2 de marzo de 2025

Los Oscar 2025

 


Gonzalo Villar Bordones

Los Oscar están a cuatro años de cumplir un siglo. Se dice que el actor mexicano  Emilio “El Indio” Fernández posó desnudo ante Cedric Gibbons, diseñador de la estatuilla de bronce bañado en oro.

Este 2025 presenta en la competición  por  mejor película a cuatro obras que deberían trascender en la historia: “Aún estoy aquí”, de Walter Selles; “En busca de Emilia Pérez”, de Jacques Audiard;  “Anora”, de  Sean Baker; y “El Brutalista”, de Brady Corbet. Cualquiera sea el resultado de la premiación, disfrutar de estas obras es un ejercicio que empapa de humanidad y admiración por las actuaciones, la prolijidad del artefacto visual obtenido y el resultado que logra fundir arte y espectáculo

¿Por qué deberían trascender estas cintas?

“Aún estoy  aquí”, por constituir junto a “Missing” un magnífico retrato  de la tragedia de las desapariciones forzadas y la tortura en Latinoamérica. Ello, recogiendo la alegría y los colores de Río de Janeiro, la maravillosa música del Canto Novo y la poderosa actuación de Fernanda Torres, que hace de cada actitud y cada mirada  un poderoso testimonio de realidad.

“Emilia Pérez”, de Jacques Audiard,  por su propuesta de construir una Ópera para Cine, una Madame Butterfly del Siglo XXI, en que los actores recitan, cantan y danzan, sustituyendo el escenario por el estudio de filmación. No es un musical en que los actores incorporan canciones y coreografías al estilo de “La novicia rebelde”. En su dinámica la ópera prevalece, ampliando extensamente las posibilidades del teatro musical. En este artefacto nuevo, la actuación de Zoe Saldaña descolla por sus múltiples talentos de bailarina y cantante. Carla Sofía Gascón, que oficia de actriz principal impacta en su itinerario de transformación, pasando por los roles capo mafioso, gozadora turista, dueña de casa y heroína de los derechos humanos.

Intuyo que la vociferación en contra de “Emilia Pérez” emana del dinero de las mafias mexicanas caricaturizadas y sexualmente provocadas en este film. Es una situación similar a la que sufrió Víctor Hugo con “El Rey se divierte” y Verdi al adaptar dicha obra de teatro en “Rigoletto”.

“Anora”, una versión siglo XXI de “La cenicienta”, nos retorna a la fascinación por el mundo de las cortesanas, que encuentra raíces misteriosas en “La Biblia” y su reelaboración folclórica, alta consideración en “La Comedia”, devoción en “La Traviata” (La extraviada) y un meticuloso estudio de sus formas y estamentos en los textos de Proust. “Anora” nos presenta a seres oprimidos y explotados en sus cuerpos, una bailarina erótica y un matón de la mafia rusa, ambos desamparados afectivamente, salvo por el recuerdo de sus cariñosas abuelas.

En un momento de fiesta, lujuria y borrachera, Anora se casa con un “joven príncipe ruso” y cree haber ascendido al mundo de la absoluta riqueza y por ende al estatus de “princesa”. Pero sólo es la fiesta y la semana de placer en el palacio. De todo ello, únicamente quedó el anillo (la zapatilla) y la amistad sexual con un muchacho de su estatus. La actriz Mikey Madison expresa con fuerza la psicología de su personaje y cruza sin problemas los desafíos de las múltiples escenas eróticas. El joven actor ruso Mark Eydelshteyn, expresa muy convincentemente el juvenil rol de príncipe que busca sin éxito escapar de su cárcel de oro y dólares.

“El Brutalista”, que emplea con fuerza la inteligencia artificial, destaca por su descomunal ambición que da forma a tres horas de metraje.  En la primera parte prevalece el retrato de un ser humano que migra, un hombre judío, un arquitecto de izquierda que despliega el atractivo de su cultura y su poder creativo, pese a los embates de la guerra, la heroína y la discriminación. En la segunda parte, prevalece el relato de la construcción de un templo. La tradición del arquitecto que eleva un santuario ajeno a sus creencias y que termina refiriéndose a la biografía de su familia y la experiencia de los campos de concentración. Encontramos también la tradición shakespereana de la obra dentro de la obra.

En  la primera parte observamos como el atractivo humano del protagonista Lászlo Tóth envuelve a su primo y la joven esposa de éste, y, en la segunda, observamos como el millonario Harrison Lee Van Buren, va enamorándose del  espíritu de Lászlo, hasta el punto de intentar poseer su cuerpo.

