Federico viaja a Vicuña en el tren
Elquino
Allí se besa con muchachas de faldas
cortas
Asume el magnetismo del valle
Piensa en congresos de la FLECH
y aquellas sesiones sagradas en su
clan “Los Gnomos”
Nuestro hermano estudia
Conoce el alma de Julio Cortázar
Frecuenta senderos de Marx
Secretos de la razón práctica
Aquellas campanas de guerra
que también conmovieron a Lumi
Videla
Volvamos al tren
Elementales lo observan desde el
cielo
Cruzan como viento tormentoso
Rayo cordillerano
Poema nocturno del sol
Todos lo quieren en el Reino de la
Muerte
Todos, salvo la primavera
Aquella alma del Liceo de La Serena
La noche de Santiago que lo anhela en
su vientre
y Anita que sueña un hijo suyo[1]
Agosto de 1979
Nuestro hermano es arrestado
mientras reparte panfletos en la esquina de Manuel Rodríguez y Compañía
Ferozmente lo torturan en un
subterráneo del Cuartel Borgoño
El Vicario de la Solidaridad
levantó su voz por nuestro hermano
educador
En cambio, un ser vestido de Sarastro
solo se ocupó de sus ritos
En horas y días de agonía
Su tórax fue demolido en la tortura
Varias costillas fueron rotas
Sus pulmones se rasgaron hasta
romperse
Hombres que decían ser médicos
apoyaban los tormentos
El Fiscal Militar
presionado por valientes abogados
ordenó conducirlo hasta la Cárcel
Desde allí pasó a la Posta
Murió el 20 de agosto en cuidados
intensivos
El reloj marcaba: 23.55
En su funeral:
Todas las flores de aquel invierno
buscaron un lugar sobre su féretro
policías secretos robaron aquel
cofre con su cuerpo
para llevarlo a empujones a la Gran
Sombra
y entonces nuestro círculo hizo su labor
la energía del bien acunó su destino
“ni un solo pétalo cayó hacia los
suelos” [2]
Conforme a la sentencia de la Corte Suprema, Federico Álvarez Santibáñez
fue detenido el 14 de agosto de 1979 cuando distribuía panfletos contra la
dictadura. Posteriormente fue entregado a la CNI, cuyos agentes lo torturaron
durante cinco días, hasta que fue llevado a una fiscalía militar, a la que
ingresó en estado agónico. Durante este tiempo, Álvarez fue revisado por tres
médicos de la CNI, quienes en sus informes acreditaban el buen estado de salud
de la víctima.
Por su asesinato fueron condenados los
agentes de la CNI Julio Fernando Salazar Lantery, Carlos Arturo Durán
Low, Jorge Claudio Andrade Gómez, Jorge Octavio Vargas Bories, todos a 10 años
y un día como autores del homicidio calificado de la víctima. El médico Manfredo
Enrique Jurgensen Caesar fue condenado a la pena de 8 años de presidio
mayor en su grado medio, como autor de homicidio calificado de Álvarez
Santibáñez, prno que no cumplió, pues murió prófugo en Argentina. El médico Luis
Alberto Lozada Fuenzalida fue condenado a 2 años de remisión condicional de la
pena como encubridor.
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