descubierto tu sitio en el cielo
Sumé tus letras de fuego
La montaña por sobre tus manos
Futuro y pasado en tus bordes
Fiesta de alegría en tu rostro
La libertad es siempre destino
Así que rompo el telón de la noche
Empaco mis gestos de yoga
Arrimo una nube de estrellas
y pierdo mi piel en tus labios
La niña teje a palillo
Abre colores con sus manos
Lee el camino de sus lanas
Usa sus ojos profundos
Conversa mientras trabaja
Lleva el ritmo con los pies
Huyo de tus piernas
porque me enloquecen
y quedo pensando en suavidades
años tibios
orejas desnudas
mis manos descubriendo cacavidades
Millones de miradas me asedian en la noche
Buses pasan en mi memoria
Falta cielo en mi cabeza
La rosa del silencio
y aquellos ojos que leen mis recuerdos
Aquí acepto las razones invierno.
Sumo sus pausas y preludios
Perdono vendavales y granizos
El barro
La saña del aguacero
Mi aliento congelado por el aire
Lo que no acepto es a mi silencio
Ese no ver y no hacer
Mi par tiritando en la calle
Vencida su tibieza por el frío
Invadida su pobreza
Castigado su sol
Quebrada la hermandad entre los hombres.
Imagino un camino de piedras
Ambos calzamos sandalias
Hay vino y queso en nuestros bolsos
Guirnaldas en tu pelo
Tus lentes que tornan azul la pradera
En mi diestra el báculo
Nuestro apoyo en el largo viaje
Mientras lo alto se llena de aves
Y los carteles anuncian las torres de Bolonia.
El valle del Po nos envuelve
Las hormigas gritan tu presencia
Lo mismo que uno y otro heladero
y el fantasma verde
de las cinco de la tarde.
Soñé con Myriam Parra.
Estábamos en la calle,
en las mesas exteriores de un café.
Hacíamos desde allí un programa de radio en apoyo a nuestros Muros que miran al Mar.
Myriam lo hacía muy bien,
pero yo, pausado por los efectos
de la vacuna, tenía dificultades
para hilar las palabras.
De pronto pasó un río de gente
y un hombre altísimo
siguió con el programa.
Entonces comprendí
lo que estaba naciendo en mi alma:
Hay que crear un Carnaval.
Al despertar pensé en Carrera y Balmaceda.
El Carnaval de Colonia y la Fiesta de Abril.
Dos fines se semana con desfiles de disfraces.
Fuegos Artificiales y Feria del Libro.
Teatro callejero y en Masita.
Fiesta en Orompello y en Villa Moderna
Baile en el Patio Andaluz
Degustación de Cervezas y Espumantes
Sitios patrimoniales abiertos
Visitas guiadas a los murales
Guirnaldas en Quebrada del Sauce
Globos en Caleta Portales y en Miramar
Y en el plano material:
Fondos para los muros
Reparar y viajar hasta Delicias
Reforzar la identidad del barrio
Nuestro abrazo junto al mar
Barrio feliz para el Nuevo Chile
Un hombre marcha hacia el invierno
Lleva la aurora en su espalda
Un secreto pentagrama
Aquella caja con recuerdos
La leche que bebió de su madre
Mi tren azul está en la Sala de Emergencias
Piens su cabeza y su espalda
Cree estar vivo
Siente un poco de miedo
Va derramando el tiempo en las estrellas
La ciudad pule su nombre
Regresa la risa a estos jardines
En la terraza champaña
Musaka y zanahorias
en medida justa
Una sandía roja para la paz
Confío en el aire y nuestros cielos
Quiero que me devuelva tu rostro
Me acerque a la fiesta de tu risa
Y pasemos juntos los inviernos
Hija y padre unidos
Uvas del mismo racimo
Dos gotas de un río infinito
Escribo interrogantes
y forman una columna efervescente
Luego anoto respuestas
que viajan rápido
a parir nuevas preguntas
más jóvenes
