El Registro Fotográfico capturado por Pamela González Aldea y Víctor Calzadillas puede apreciarse integramente aquí.
Este Día de los Enamorados de 2012 fue muy especial. El lunes trece por la tarde llegaron los 200 ejemplares de "Nuevos Poemas de Amor" a cumplir su misión de exhibir los rostros del amor en sus planos de lujuria; pena y alegría.
Cien volúmenes se apartaron para nuestros suscriptores y otros cien partieron a encontrar a quienes disfrutan, sufren o añoran el amor en este Valparaíso del 2012.
A partir de las nueve de la mañana estuvimos acompañando a Aeilyn y Rubén; Rosa y Juan; Carla y Jonathan y una cuarta pareja misteriosa en la mañana de su boda.
Aeilyn y Rubén habían llegado muy temprano y aguardaban con nerviosismo a sus testigos. Comenzaron su pololeo justo el día de San Valentín pasado. Ella ama la escritura y quiere desarrollarse literariamente.
Rosa y Juan, llevan 15 años juntos y solemnizaron su unión en compañía de sus hijos, muy seguros de la felicidad que poseen.
A las diez de la mañana, previo paso por la Notaría y el Banco en misión de entrega de libros, acudimos al Tribunal de Familia. Allí no encontramos a personas asistiendo a sus audiencias de divorcio, pero pudimos acompañar a Vanessa y Florencia que reclamaban pensiones de alimentos para sus hijos.
A mediodía, acudimos al Bar Inglés; invadimos con poesía la vida de sus trabajadores; brindamos con Amla, Consuelo, Myriam, Matías, Pamela y Víctor. La prensa nos visitó con su silencio.
Alas catorce horas nos unimos a Libertad Manque y el Taller Literario que ella dirige en la Cárcel, aprendimos de la fuerza que las mantiene enhiestas, de su canto, danza y forma de reír.
A media tarde conversamos con quienes visitaban a sus seres queridos en el Cementerio de Recreo. Nos robó el alma, María, quien visitaba la tumba de su esposo fallecido en diciembre, premunida de rosas y corazones de San Valentín.
A las dieciocho horas, acudimos a la Maternidad del Hospital Clínico de Viña del Mar y compartimos con Mayra, Jioscelyn, Georgina y Jenifer, quienes sonreían en el umbral de la vida y cargaron nuestros cuerpos con dicha y buena luz.
A la medianoche, visitamos Pagano; compartimos con tres parejas que disfrutaban de la noche más allá de todo prejuicio y recibimos la compañía fraterna de Pedro Pablo, Carla, Daniel, Naysa y Christiam.
¿Qué aprendimos de este viaje?.
Debo decir que viví la jornada como una visita al mundo, asomándose - como diría Maribel- a las emociones humanas, a la intensa alegría; a la pena devastadora de la pérdida insuperable; a la robusta certeza de la esperanza.
Fue una visita ligera pero conmovedora, como los ojos de una novia o los de una viuda.
¿Qué aprendimos de este viaje?.
Debo decir que viví la jornada como una visita al mundo, asomándose - como diría Maribel- a las emociones humanas, a la intensa alegría; a la pena devastadora de la pérdida insuperable; a la robusta certeza de la esperanza.
Fue una visita ligera pero conmovedora, como los ojos de una novia o los de una viuda.
El Registro Fotográfico capturado por Pamela González Aldea y Víctor Calzadillas puede apreciarse integramente aquí.
El Canto de las alegres internas puede visitarse aquí.
Su danza espontánea está acá.