El día en que recién casada
llegaste a Florencia,
todas las cosas tomaron nuevo nombre.
Los mercaderes abandonaron sus negocios,
hombres consagrados abandonaron su Fe
y los marineros renunciaron al mar
.
Tu rostro iluminó estandartes de campeones,
se hizo sol en los sueños
e invadió el hacer de los pintores
que buscaron, con pinceles, imitar tu luz
y borrar tu temprana muerte.
.
El más conmovido fue Sandro Botticelli
que vió en ti: Alegría,
Venus, Primavera y Flora.
Años después y en virtud de testamento:
los huesos del artista miran para siempre los vuestros.
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