Llevo el domingo sobre los hombros.
Poseo sus desayunos y tazas de chocolate.
El caldero de los huevos.
Nuestra sal volcánica.
Sus negronis y pizzas.
Tengo el sabor de sus quesos de cabra.
Algunas aceitunas reglamentarias.
Imágenes en el cine.
Recuerdo de diarios con varios cuerpos.
Hoy Washington Post y el mundo de Netflix.
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