Puse tu nombre en telas de sombra
Las dejé a merced del Austro
Y junto con la lluvia regresaste desde el norte
Eras tú cargada de esmeraldas
Y otras cien tú, vestidas con tu luz y tu semblante.
Y otras tantas tú, pensando en desayunos, almuerzos y recetas
Para todas tuve un beso y un poema
Una copa de negroni
Mi ligera mano sobre los pechos de tantas.
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