La generación que
acaba de egresar de la escuela de teatro en la Universidad de Valparaíso , exhibe su
taller de titulación, “Freirina”.
La obra, académica al fin y al cabo, luce diversas técnicas
de actuación, baile, canto, congelación del
movimiento e incorporación de elementos audiovisuales.
Pero el colectivo no
se queda en la mera demostración de su oficio,
sino que hace un gesto político
al eludir dar voz a un dramaturgo y representar directamente a los ciudadanos,
concretamente a los vecinos de Freirina, protagonistas de la lucha contra el
hedor de la agroindustria de cerdos instalada en las cercanías de su ciudad por
Agrosuper.
Lo hacen por la vía de estudiar los registros radiales y conversar
con los propios vecinos de aquella
ciudad galvanizada por su movilización con barricadas y dinamita.
Su tesis política, a partir del pensamiento decolonial , destaca
el regreso de la soberanía a las
comunidades de base, obligadas por el Estado y las grandes empresas a
constituirse en zonas de sacrificio en que la vida se torna infrahumana. Son, en definitiva,
comunidades de resistencia, de
sobrevivencia.
La historia nos enseña que las revoluciones han nacido del hambre,
ahora sabemos que también pueden generarse por el constante y nauseabundo olor
a mierda.
La obra está en funciones en la Sala Negra de la Universidad de
Valparaíso, en Avenida Brasil 1647, hasta el 19 de enero, siempre a las 20.00. La
adhesión sugerida es de $2000. Hay que
llegar 20 minutos antes para asegurarse una entrada.