Hay días en que los nombres gritan de placer
Lo mismo que los viejos sillones
La querida alfombra
Tus pezones
El rosal que ha herido tu piel
Hay días encerados en cementos
Esos en que nada vale mi sonrisa
Mis palabras que ríen
La luz de este ingenio
El rayo que prometen mis labios
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