Una a una se alzarán las iglesias
y los dioses romperán sus cadenas
hasta mirar en el cielo sus rostros
mientras grita la aurora en el hombre.
Volverá el hijo a su padre
y la doncella los parirá a ambos
viejos muones lanzados por cometas
kilos y pulgadas de palabras.
Nuestro espíritu estará desnudo
Montañas abrirán un guijarro
Habrá quietud y no tiempo
El hombre girará hacia su centro.
Habrá multitudes en nuestra alma
El sueño será un destino
Vencerá la muerte
Y en la muerte habrá raíz de luz.
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