más delgadas
más cercanas a las estrellas
No hay fronteras en la muerte
Los ángeles
no guardan allí sus skates
y la hembras desnudas
que allí pululan
son sólo reflejos
anticipos de madres
que parirán la luz
Dame un peligroso silencio
y bésame bien
Deja que tu luz
atraviese mi cuerpo
y anida tu rostro en mi piel
Yo escribiré en el cielo
tus ojos de niña
El telar de tu sonrisa
Tus manos que borran los nudos
Tu mente que vuelve a rezar
Varios monstruos
habitaban mi noche
Asediaban cuerpos femeninos
Mentían
Robaban el tiempo
Ultrajaban la dulzura
Perseguían la esperanza
Hubo entonces agua y luz
Poderoso fuego
Paso valiente por la muerte
Deseo de persistir
Sentimiento de hermandad
El sol brotando en las montañas
Me gustas
Eres la que cuida el invierno
Maestra
Dulce en tus colores turquesa
Espíritu que bulle
Nombre del sol en mi centro
Eres mi alma y mi tiempo
Cielo que escribe mis sueños
Ángel bordando mi nombre
Agua de piedras y montañas
Espíritu
Mi antigua casa en tu vientre
Cada día devoro el mundo
Mis labios derraman océanos
Cimas de altas montañas
Roqueríos erectos
Ciudades de barro
Planicies
Caravanas
Pirámides invertidas
Ejércitos de tanques
Largas brigadas de elefantes
Por la noche, prosigo con la Luna.
Mamita:
Hoy dibujo mi alegría en tu nombre
Y me acerco hasta abrazar tu dulzura
El imperio de tu piel
El viaje de tu luz por los cielos
Lo que encima queda es la memoria
Tu cuerpo abrigado sobre la terraza
Nuestro viento
Tantas y tantas preguntas
La vida persiste en los ostiones
Aves sumergiéndose en las olas
Fabiola en el arbusto de besitos
Día de andares y sabores
La ciudad caminas obre el mar
Alguien nos espera en Tombuctú
Quizá los santos del Islam
Libros que escribieron otros siglos
Aquellas manos de la arena
Oro dormido en el Níger
La Corona de Mansa Musa
La rosa verde de África
Siempre hay un día para abrazar a Chaucer
Pensarlo nevegando
Escribiendo después del trabajo
Enriquecido por pequeños sobornos
Peligrosa vida en la Corte
Arte de atender a los Reyes
Tengo diez nombres para mundo:
Agua
Hogar
Tercer barrio del sol
Patio de todos
Roca de Vida
Nave espacial
Gran casa redonda
Planeta de aves y árboles
Capital de los nombres
Bella madre en el cielo
En mis horas un día de piedras
El sol clavado en las paredes
Tu vestido rojo como bandera
Negroni en Asamblea de los Soviets
El mundo bajo el suelo de mis letras
Siempre hay tiempo Gonzalo
Huesillos y mote en tu verano
Tu bella esposa
Estrellas espiando en la ventana
Hay tiempo compañero
El sol uy la lluvia pasan por tu rostro
Tu hija te abraza
En café de visita desde la altura
Hija, toma tu libro de luz y sigue adelante
Endereza ríos con tus brazos
Vive en una ronda de sonrisas
Quédate siempre en mi abrazo
Fluye como el agua y el aire
Has dormido junto al mar?
Yo lo hice
Y pasó la muerte a nombrarme
con sus tijeras de mango verde
Pero muy arriba.
las estrellas,
me soñaron.
A mis Capitanes:
Perdida Jerusalem, id por el mundo.
Buscad las antipodas de Sión
Las costas que visitó Ulises
El monte que muestra el horizonte
Allí levantareis nuestro templo
7 signos habrá en vuestra frente
De de cada uno de ellos seréis purificados
El sol despertará en vuestro centro
Y en ese campo de luz habrá Fuerza de Amor
En el pelo, mi niña tiene una flor violeta
Usa el mes de enero en el rostro
Rayos de luna en las mejillas
Todo el océno en sus ojos.