En “El Brutalista”, la inteligencia artificial y los adelantos tecnológicos nos permiten disfrutar de convincentes paseos en automóvil, fotografías muy originales y el logro de un acento inglés con acento húngaro. El abuso de estos adelantos es uno de los motivos que extiende la duración de la película.

Por cierto, la actuación de Adrien Brody resulta maciza y convincente, sin incurrir golpes de efecto llamativos. Con todo, a mi juicio el empleo de la inteligencia artificial para dar más realismo a su lenguaje, mina valor a su actuación.

Una línea importante de la película es su abierto sionismo, mostrando que el único lugar en que un judío puede realizar su espíritu sin restricciones es Israel, ya que ni siquiera en Estados Unidos hay pleno respeto por su religiosidad.

El resto de las obras que compiten por la estatuilla de mejor película, también son  valiosas: “Cónclave”, “Nickel Boys”, “La Sustancia”, “Duna: parte dos”, “Un completo desconocido” y “Wicked” son también atractivas.

“Cónclave”, de Edward Berger es una entretenida película que examina las visiones en juego, las tensiones y operaciones políticas al interior de la Iglesia Católica. Su factura es muy prolija y el empleo de la música refuerza muy bien los hechos que ocurren. La actuación de Ralph Fiennes es magnífica y convincente. Es desconcertante la irrupción del “Espíritu Santo”, que resta un poco de brillo a esta lograda película de suspenso.

“Nickel Boys”, de RaMell Ross, relata los abusos hacia niños y adolescentes afrodescendientes  en el Reformatorio llamado Dozier School of Boys, clausurado el 2011, en que se han encontrado 55 tumbas clandestinas de niños asesinados. El relato se ambienta en los años 60 y se vale de una cámara que lleva al límite la subjetividad, enfocando por ejemplo: los pies, los otros ocupantes de un vehículo y los demás comensales de una mesa. Una escena que me quedó marcada es una conversación filmada desde el punto de vista  de un personaje y luego desde otro personaje.

“La Sustancia”, de Coralie Fargeat es la última vuelta de tuerca del Mito del Minotauro, pendiente de la rama de “Dorian Gray”. Esta vez se nos presenta la idea de una mente en dos cuerpos, en que la conciencia privilegia la juventud, hasta destruir la versión de mayor edad y también a la joven. La película posee el valor de atraer al público del cine grotesco y sangriento hacia temas de profunda tradición humanista.

“Duna: parte dos”, de Denis Villeneuve, es una película de aventuras  con temática ecológica intergaláctica en que cobra particular relevancia “La Hermandad Bene Gesserit”, una Orden Femenina enfocada en acentuar los poderes psíquicos que suelen abundar en la mente femenina. Abre la mirada a un unierso creativos que seguiremos recibiendo en el futuro. Es una de las dos películas que Timothée Chalamet protagonizó este año  con oficio y pulcritud.

“Un completo desconocido”, de James Magold, se centra en los primeros años de carrera de Bob Dylan. Es un biopic que abre muchos más misterios de los que revela. Tiene la gracia de marcar los referentes creativos de Dylan y dibujar el Nueva York de hace 60 años. Timothée Chalamet resulta muy convincente en su encarnación del joven Dylan.

“Wicked”, de Jon M. Chu, conforma la primera parte de un binomio de películas basadas en el musical de Broadway del mismo nombre y el libro en que Gregory Maguire reelabora  desde otra mirada el clásico iniciático “El mago de oz”, de L. Frank Baum. Aquí se presenta al Mago de Oz como un líder totalitario que interviene universidades, persigue a los intelectuales y los diferentes. A su vez, presenta la fortaleza de la Bruja del Oeste que empleando todas su energía se resiste a ser un instrumento en las manos del Régimen de Oz. La actuación de Cynthia Erivo es soberbia. Su rostro verde comunica con gestos y miradas, complementando a cabalidad los textos. Ariana Grande, resulta es convincente al expresar la complejidad de su personaje, Glinda, un ser capaz de transitar los caminos del mal y del bien mediante sus decisiones.

 

 

 

 

 

1 de marzo de 2025

7 Hoy ha muerto Martín

 

Hoy ha muerto Martín

No quiere saberlo mi espíritu

No cabe la noticia en mi otoño

Hay silencio en Bach

y nieve de pena en "La Serena"


Hoy ha muerto Martín

No quiere saberlo mi espíritu

Su ruta  transitando entre secuestros

Destinado  a vivir

mientras la muerte avanza y florece


Martín Faunes va conversando conmigo

Me habla del tren que sube hacia Elqui

Yo cruzo frente a la Base de "El Belloto"

y escribo tras beber sus recuerdos



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