El tiempo no ha logrado herirte
Nada puede contra el fulgor de tu estrella
No ha sabido quebrarte las rodillas
Ni tornarte hosca, ausente, dormida.
*
El temblor de sus luces falsas no te ha vuelto cómoda
El frío que endurece las almas
no ha sido capaz de extinguir tu amor
ni tu dulce abrazo a nuestro pueblo.
*
Así el día, despierta contiguo
y saludas al Aconcagua desde el Lucero
antes de visitar las fábricas
beber la tibieza del trabajo
empujar la historia al otro lado del arcoiris.
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