Hay campanitas que la miran y besan
Nubes azules la rodean
y su ángel preferido la besa
La pequeña razona
habla idiomas de la tierra
canta mil veces al día
viaja a su silencio antes de dormir
Isidora canta en alemán
Conoce el idioma de la Luna
EL francés del Canal San Martín
Algunas palabras en árabe
El idioma de Sansón y Salomé
Todo era de piedra y de luz
Había mutos cruzando mi alma
Un nido de arañas em mi centro
Una espada nocturna en mi boca.
En la ciudad de Ur
tomé una sopa reconfortante
tenía grada, ajo y cilantro
poseía el bamboleo de las barcas
y el dejo amargo de la cerveza
Aprendo cosas del cielo
Disfruto su piel desnuda
El impulos de su risa verde
Sus tibias manos de viento
El grito gigante de de su orgasmo
He sentido las manos del sol
Su mirada sobre mi cuerpo
Sus flechas invitándome al mar
Su puño en mi ventana del norte
Adelante, firme como la torre
Deja tu nombre en el cielo de verano
Que susurren tu poder lo crucigramas
Y quede tu alegría en las ciudades
Las antiguas paredes
La memoria azul de las novias
Lanzas contra mí la primavera y yo sonrío
Me confío a la ternura de mis abuelos
La bandera roja de Ulianov
Aquellos ojos de Luis Emilio Recabarren
Estrella de Chile hundida en Simón Bolívar
Pienso entoces en mis letras grises de abogado
Los niños que aún respiran por su simple mérito
Las madres que lograron abrazar a sus hijos
Los ancianos que sufrieron menos
Lanzas contra mí tus suciedades y yo sonrío
Saludo a una multitud de obreros
Nuestra sangre en la Plaza Colón
La escuela ultrajada en Iquique
Nuestro pueblo no agrede a nuestro pueblo
Se que soy increiblemete bello
Poseo libertad del cielo
Veo distintos futuros
Elijo la amistad del sol
Soy agua
La piedra que sella el silencio
Estoy atado a tu vestido rojo
Sabia mujer alegre
Mente inspiradora
No casta
No sumisa
Trozo del cielo en mis brazos de hombre
Venus colorada
Cuerpo que toca mi cuerpo
Hay un poema escrito en tu sonrisa
En la obediencia de tu boca
Su intensa rebeldía
Su hambre de cubrir mi cuerpo
Día de luz
Viento de tus ojos
Tu lengua aplastando mi tristeza.
La niña me enseña a vivir
Mide la distancia entre sus sueños
Alegra mis tareas
Es un sol que me dice papá
Has creado mi postre a fuerza de besos
y yo lo devoro como chocolate
recojo su crema que nutre mi boca
frutillas que sobresalen
flores de mazapán y fuego
Imagina que eres otro Gonzalo
Uno que camina sobre el aire
Capitán librado a los vientos
Papá del invierno
Taxista con sombrero de plumas
En los 100 cantos encontre el secreto
10 por 10 igual 100
Las 10 piedras de la tretratkys
Con diez triángulos construyo el decaedro
En su interior el Lucero
Amanece la estrella
Beatriz iluminando el texto
Fulgura el zafiro
En la imagen, la firma del poeta
Ain Sof no abre la puerta
No admira el olor de los damascos
Más que ciego, no percibe
No castiga , no enseña
Ni siquiera bebe café mientras fuma
Puedo afirmar que no tengo alma
sólo tiempo y sangre
unos cuadenos con frases
estrellas que forman mi noche
Alicia en cielos que cantan
El tiempo usaba pantalones cortos
Había flores en las ciudades
Abundaban los veranos
Había lagartos en el campo
y prisioneros secretos
pensaban en sus hijos
y evitaban el llanto
antes de entregar su calma