Navegábamos hacia la otra orilla
mientras el agua y el viento
golpeaban nuestra barca
Mis discípulos
pronto quedaron prisioneros del miedo
y corrieron a despertarme diciendo:
Maestro ¿No te importa que nos devore la muerte?
Entonces me levanté y ordené el caos
Cállate le dije al viento
y cálmate le susurré al mar
hasta que la paz
llenó el espíritu de los elementos
En verdad ocurrió que desperté de mi sueño
y tuve mando sobre la tierra
sobre el mismo sol
sobre la muerte
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