En este Evangelio sin navidad
por primera vez figura una mujer
y nadie registró su nombre
sino que sólo su parentesco con la Piedra.
Sin embargo, ella tuvo un privilegio
Fue la primera en servir al Maestro
Llenó su copa con vino
Preparó su sopa
Le llevó dátiles e higos
Ella, mayor y apegada a las costumbres
debió estar a disgusto con la llegada del Maestro
que predicaba entre gentiles
y alejaba a su yerno del trabajo
Entonces
cuando Jesús llegó a su hogar
ardió en fiebre y cayo postrada
hasta que el hijo de María
la tomó de la mano y la levantó
La presencia del Amor
cambió su ánimo y su salud
y recuperada su fuerza
se irguió como luz de esa casa
fuego que sirve a los demás
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