Fragmento de La Escuela de Atenas, Rafael, 1509 |
Al Oráculo de Delfos le encanta hablar de Sócrates
Ese ciudadano que aceptó la muerte antes que violar la ley
El mismo que alzó su espada para defender su demos
Maestro que enseñó a dudar
Tábano asediando a sus vecinos
Hombre que siguió hablando del amor
incluso en la tela de Rafael
Enkrateia
llamó al dominio del espíritu sobre el cuerpo
y con su palabra
entró en las conciencias para despertar al Sol
no ese que reina en las mañanas
sino ese otro que es Amor y Pensamiento
Conócete a ti mismo
ordenaron los oráculos
y él impregnó fuego en sus preguntas
hasta incendiar sus prejuicios
y agrietar los nuestros
gigante porque al menos supo algo.
La cicuta ya trepa por su cuerpo
y el maestro agradece la Luz
Pide “Un gallo para Asclepio”
Símbolo que hoy llamamos: Hiram
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