Je suis François Couperin
Nací entre claves , laúdes y arpas
1668
300 años antes de
tu nombre
Me llamaron “Couperin el grande”
para distinguirme
de mi padre
mis tíos
mis hijos
cadencia de nuestras letras
enhebradas a siglos
y bemoles
Escribí para la
Iglesia
los señores y el
futuro
Mi trazo dio forma
al camino
Viñas
Caseríos
Barricadas
Bach observó mi trabajo
Debussy y Albéniz continuaron
mi ruta
Puse en música las
travesuras de una Borbón
Presidí la Cámara del Rey Sol
Desplegué mi clave
entre hijos de la viuda
Aquellos leales a los Estuardo
Católicos buscando
alianzas escocesas
Recordando sus
antiguas danzas
Elevado a otro
plano
Lancé al vuelo mis
abejas
Laborioso zumbar de
las ideas
Luminosas masonas
adoptivas
Espíritus de
elegancia y belleza
Sabio mallete de La
Duquesa
Sus ojos aún siembran
mi alegría
En esas jornadas
comprendí el arte
Subí las gradas y
vi en mi interior al Lucero
Dejé ese sello en
“La visionaria”
Armadura de tres
bemoles
Tres, mis acordes de apertura
Órdenes como
categorías de mis piezas
Mi logia en el
castillo de Saint German en Laÿe
Je suis François Couperin
Ravel sembró sobre mi tumba
Mi suite para violoncello ha cuajado en las
estrellas
Me gusta acariciar mentes de otros siglos
Compartir mi paz
Expresar la luz
Sostener la armonía
Se estima que François Couperin compuso « La Visionnaire », hacia 1690, lo que denota su incorporación a la
francmasonería estuardiana con mucha antelación a la fundación de la Gran Logia
de Londres en 1717.
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