Roberta
Flack y Quincy Jones, David Redfern, hacia 1973
Nuestro hermano Quincy Jones[1]
tuvo muchas vidas en su existencia
La música lo rescató de las pandillas
y comenzó a viajar con la luz
vibró en el púrpura corazón del ser
supo dejar su ego en la puerta
Así como a Amstrong lo rescató una trompeta
A “Q” lo salvó un piano
Luego ambos regresaron la mano al destino
y regalaron miles de instrumentos
fueron hijos que retornan a casa
para abrazar a los suyos
y alimentar la primavera
Nuestro hermano Quincy Jones
conoció el mundo al interior de una “Big Band”
Lionel Hampton le entregó la plomada
Louis Amstrong lo puso a nivel
Duke Ellington le enseñó el signo y la palabra
Count Basie lo levantó con el toque de maestro
Ray Charles es su amigo en la eternidad
Caminó junto a Dizzy Gillespie
hacia otros planos de luz
Alzó la espada de Miles Davis
Fue Maestro de Arte para Frank Sinatra
Michael Jackson/Amy Winehouse
Produjo “Thriller” y “We are the world”
Cada noche encendió en el cielo su propia estrella
En la “Escuela Americana”
aprendió de Nadia Boulanger
y acompañó al sabio Oliver Messiaen
a volar junto a sus aves menudas y gigantes
allá en la Iglesia de la Santa Trinidad
Persistente “Don Juan”
Amó toda forma de belleza
Fusionó elementos/etnias/tendencias
Tuvo un hijo con Nastassja Kinski
y otros seis con la alegría del mundo
Bendito padre insomne
Los niños despiertan y corren a abrazarlo
Le piden cuentos que son su propia vida
o las raíces de Alexander Pushkin en África
bisnieto del príncipe etíope Abram Gannibal
secuestrado por los turcos y vendido al Zar
Adicto a un somnífero
Supo refugiarse en la isla de Marlon Brando
Mil kilómetros al oriente de Tahití
y de la Academia
que no supo premiar “El Color Púrpura”
Espacio para sanar heridas
y volver a despertar su sol
Nuestro hermano abrazó al Dr. King
Fue Supremo Alquimista en Estudios de Grabación
Me guiñó un ojo desde su columna en Nueva York
y su llamado llegó hasta mí atravesando inviernos
haciéndome sentir importante
digno de cabalgar sobre el viento
Escuché su espíritu en “Soul Bossanova”
Me mostró su jardín secreto
La montaña en que sembró su alegría
La pared azul en que escribió sus sueños
Jones, Sascha Steinbach, hacia 2020
[1] No he encontrado el registro de su iniciación
masónica, pero me lo dijo un hermano viajero que sentó junto a él en la columna
del sur.
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